Gregorio Gómez, portavoz de la Asociación Alma contra la Violencia de Género: «Las mujeres deben denunciar en el centro de salud y no en comisaría»
El secretario y portavoz de esta asociación de lucha contra la violencia de género pide dar una vuelta de tuerca a todo el sistema, desde los fondos hasta las pruebas ante el juez, para frenar esta sangría
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Gregorio Gómez Mata, fotografiado por el 'Hoy' de Badajoz
Tenía miedo a hablar y pronunciarse de forma cristalina porque la asociación Alma vive de «unos pocos fondos» y temía quedarse sin ellos. Pero Gregorio Gómez se dio cuenta de que dar la cara merece la pena. Una fugaz aparición en televisión abrió ... la esclusa del silencio de muchas mujeres: «Llamaron 40 esa semana». En la actualidad, esta entidad que nació en 2014 y tiene sede en Badajoz, atiende a unas 900 mujeres de toda España al año con la particularidad de que «siguen conviviendo con su maltratador y no saben cómo salir» para demostrar que lo que han sufrido no es ficción, como «a veces se las acusa». Gómez recuerda 2020 como el año de la pospandemia de una espiral de violencia de la que aún pagamos los efectos (en salud mental, intolerancia y abuso de la tecnología por parte de la juventud).
Habla con ABC cuando se acaban de conocer tres asesinatos en 24 horas. Otra estadística lacerante... y ya. Ahí se quedará: «Son tres, y tienen menos valor que el hijo de Rodolfo Sancho; o menos que si fuesen tres políticos...», se irrita. La sangría es insoportable, no le insensibiliza. A sus 51 años, se ve impelido en la lucha contra esta lacra como padre de dos chicas de 23 y 16 años. El pilar, mantiene, es la educación, porque, asevera, «los 48 millones de españoles somos machistas», aunque «se habla mucho de potenciar la educación y cuando voy a los institutos, me conceden una charla de 40 minutos y luego los sacan toda la mañana a ver una carpa de dinosaurios», ironiza. Cree que hace falta «una revolución completa» contra dogmas arraigados.
Presentación ante la Reina Letizia del proyecto Alma
Crítico con el negacionismo y el «falso feminismo, Gómez es cofundador, secretario y portavoz de una asociación anómala: tiene presidenta, pero pocos saben quién es porque está «guardando la cara a su madre maltratada por su padre y del que no se separa porque 'es lo que le ha tocado'», se resigna. En la España rural, muchas se resisten aún a denunciar porque estallará el chisme o porque en la comisaría «está un amigo de su marido». Así que desde Alma proponen modelos distintos al estandarizado.
Que un hombre ponga rostro a una asociación contra los violentos, ¿granjea más críticas o alabanzas?
¿Usted qué cree? Los comienzos fueron muy duros, pero lo último que he recibido es una lluvia de abrazos por parte de compañeras de otras asociaciones. Me atacan mucho las feministas que en realidad no lo son.
¿En qué consiste el proyecto Alma?
Por un lado, tenemos un dispositivo camuflado en el que la mujer activa un botón y da la localización, además de grabar el audio. Por otro, desde hace un año tenemos Vi2Gen, que es otra herramienta para que se pongan en contacto con nosotros sin necesidad de instalar nada, rellenan un formulario, nos cuentan qué les pasa y les contestamos, sirve para guardar pruebas de manera certificada, que se usan luego en un juicio. Se hacen una foto, graban un audio, lo pasan por WhatsApp, queda registrado en una nube y luego lo borran de sus teléfonos. Ellos suelen controlar el móvil, pero con Vi2Gen queda registrado el día y la hora en que sucedieron las cosas. Eso ayuda mucho ante un juez. En Extremadura y tras un convenio con el colegio de farmacéuticos en las boticas hay un póster convi un QR que se descargan y ya. Damos terapia online y nos reclaman sobre todo de Inglaterra, Francia y Alemania para que les pongamos en contacto con recursos cerca.
¿Cómo ve a esos otros países de donde les piden ayuda las mujeres?
Con siglos de retraso respecto de España; en Alemania tienen muchos problemas porque allí las asociaciones reciben financiación por la cantidad de mujeres que atienden y no las quieren soltar; la atención deja mucho que desear. Por ejemplo, les hacen conciliar con los hijos y el agresor. Estamos por delante en esta lucha, aunque se vende como oro lo que no es y no reluce.
¿Qué no reluce ahora mismo?
En resumen, lo primero que tiene que ver una víctima es que se sale. Dedicar tiempo a contarlo para incentivar la interposición de denuncias. Invitamos a que vecinos y familiares denuncien y la formación de esa gente que los atiende. Si oyes una fuerte discusión, ponte a grabar con tu móvil, porque si llega la Policía y la mujer lo niega, no vale para nada que hayas llamado al 091. Lo segundo, les cuesta mucho entrar en comisaría; más en lo rural. Hay que sacarlas de ahí y denunciar en el centro de salud, donde tiene que haber una psicóloga formada en violencia de género. Ayudarlas a reconocer el maltrato: un dato, más del 90% de las mujeres que vienen a Alma no reconocen haber sido violadas. Dentro de la pareja, han consentido mantener una relación para evitar el enfado o el silencio, yo siempre digo que se habla de consentimiento pero no es eso, es deseo. La valoración del riesgo la tienen que hacer esos psicólogos y hay que reforzar con equipos centros de salud, juzgados, comisarías... Pedimos también que la valoración del riesgo empiece por riesgo extremo, no por cero, como se hace ahora. Y que esa psicóloga analice al presunto agresor. La denuncia debe ser recogida en vídeo, porque un texto escrito por el agente no refleja lo que la mujer está manifestando y que el juez lo vea. Ahí ya puede tomar las medidas cautelares oportunas; y lo siguiente que se debería hacer es ir directo al Instituto de Medicina Legal, que un forense los vea a uno y a otra, tiene que haber una especie de turno de oficio con más gente y no se dilaten los procesos 6-7 meses como ahora. El juez no es un psicólogo. Ese informe analiza la mente y se convierte en prueba.
Insiste en tener pruebas...
El principal problema que tienen estas mujeres es que no pueden presentar pruebas de la magnitud de lo que denuncian. Y la resolución depende del juez. Hay juzgados como el de Badajoz donde se archivan el 70% de las denuncias (que luego la gente repite que son falsas, pero solo es que no tuvo indicios suficientes) y el juez machaca a las demandantes. Da la sensación de que todas las mujeres van a mentir. 'Otra que viene a sacar el dinero a su marido', hemos llegado a escuchar en el juzgado.
Reclama aún más medios. ¿Se están repartiendo bien los fondos del Pacto de Estado contra la Violencia?
¡Qué va! Hay pueblos donde llegan 700 euros y los gastan en gorras para celebrar el Día contra la Violencia, en vez de mancomunarse con los pueblos cercanos y contratar a una psicóloga que atienda a estas mujeres. Los fondos se reparten por volumen de población.
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¿Trastocará esos fondos la supresión de concejalías de Igualdad?
Esa decisión me parece fatal, porque era un avance, lo importante es visibilizar el problema, pero no creo que haya recortes en los fondos. Ahora, también le digo que necesitamos gobernantes que sepan lo que hacen e Irene Montero no tiene ni pajolera idea. Esta legislatura es la de la 'ley del solo sí es sí'. Necesitamos personas formadas.