La guerra de Ucrania desplaza a los españoles que recurren a la gestación subrogada hacia Georgia y México

Sin embargo, a raíz de la guerra, quienes quieren iniciar un proceso de gestación subrogada pero no pueden costearse el tratamiento en EE.UU. buscan otras alternativas. Georgia es una de ellas, explican fuentes de agencias de gestación subrogada. Ya era un destino al que se acudía con anterioridad, aunque las cifras de españoles que llevaban a cabo el proceso en el país eran muy inferiores a las de Ucrania.

Los requisitos son similares a los de Ucrania: solo para parejas heterosexuales (aunque no es necesario que estén casados) con problemas médicos para desarrollar un embarazo. La filiación se establece a través de una prueba de ADN, por lo que el bebé debe compartir material genético con el padre subrogante. Una vez se acredita esa filiación, se entrega al bebé un pasaporte georgiano en el que los españoles figuran como sus progenitores, y al regresar a España hay que regularizar la situación y nacionalidad del niño.

Sin embargo, y pese a estar más lejos, México también se ha convertido en los últimos meses en sustituto de Ucrania, con cada vez más españoles interesados en iniciar ahí el proceso de maternidad subrogada. «Hemos notado un aumento en estos últimos meses en la intención de españoles que vienen a Ciudad de México a iniciar este proceso, tanto parejas homosexuales como personas solteras y también heterosexuales que no pueden tener hijos», asegura Sofía Pérez, abogada mexicana especialista en temas de familia que trabaja en casos de gestación por sustitución.

Pero en Ciudad de México, donde ella ejerce, no hay una regulación concreta sobre gestación subrogada. «Si bien no existe este marco jurídico, existen precedentes de la Suprema Corte en el sentido de autorizar esta figura y determinar la filiación», prosigue. En otros estados del país, apunta, sí hay una regulación específica para esta técnica de reproducción, «pero es deficiente y da pie a la vulneración de los derechos humanos».

Así, en Ciudad de México los contratos se basan en la «voluntad procreacional»: los padres por subrogación manifiestan en el contrato que promueven el embarazo de la gestante con el fin de atribuirse el carácter de progenitores, mientras que la mujer embarazada manifiesta su única intención de ayudarles a formar una familia. Por eso, además, se da únicamente de forma altruista. «Pero esto no es contrario a que la mujer gestante reciba compensación, porque la compensación no es pago por tener un hijo, sino una indemnización por los gastos médicos, el cambio de vida, laboral, etc.», remarca Pérez.

Es mediante ese contrato que expone la voluntad de ambas partes por el que el juez ratifica la filiación del menor, que obtiene un pasaporte mexicano en el que constan como progenitores los que han recurrido a la subrogación.