Con una investigación en curso y la lupa puesta en las obras de reforma realizadas en el edificio el pasado invierno, el empresario extranjero dice sentirse «en shock y consternado» por lo sucedido, según reconoció en declaraciones a la radiotelevisión pública IB3 un día después de la tragedia.
El dueño del restaurante, que tras el fatídico suceso acudió a trabajar con aparente normalidad a otro de los negocios que tiene en la zona, señala que hay cámaras de seguridad en el local que podrán aclarar lo sucedido en el momento exacto del colapso, aunque prefiere no pronunciarse hasta que concluya el informe de los técnicos.
La principal hipótesis del desplome apunta a la antigüedad de la estructura del edificio, que data de 1972, y a un posible sobrepeso en la terraza superior, que al parecer era «no transitable». Los técnicos de Urbanismo del Ayuntamiento de Palma, que retomarán este lunes las inspecciones del local, investigan si la terraza era ilegal, si las últimas reformas se ajustaron a la normativa vigente y si se respetó el aforo permitido.
En el derrumbe murieron Maryame, camarera del Medusa, de 23 años; Abdoulaye, senegalés de 39 años muy conocido en la zona por salvar a un bañista en 2017, acto por el que fue condecorado, y dos turistas alemanas veinteañeras. Otros 14 heridos fueron hospitalizados, de los cuales 11 han recibido el alta. Tres personas continúan hospitalizadas sin que se tema por su vida.
Las familias de tres de los diez turistas neerlandeses heridos en el derrumbe del Medusa Beach ya están en Mallorca con sus hijos. Según declaró el padre de una de las heridas al medio RTL, «fueron sacados del sótano con rasguños y contusiones». Los heridos eran un grupo de amigos que se encontraban de vacaciones en Mallorca y en el momento del incidente se encontraban en la terraza del Medusa.
La calle Cartago va recuperando la normalidad poco a poco aunque el local sigue precintado y los edificios aledaños continúan desalojados por seguridad. Los bomberos y la policía retiraron los escombros y el mobiliario que quedaron apilados en medio de la calle, y los vecinos y turistas siguen acercándose a la zona cero de la tragedia portando flores y velas en recuerdo de las víctimas. Este sábado se decretó día de luto oficial en Baleares y se convocó un minuto de silencio.
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