Los grandes ríos de Europa se secan
En el centro y el sur de Europa se vive la peor sequía en décadas con restricciones severas. El Rin y el Po están en los niveles más bajos en décadas
Ángel Gómez Fuentes, , Juan Pedro Quiñonero y Begoña Castiella
Corresponsal en Roma
Europa se enfrenta a una de las peores sequías de su historia moderna. Las olas de calor y los incendios se superponen y abonan el terreno para nuevos incendios en una escalada que este verano parece no tener fin. El sur de Europa ... lo sufre, pero también países del centro y norte como Alemania, Holanda o Rumania. El Rin, la columna vertebral de Europa, lleva tan poco agua que está paralizando el transporte fluvial en Alemania, Holanda y Rumanía.
En el norte de Italia ya se considera la peor sequía de los últimos 70 años. La ola de calor de los últimos meses, con temperaturas récord, asociadas a una sequía sin precedentes en muchas áreas, ha obligado al Gobierno Draghi a declarar el estado de emergencia en cinco regiones: Piamonte, Véneto, Emilia Romagna, Lombardía y Friuli Venezia Giulia. Las primeras ayudas del Consejo de Ministros para esas regiones fueron de 40 millones de euros, con el objetivo de garantizar la asistencia a las personas y animales afectados por los desastres de la sequía y limitar los daños.
En las regiones en estado de emergencia, los alcaldes han planteado algunas restricciones, como la suspensión de los suministros nocturnos de agua potable, desde las 23 hasta las 6. Además, muchos regidores han cortado el agua a fuentes públicas o prohibido utilizar agua potable para regar jardines o el lavado de coches, aplicando multas a quienes no cumplen con la normativa. Por ejemplo, el alcalde de Livorno, capital de la provincia homónima en la región de Toscana, ha firmado una ordenanza con sanciones desde 100 a 500 euros para quienes, al margen del uso doméstico, utilicen agua potable.
Las imágenes más dramáticas se han visto en el curso del río Po, el más grande de Italia, con 652 kilómetros de longitud. Los datos del Observatorio nacional para la tutela del territorio y de los recursos hídricos (ANBI) son casi como un parte de guerra, hasta el punto de señalar que el «gran río (el Po, como lo hemos conocido hasta ahora) ya no existe, con todas las consecuencias, sobre todo de carácter ambiental, que de ello se derivan». No se recuerda una sequía como la registrada en el área del Po. Según ANBI, el caudal mínimo mensual récord de este río, establecido en julio del año 2006, fue de 237 metros cúbicos por segundo, mientras que este año ha sido inferior a 170. Francesco Vincenzi, presidente del Observatorio nacional para la tutela del territorio y de los recursos hídricos, ha explicado las consecuencias de una sequía hasta ahora desconocida en el norte de Italia: «Está claro que algunas tormentas no serán suficientes para restablecer el equilibrio hídrico. En esta perspectiva, es aún más preocupante que Lombardía, Véneto, Emilia-Romaña y Piamonte sean las regiones que, en 2021, mayormente han consumido y cementado suelo, restándolo a la agricultura y a la función de recarga natural de los acuíferos, acentuando al mismo tiempo el riesgo hidrogeológico».
En la agricultura, los daños podrían alcanzar los 6.000 millones de euros por pérdidas de cosechas, según informe hecho público a finales de julio por Coldiretti (Confederación nacional de cultivadores directos), la principal organización agrícola a nivel nacional.
El mes de julio más seco
En Francia también se alcanzan récords. Según Météo France (meteorología nacional), el más de julio pasado fue el más seco de la historia nacional, desde 1959, temiéndose que la canícula pueda ser más dura durante agosto.
Ante el riesgo de agravación de la sequía, el gobierno ha decretado restricciones locales en el consumo de agua. En 93 de los 96 departamentos de la Francia metropolitana, el lunes estaban en estado de alerta. En 88 departamentos se han impuesto restricciones parciales en el consumo de agua.
Laurent Brunet, presidente de la comisión científica de la Fédération des Entreprises de l'Eau (FP2E), resume la situación de este modo: «No hay penuria nacional generalizada. Si hay muchas crisis locales. En muchas grandes ciudades, los alcaldes han tomado medidas de excepción. En varios centenares de pequeños pueblos, por el contrario, las restricciones son bastante duras, forzosamente». Christophe Sarkissian, teniente de alcalde de una pequeña localidad del Var, justifica las restricciones intentando evitar el pánico: «Tenemos que aguantar hasta que lleguen las primeras lluvias. Esperemos que sea cuestión de días. De momento, estamos forzado a cerrar los grifos casi todo el día. Y poner velas a quien corresponda esperando que mejore el tiempo».
La cifra más baja de precipitaciones en Reino Unido
Mientras tanto, algunas zonas del sur y del este de Inglaterra registraron la menor cantidad de precipitaciones de la historia, según la Oficina Meteorológica del Reino Unido. El conjunto de Inglaterra registró una media de 23,1 mm, la cifra más baja para el mes desde 1935, añadió. El organismo empezó a recopilar datos en 1836.
A la falta de lluvias se sumaron las olas de calor que azotaron ambos países, con récords de temperaturas. En Inglaterra, los termómetros superaron el mes pasado por primera vez los 40 ºC.
En Grecia preocupan los incendios
En Grecia, acostumbrados a la escasez de lluvias, preocupa más la intensidad de los fuegos. Las últimas estadísticas publicadas en Grecia confirman que desde 2017 los incendios forestales son cada vez más intensos y ello, unido con la ola de calor de estas últimas semanas aumentan la sequía en muchas partes del país. Con los datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales, las áreas quemadas este año hasta el 29 de Julio presentan un incremento de casi el 50% frente a la media correspondiente del periodo 2006-2021.
MÁS INFORMACIÓN
La periferia (región administrativa) de Grecia Occidental, que incluye un tercio del Peloponeso y otras zonas del centro del país es la que tendrá un clima más cálido y seco en las próximas décadas, con una disminución importante de precipitaciones y nevadas, así como un aumento de fenómenos extremos como altísimas temperaturas, incendios e inundaciones. A ello se suma el aumento del nivel del mar . Por ello las autoridades de esta región han empezado a luchar contra el cambio climático, elaborando estudios concretos para todos los ayuntamientos de la región y sus necesidades futuras. El gobierno espera que las autoridades regionales y locales de otras partes del país sigan su ejemplo.
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