Fuego en la frontera: el gran foco de incendios de la UE está entre España y Portugal

En menos de una semana, el fuego en la zona norte y centro de Portugal ha dejado cinco muertos, 177 heridos y cerca de 100.000 hectáreas calcinadas, según el balance provisional del Gobierno luso. La bajada de temperaturas y las lluvias de los dos últimos días han permitido controlar las decenas de fuegos que se propagaron por medio país, obligando a desplegar el mayor dispositivo de combate visto en el terreno, incluidos efectivos y medios de Francia, España e Italia. Este viernes solo quedaba activo un foco en la localidad de Peso da Régua, en la región Norte.

«No es una sorpresa» que vuelvan a arder las mismas zonas unos pocos años después, ha contado esta semana Picos, coordinador del proyecto europeo de lucha contra los incendios fronterizos Firepoctep+, en una jornada con expertos españoles y lusos. «La probabilidad de un incendio crece tras otro incendio», explicaba. Se suman muchos factores: el abandono del terreno tras el fuego, la regeneración en paisajes homogéneos y un suelo con peor retención de agua. En los paisajes atlánticos, además, la vegetación se regenera rápido y con densidad, añadiendo nuevo combustible a lo que no ardió la primera vez. Es decir, las circunstancias conducen a «una situación peor».

Estos factores son los que tratan de evitar en Firepoctep+. Los datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS, por sus siglas en inglés) referentes al periodo 2020-2022 muestran que las principales zonas de riesgo son precisamente fronterizas. En concreto, el gran «hotspot de Europa», indicó el experto, está en la frontera entre España y Portugal, además de en la región de los Balcanes, plagada de líneas fronterizas no solo entre Estados miembro como Grecia, Rumanía o Bulgaria, sino también países no comunitarios como Albania, Bosnia y Herzegovina, Macedonia o Serbia.

Conscientes de ello, la UE está cofinanciando a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional el segundo programa Firepotep, considerado una iniciativa de importancia estratégica gracias a la identificación de zonas clave de gestión forestal a lo largo de la frontera hispano-portuguesa. Estas áreas piloto son fundamentales en el comportamiento de grandes incendios, dicen sus integrantes.

«No basta con prevenir los incendios del verano. Es una partida a más largo plazo», contó Picos. Las líneas de trabajo se centran en trabajar con el combustible, en mejorar el paisaje, en permitir que los habitantes locales puedan tener una relación sostenible con su entorno y en formar a los profesionales de la lucha contra incendios. «Los grandes incendios forestales requiere formación específica», dijo. El fuego no se comporta igual en estos fuegos de gran magnitud. «No necesitamos héroes», dijo. Lo que se necesitan son profesionales formados y dotados de medios.

Pero, a nivel de extinción, para José Antonio Bayón, director general de Prevención y Extinción de la Junta de Extremadura, el principal reto sigue siendo la coordinación de los dispositivos. «Que nosotros podamos actuar en Portugal exactamente igual que en España», reconocía. Ángela Iglesias, jefa de servicio del área de defensa contra incendios forestales del Ministerio para la Transición Ecológica, reconoció que existe una guía operativa elaborada con las comunidades autónomas en la que se abordan cuestiones no tanto sobre cómo atacar los incendios, sino sobre cómo mejorar la coordinación: las comunicaciones por radio, la gestión logística, la cartografía… «Estamos trabajando en ello y precisamente ahora está en el tejado de Protección Civil de Portugal el revisar esta guía operacional», contó.