Hostelería a 27º: «No es lo mismo un bar en Sevilla en verano que uno en Jaca»

Diferentes son las opiniones al respecto de este paquete de medidas, como explican a ABC varias asociaciones de hosteleros, de centros comerciales y expertos en la climatización y de la refrigeración.

José Luis Yzuel, presidente de la Confederación Empresarial de Hostelería de España, admite que «todo lo relacionado con el ahorro energético es positivo porque es tiempo de ahorrar». Aunque, evidencia que la máxima prioridad del hostelero es buscar el confort del cliente: «No sé si el bienestar está en esos 27º. Entiendo que hay que regularlo de alguna manera». «No es la misma situación en verano, en un bar pequeño en Sevilla a 42º que uno igual en Jaca. Cambia mucho el tema», afirma claramente Yzuel.

Otra de las claves que explica Yzuel es el cumplimiento general y de manera generalizada de todos los actores: «No pueden existir diferencias en centros comerciales o restaurantes. Si las hay empezaría un problema».

También muestra su preocupación en la adaptación de los sistemas de refrigeración: «Supone un gasto alto y reclamamos al Gobierno que nos apoye con fondos para la eficiencia energética. Nos tienen que ayudar en este aspecto».

Por último, mantiene que «ceñirse a esos 27º supone una orientación, porque es una temperatura que no dice nada y depende de muchos factores«. «Al igual que no es lo mismo comer en Sevilla o Jaca, tampoco es lo mismo comer un cocido de garbanzos que un cóctel de marisco». «La gente se va a sumar a la causa y veo que no va a afectar al volumen de clientes», cree San Román.

Desde la Asociación Española de Centros y Parques Comerciales (AECC) explican que estas nuevas medidas «ya se están aplicando» y son necesarias porque «reducen costes». «Cada grado más en verano supone un ahorro de hasta el 7% del consumo eléctrico», apunta Eduardo Ceballos, presidente de AECC.

Para Ceballos no supone una gran variación para el consumidor: «Pasamos de una regulación de 26º a 27º en verano y en invierno de 21º a 19º. La sensación de confort continúa». Aun así consideran primordial la flexibilidad según el caso: «No es lo mismo un momento valle o pico de aforo en un centro comercial, como puede ser en tiempo de rebajas. Es de sentido común y esperamos que haya compresión». Finalmente, desde AECC creen que «no supone un gran cambio» y que «el diferencial de temperatura de la calle al centro comercial va a seguir existiendo» .

Desde el sector de la climatización opinan de manera positiva la aplicación de estas medidas. La Asociación Técnica Española de Climatización y Refrigeración (Atecyr) admite que «quizás la gente puede disminuir el grado de comodidad y bienestar» al entrar a un centro comercial o un restaurante en verano. Aun así, Jorge Molina, técnico de asistencia técnica de Atecyr, explica que «no todo gira en torno a la limitación de la temperatura, porque la humedad relativa del ambiente y la velocidad del aire juegan un papel muy importante también» .

Respecto al método del control de temperaturas, Molina dice que es «complejo» porque «apenas hay inspecciones y que con esta nueva medida habrá menos capacidad de inspección». Otro de los aspectos que recuerda es que el actual Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) ya aconseja la temperatura de 26º en verano y de 21º en invierno.

Desde la Confederación Nacional de Asociaciones de Instaladores y Fluidos (Conaif) también coinciden que el usuario «puede notar ligeramente las limitaciones de temperatura». «Puede haber algo de frescor en invierno, pero en los centros comerciales no será necesario abrigarse en verano por la sensación de frío», dice Mario Rial, responsable técnico de Conaif.

Respetan aun así todo este tipo de medidas debido al contexto de crisis energética actual: «Es necesario para evitar eventuales problemas de suministros en un futuro no muy lejano».

Una cuestión que para Rial resulta clave es la sustitución de los equipos antiguos de refrigeración por otros más modernos que son más eficientes. También añade que deben ser instalados por técnicos habilitados: «Los profesionales deben de ser los encargados del mantenimiento de los equipos. El ahorro energético no sirve apenas si no se apuesta por sistemas renovados, del 5% de ahorro se disminuye hasta el 2%.»

En opinión de la Asociación de Fabricantes de Equipos de Climatización (AFEC) las medidas del Gobierno son «viables» y «suponen un ahorro de energía importante». Marta San Román, directora general de AFEC, entiende que desde un punto de vista de marketing empresarial, una puerta cerrada puede ser percibida como una barrera al acceso y puede fomentar el «consumo por impulso». Aun así, San Román pone de ejemplo a Francia: «Se ha prohibido que los comercios tengan las puertas abiertas mientras funcionen el aire acondicionado y la calefacción, con el argumento de que ternerlas abiertas supone un 20% más de consumo energético».

Por otro lado, existen precedentes en España de otras «barreras» al consumo por impulso, que realmente no han supuesto ningún freno ni perjuicio al comercio, añade San Román: «Las puertas a los muebles refrigerados y a los arcones de congelados en los supermercados, que inicialmente se percibía por parte de algunos como un obstáculo, simplemente fue un cambio de hábito» .

Por último, desde AFEC creen que en un centro comercial grande el control de la temperatura es complejo: «Tanto por la diversidad de espacios, como por la variación de ocupación de personas, además del aporte extra de energía de iluminación, entre otros».