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Las exmonjas de Belorado echan del monasterio al obispo Rojas y al cura coctelero

Atendería a un recomendación del bufete de abogados que han contratado las exclarisas para su representación

Comienza a resquebrajarse la unidad entre las diez cismáticas excomulgadas: una parte le pide explicaciones a la exabadesa de porqué llevó a la Pía Unión al monasterio y ahora los expulsa, por lo que se quedan sin atención espiritual

La exmonjas de Belorado crearon dos asociaciones para tratar de trasformar los monasterios en entidades civiles

Las diez monjas de Belorado ya son oficialmente okupas

En la imagen, el cura coctelero, José Ceacero, junto al obispo Pablo Rojas. En el detalle, las monjas excomulgadas de Belorado RMA
José Ramón Navarro-Pareja

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El obispo excomulgado, Pablo Rojas, y el cura coctelero, José Ceacero, ya no se encuentran en el monasterio de Belorado. Su salida ha sido requerida por las diez exmonjas clarisas que el pasado sábado fueron excomulgadas y podría ser uno de los requerimientos del equipo de abogados al que, desde la semana pasada, han encomendado su representación jurídica. Este lunes se producía una reunión en el monasterio con cuatro representantes de las tres entidades que conforman este equipo para rediseñar la estrategia judicial que van a seguir a partir de ahora. Librarse de la incómoda presencia de los dos únicos miembros conocidos de la Pía Unión de San Pablo Apóstol parece ser una de las primeras medidas.

En la decisión parece primar los intereses legales y la defensa patrimonial a la acción pastoral y los planteamientos doctrinales que, supuestamente, estaban en el origen del cisma. Desde el 13 de mayo, las clarisas han impedido la entrada a los capellanes oficiales (nombrados por la diócesis de Burgos para Belorado y de Vitoria para Orduña), que cada día celebraban la eucaristía para la comunidad. Su argumento era que, al encomendar a la Pía Unión esta tarea, tanto la eucaristía diaria, como la dirección espiritual y la confesión estaban cubiertas por Rojas y Ceacero. Sin embargo, desde que ayer ambos abandonaron el convento, ya nadie celebra la misa en Belorado.

La información ha saltado desde las propias exreligiosas, que la están comentando con sus familiares a través de llamadas telefónicas y mensajes de whatsapp. ABC ha podido comprobar, desde varias fuentes, incluido el propio convento, que Rojas y Ceacero no se encuentran desde ayer en el convento. Algunos familiares relatan que varias de las exreligiosas están pidiendo explicaciones de este súbito cambio de criterio a la exabadesa, Laura García de Viedma, puesto que fue ella la que llevó hasta Belorado a estas dos personas y la que ahora las expulsa, dejando a la comunidad sin atención espiritual.

La decisión de expulsión vendría derivada de la reunión que el lunes por la tarde mantuvieron en el monasterio de Belorado dos representantes del bufete de abogados de Santander, Sarabia y Asociados -Diego Sarabia, responsable del departamento de Mercantil y Alejandro Suárez, administrativo según la web de la firma-, acompañados de José Santos de Blas, experto en mediación extrajudicial cántabro, y el abogado Florentino Alánez. Este último se ha significado, por ser una de las pocas voces que, desde que comenzó el conflicto, ha publicado varios artículos periodísticosen defensa de la posición jurídica de las monjas.

Al parecer, la configuración de este equipo, que han hecho las exmonjas personalmente, está condicionado por su respaldo a sus planteamientos jurídicos, fundamentados en que, rota su relación con Roma, quedan excluidas del ámbito derecho canónico. En argumento que han repetido hasta la saciedad y que tanto las explicaciones de la Iglesia católica, como los hechos consumados (el cambio de titular en el Registro de Entidades Religiosas o en las cuentas bancarias de la comunidad), está demostrando erróneo. De hecho, antes de que el viernes cerraran un acuerdo con estas cuatro personas, las exreligiosas desestimaron a otro gabinete que les dejó claro que “lo tenían todo perdido”; según ha podido conocer ABC.

La presencia de Rojas y Ceacero en el monasterio podría resultar incómoda en primer lugar por la peculiar y vacía entidad a la que dicen representar. Como reveló ABC desde el primer momento, la Pía Unión de San Pablo Apóstol era una acumlación de falsedades: ni su sede se encontraba en la Gran Vía de Bilbao, ni tenía grandes propiedades, ni más miembros que los dos que hemos visto, durante más de mes y medio, dar la cara ante los medios de comunicación. Precisamente, la arrogancia con la que Ceacero ha asumido su papel de portavoz de las exmonjas, llegando hasta el insulto a periodistas o Mario Iceta, tampoco ha servido para transmitir el mensaje bucólico, edulcorado y de irresistible felicidad que las monjas quisieron dar en su primer, y único vídeo conjunto en Instagram. Justo lo contrario.

Además, al conocer realmente la estrategia patrimonial e inmobiliaria de las exreligiosas -tal como ha explicado ABC este miércoles, al desvelar que crearon dos asociaciones para transformar los monasterios en entidades civiles- la presencia de Rojas y Ceacero en el monasterio, a los que ya el comisario pontificio pidió salir el 31 de mayo se entendía más como un intento de obtener una sede digna para su organización. La Pía Unión, según desveló ABC, sólo posee un caserón en Alar del Rey (Palencia) que dicen destinar a seminario de vocaciones tardías, pero qué solo está habitado por cuatro grandes perros y los propios Rojas y Ceacero, cuando acuden a limpiar o recoger el correo.

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