Las exclarisas planean sacar a las monjas mayores de Belorado ante la inminencia del desahucio

La descarga de camas articuladas y la compra de pañales para adultos hacen pensar que serán trasladadas a Orduña

La exreligiosas afrontan la vista previa el próximo martes y el 12 de septiembre es la fecha prevista para el lanzamiento

El Juzgado de Briviesca fija el 12 de septiembre para el desahucio de las exmonjas de Belorado y convoca una vista previa el 29 de julio

La exabadesa, Laura García de Viedma, junto a la exclarisa conocida como sor Berit, llegan al juzgado de Briviesca el pasado abril EFE

La hora de la verdad se acerca para las exclarisas de Belorado. Catorce meses después de romper con la Iglesia católica, el próximo martes, 29 de julio, están convocadas a una vista previa clave en el proceso de desahucio. El Juzgado de Primera Instancia e ... Instrucción Nº 1 de Briviesca (Burgos) ha citado para esa fecha a las ocho exreligiosas que siguen adelante con el cisma e incluso ya tiene señalada la fecha para un eventual lanzamiento: el 12 de septiembre. Desde que fueron excomulgadas en junio de 2024, la oficina del comisario pontificio para los monasterios, el arzobispo de Burgos Mario Iceta, ha considerado okupas a las exreligiosas y ha presentado diversas demandas para que abandonen los conventos.

Así, ante la inminencia de un posible desahucio, se plantean dos grandes interrogantes: ¿dónde irá a vivir la comunidad cismática si la Justicia les obliga a abandonar Belorado? y ¿qué ocurrirá con las hermanas mayores, que nunca han estado implicadas en el cisma, y por tanto no están excomulgadas ni pesa sobre ellas la demanda de desahucio? Estas religiosas, que tienen entre 86 y 100 años y presentan síntomas de pérdida de memoria y demencia propia de la edad, son consideradas por la Iglesia católica como la legítima comunidad monástica de Belorado. Sin embargo, en un vídeo publicado hace unos meses por su responsable de prensa, la exabadesa, Laura García de Viedma, ante la posibilidad de separarse de las monjas más mayores reconocía que iban a intentar que «se quedasen con nosotras, poder ir con ellas siempre, ya estemos aquí o donde sea».

Unas palabras que parecían anticipar la estrategia de la que ha tenido conocimiento ABC a través de diversas informaciones: en caso de desahucio, las exreligiosas se irían a vivir al monasterio de Orduña, al que tienen previsto trasladar en breve, incluso antes de la vista previa del próximo martes, a las cinco monjas más mayores. En uno de sus habituales giros de guión las exclarisas parecen querer anticiparse a una sentencia de desahucio en su contra y evitar la situación límite de que las religiosas más mayores se nieguen a abandonar Belorado ante la Guardia Civil en el momento del lanzamiento.

Desde la semana pasada, los vecinos cercanos al monasterio de Orduña (Vizcaya) han detectado movimientos inusuales en el recinto. La presencia de religiosas en el lugar se redujo mucho desde el anuncio del cisma, y todavía más cuando anunciaron la creación de su restaurante de clausura en Arriondas (Asturias), que obliga a una presencia constante de al menos tres exreligiosas. Las otras cinco han vivido en este tiempo sobre todo en Belorado, con breves visitas a los otros monasterios.

Sin embargo, en estos últimos días los vecinos consultados por ABC han visto como varios vehículos descargaban diversos enseres en el lugar, entre los que se encontraban «lo que parecían camas articuladas de las que se usan para enfermos o personas mayores». Una evidencia que apunta un traslado inminente, a la que hay que sumar el hecho de que una de las exclarisas, conocida en su etapa religiosa como sor Berit, hacía acopio estos días en la farmacia de Belorado de pañales para adultos. «Llevaba el coche a tope», ha explicado a ABC un testigo presencial.

Un nuevo conflicto

El traslado de las monjas mayores a otro monasterio generaría un nuevo conflicto tanto con el comisario pontificio, que ostenta la representación legal de los monasterios y por tanto tendría que autorizar cualquier traslado de las religiosas, como con la Federación de Clarisas, que este tiempo se ha hecho cargo de todos los gastos ocasionados por los monasterios intervenidos y que desde el primer momento se ha ofrecido para hacerse cargo de estas hermanas clarisas más mayores.

De hecho, en la última nota de prensa de la oficina del comisario, en la que anunciaban la vista previa, se recordaba que el procedimiento «no afecta a las cinco monjas que no han participado en el cisma, y que conforman actualmente la comunidad monástica de Belorado». Además, añadían que «dada su avanzada edad y delicado estado de salud, han sido desde el primero momento objeto de especial preocupación», por lo que «la atención y cuidados que precisan serán inmediatamente asumidos por la Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu, a la que pertenecen, tan pronto como sea posible acceder al monasterio». Las clarisas ya intentaron acceder en otro momento, pero fueron expulsadas por las exreligiosas, que llegaron a llamar a la Guardia Civil.

Video.

El destino de Orduña parece el más evidente si finalmente son desahuciadas de Belorado. Por un lado, sería lógico que las exmonjas descarten el monasterio de Derio, puesto que han contado que se vieron obligadas a abandonarlo ante las constantes «presencias preternaturales y demoníacas». A partir de ese momento lo trataron de vender, incluso por debajo de su precio de mercado, una operación que fue frenada por la Santa Sede y se encuentra en el origen del conflicto. Por otro lado, el hotel que tienen alquilado en Arriondas apenas tiene ocho habitaciones, insuficientes para todas las religiosas y las familiares que les ayudan en el restaurante y que ahora las ocupan. En algunas de estas estancias también han sido ocupadas en algún momento por los cachorros de raza que venden a través de su asociación protectora.

Las exreligiosas nunca pagaron las cuotas para la compra del convento, por lo que pasarían de okupas a 'inquiokupas'

Aunque tanto sobre el monasterio de Derio como el de Orduña también pesan demandas de desahucios, los procedimientos van mucho más retrasados que en Belorado y ni siquiera se han iniciado, quizás en espera de conocer que ocurre con el monasterio matriz. En el complejo entramado judicial que envuelve el caso, sobre Orduña pesa además una demanda de las clarisas de Vitoria que reclaman la propiedad del edificio, ya que las de Belorado nunca pagaron ninguna de las cuotas que se habían comprometido cuando lo compraron. Un juicio en el que las excomulgadas ni siquiera están personadas, ya que en estos momentos la representación legal de todos los monasterios recae en el comisario pontificio, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta. Así, de instalarse definitivamente en Orduña, las exclarisas, que no podrían demostrar la propiedad por ninguna vía, pasarían a ser inquiokupas.

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