El Gobierno quiere reducir la contaminación atmosférica con 61 medidas para cumplir con Europa

El borrador del segundo Programa de Control de la Contaminación Atmosférica (II PNCCA), al que ha podido acceder ABC y que previsiblemente será aprobado próximamente en Consejo de Ministros, recoge los límites máximos de emisiones para España para el periodo 2020-2029 y a partir de 2030. Son los fijados por la directiva de Techos de la UE. Para España establece una reducción en 2030 (con respecto al año 2005) de un 88% para el dióxido de azufre (SO2); un 62% para el óxido de nitrógeno; un 39% para compuestos orgánicos volátiles no metánicos (COVNM); un 16% para el amoníaco (NH3) y un 50% para partículas finas (PM2,5).

Para poder cumplir con estas reducciones, ya en 2019 España presentó su primer plan, que entonces contaba con 57 medidas. Entre ellas, por ejemplo, figuraba la integración de renovables en redes eléctricas, la introducción de biocombustibles en el transporte, el desarrollo de programas de ayudas para renovación de calderas en edificios, la reducción del desperdicio alimentario y la disminución de la quema de los restos de poda, entre otras.

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A estas medidas ya en marcha, para mejorar las cifras de reducción de contaminantes, el Gobierno añade ahora la implementación de medidas aprobadas como la hoja de ruta del autoconsumo con renovables, la promoción de gases renovables y alternativos como el biometano o el desarrollo del hidrógeno verde. También se prevé implementar la estrategia de almacenamiento energético, así como las medidas relacionadas con diferentes componentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Sobre el desarrollo de instalaciones de energías renovables e innovadoras, incluido como medida, el Gobierno cuenta con la implementación de la hoja de ruta de la eólica marina y energías del mar, así como con fomentar el desarrollo de las instalaciones solares fotovoltaicas flotantes en el dominio público hidráulico y la convocatoria de ayudas para pequeños proyectos de demostración para tecnologías aún incipientes como la geotermia profunda y la solar termoeléctrica con almacenamiento a gran escala..

El Gobierno prevé así el cumplimiento de los techos de emisión para 2030 de todos los contaminantes regulados, salvo para el caso de los compuestos orgánicos volátiles, asociados especialmente al uso de disolventes y otros productos. Los esfuerzos de reducción de emisiones de este contaminante, dice el borrador, continuarán sin ser suficientes y sus emisiones seguirán superando los límites establecidos, incluso con las medidas adicionales planteadas. La reducción en 2030 será del 38% frente al 39% exigido por la UE.

El programa argumenta que parte del problema se debe a que hasta 2030 se habrá una sustitución de los coches diésel por otros tipo gasolina e híbridos, que generan más compuestos orgánicos volátiles que los diésel, lo que de manera transitoria incrementará este compuesto antes de la prohibición total de los vehículos de combustión. Esta subida, sin embargo, se compensará con la mejora de procesos industriales, con la instalación de calderas más eficientes en el sector residencial y con menos emisiones fugitivas de la industria fósil.

El borrador también hace referencia a los valores límite de otras sustancias establecidas en la directiva sobre calidad del aire y una atmósfera más limpia en Europa. Se trata del dióxido de nitrógeno (NO2), el material particulado grueso (PM10) y el ozono troposférico (O3). A pesar de que, según los datos anuales de 2021, España no cumple con los límites de la normativa en vigor, el Gobierno espera lograr reducciones significativas en las concentraciones de estos contaminantes.

No obstante, es probable que haya zonas con incumplimientos a 2030 para el ozono troposférico, reconoce el programa, un contaminante secundario de formación compleja que puede generar efectos nocivos para la salud humana, la vegetación y los ecosistemas. Para los óxidos de nitrógeno o las PM10 podrían darse incumplimientos muy «aislados» en algunas zonas urbanas.

La Agencia Europea del Medioambiente (AEE) estima que las muertes prematuras en España debidas a la contaminación atmosférica en 2020 fueron de 16.982 por partículas finas, 4.813 por el dióxido de nitrógeno (NO2) y 2.407 por Ozono (O3). En general, la contaminación del aire es la principal causa medioambiental de muerte prematura en la UE.