El Gobierno aprueba el cannabis medicinal para tratar la esclerosis múltiple o los vómitos tras la quimioterapia

Las fórmulas las prescribirán médicos especialistas en los hospitales cuando el resto de tratamientos disponibles no funcionen en el paciente y en base a la evidencia científica que exista sobre el uso del cannabis en esas enfermedades.

La ministra de Sanidad, Mónica García, ha señalado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que las indicaciones se irán ampliando a medida que la evidencia científica lo haga. Así, el decreto establece que los usos autorizados, así como las condiciones de la elaboración, dosificación y prescripción de las fórmulas, los fijará la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) en función de los avances en la evidencia científica.

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De manera periódica, el médico especialista encargado de supervisar el tratamiento y el servicio de farmacia hospitalaria tendrán que evaluar la eficacia del tratamiento en el paciente, así como los posibles efectos adversos que pueda presentar. La norma establece también que en casos excepcionales de vulnerabilidad, dependencia o barreras geográficas las comunidades autónomas podrán establecer mecanismos de dispensación no presencial.

Se creará también un registro público en el que se inscribirán los preparados a base de cannabis para elaborar las fórmulas magistrales, que deberán cumplir con requisitos tanto en su composición como en su fabricación, trazabilidad y calidad. La norma obliga a los laboratorios a garantizar la correcta fabricación y distribución, así como a documentar y auditar su cadena de suministro.

«Después de 12 años se reconoce nuestro derecho a un tratamiento que llevábamos pidiendo mucho tiempo», apunta Carola Pérez, presidenta del Observatorio Español de Cannabis Medicinal, que aunque celebra la decisión cree que la norma debería ir más allá. «El texto es poco generoso porque deja fuera a que especialistas de la privada puedan prescribir, con lo cual se quedará mucha población fuera, con las listas de espera que hay en la pública», señala. También cree que limitarlo exclusivamente a la farmacia hospitalaria puede dejar también fuera a enfermos que lo necesiten.

Aunque la aprobación del secreto «saca de la oscuridad» a los pacientes, prosigue Pérez, hay aspectos que les preocupan, como la falta de formación al respecto que ven todavía en algunos profesionales y el «código postal», el hecho de que los tratamientos puedan llegar de forma distinta según la comunidad autónoma en la que se resida. También ven lagunas en que las indicaciones se puedan ir ampliando. «Tenemos miedo de que muchas compañías no puedan gastarse millones y años para llegar a una suficiente evidencia científica y muchos pacientes se queden en el mercado negro», dice.

También los farmacéuticos lamentan que no se haya incluido a todas las boticas para la dispensación del cannabis medicinal. «Consideramos que no existe ningún tipo de razón sanitaria, jurídica o de seguridad que justifique limitar su dispensación exclusivamente a los servicios de farmacia hospitalaria, impidiendo la elaboración de fórmulas magistrales y el acceso de los pacientes a ellas a través de la red de farmacias comunitarias», ha denunciado el Consejo General de Colegios Farmacéuticos de España, que incide en que tanto la dispensación como el seguimiento de los pacientes puede hacerse «con plena seguridad» en los establecimientos, como ya sucede con otros medicamentos que contienen estupefacientes o psicótropos.