Se trata de un método antiguo pero que cada año, a medida que se acerca el frío, vuelve a circular por internet llegando a gente que no lo conocía aún. Es el método «Winter», aunque no porque signifique invierno en inglés, sino en referencia a ... su creador, Dylan Winter, que ideó una sencilla forma de calentar una habitación de la casa por apenas unos céntimos al día.
Según el marinero británico, se necesitan ocho velas y dos macetas. Las velas se colocan encendidas en el interior de una bandeja de metal, se cubren con una maceta de cerámica pequeña tapando previamente el agujero del fondo. A continuación esa maceta pequeña se cubre con otra grande dejando abierto, ahora sí, el orificio del fondo.
De esta forma, según Winter, «las velas encendidas calientan el aire que hay detrás de las macetas. Como el calor tiende a ir hacia arriba, gracias a la creación de una corriente de convección entre el aire caliente y el aire frío, el aire caliente se escapa por el agujero central de la maceta más grande y por la parte de debajo de la bandeja».
«El uso de la maceta es un truco muy viejo que se remonta a la Segunda Guerra Mundial , cuando se utilizaba en los refugios antiaéreos en Reino Unido», explica en un vídeo que se viralizó hace años y que cada invierno vuelve a circular, aunque con otros autores y algunas variantes, utilizando también arandelas y tornillos, pero con la misma idea como base.
Sin embargo, este método tienes sus detractores, ya que algunos expertos consideran que no es seguro, tanto por utilizar fuego como por el sistema de combustión. Además, dudan de su eficacia: la máxima energía a transmitir es la que contiene la propia vela, y no es mucha, y lo comparan con calentar toda una habitación con una simple cerilla.
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