María, la explicación al mestizaje en España creada con inteligencia artificial

De orígenes británicos y de orígenes marroquíes L.C.

Cuatro de cada diez nacimientos son de padre o madre extranjeros. Así cambia el futuro de una niña española según el país de origen de sus padres

La niña de las imágenes es exactamente la misma española de cinco años una y otra vez. La misma exactamente en todo, salvo el país de origen de sus padres. ABC la ha generado con la tecnología de Inteligencia Artificial para conocer cómo será ... el futuro de cada una de ellas siendo, como es, la misma persona nacida y criada en el mismo país, España. La llamaremos María.

El peso demográfico de los hijos de los inmigrantes es cada vez mayor, y será aún más determinante a corto plazo, con la natalidad de los nativos españoles despeñada. Cuatro de cada diez recién nacidos en España cada año ya son de padre o madre extranjero. La proporción va en aumento, no por que nazcan más bebés de padres inmigrantes, una cifra estable los últimos años, si no por la caída libre de la natalidad de padres nacidos en España. Son el salvavidas demográfico de un país envejecido.

En los últimos 25 años, los principales países de origen de los españoles con padre o madre extranjero son Marruecos, Rumanía, Ecuador, Colombia, China, Italia, Bolivia, Argentina, Reino Unido y República Dominicana. Hay grandes diferencias en su mestizaje con la población local. Entre estas nacionalidades, las que más comparten paternidad o maternidad con nativos españoles son los italianos, dominicanos, argentinos y británicos; mientras que la endogamia entre chinos es del 90%, entre marroquíes del 75% y entre rumanos del 70%, según los cálculos a partir de datos del INE.

María, nuestra niña nacida en España representada mediante inteligencia artificial, tiene, por tanto, un 40% de posibilidades de tener una madre o un padre nacido en otro país. Si tiene algún progenitor extranjero, tiene un 25% de posibilidades de que uno o ambos sean de Marruecos, un 10% de que provengan de Rumanía; un 7,5% de Ecuador; un 5% de Colombia; y un 3,5% de que sean de China, Italia o Bolivia. Y esto, en parte, condiciona su futuro. Aunque solo en parte.

Clase socioeconómica

María estará más condicionada por su situación socioeconómica que por los orígenes de sus padres; pero, a su vez, estos orígenes coinciden con una situación de partida menos favorable. «La desigualdad viene marcada por la clase social, no por el origen étnico o nacional. En términos generales, la población migrante tiene una renta más baja, se concentra en los barrios más pobres y dispone de trabajos peor remunerados, lo que hace que los hijos hereden esas condiciones y después tengan dificultades para ascender socialmente», explica Yoan Molinero Gerbeau, investigador del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones (IUEM) de la Universidad Pontificia Comillas.

De orígenes marroquíes y de orígenes ecuatorianos L.C.

«No es lo mismo si hablamos de hijos de inmigrantes alemanes, ingleses o franceses, que en general viven en barrios más ricos, que de marroquíes, bolivianos o subsaharianos. Las trayectorias de inmigración, asentamiento, perfil socioeconómico, experiencias de discriminación, etc, son distintas, y en consecuencia las experiencias escolares y de movilidad social también», apunta Dan Rodríguez-García, director del grupo de investigación sobre Inmigración, Mestizaje y Cohesión Social (INMIX) de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Mestizaje

La María con orígenes de países ricos se encontrará en «una posición de mayor prestigio social y ventaja», según las palabras de Rodríguez-García, por sus características culturales diferenciales prestigiosas, como un idioma extranjero valorado socialmente, y un «estatus multiétnico visto como 'cosmopolita'». Los naturales de países de Europa occidental, además, son los más mezclados con parejas españolas nativas, con las facilidades para la integración que ello supone para su descendencia.

Si María es fruto de una pareja mixta con un progenitor de un país desfavorecido, o con ambos progenitores de aquel país, la situación podría ser diferente. «Los descendientes de parejas mixtas o endógamas cuya herencia étnica implica a un grupo o cultura de bajo prestigio social, y que poseen marcadores visibles estigmatizados en base a estereotipos y prejuicios históricamente construidos sobre ese origen o grupo (por ejemplo un color de piel oscuro), tienen una experiencia de mixticidad más limitada o negativa», apunta Rodríguez-García.

De orígenes colombianos y de orígenes argentinos L.C.

«Uno de los marcadores más negativizados en este sentido es la descendencia de países del Magreb, un origen sobre el que se vierte el estigma histórico del «moro», dentro de una religión ya universalmente racializada», destaca el director del INMIX. «A pesar de la mixticidad y de haber nacido y haberse socializado en España, la sociedad sigue imponiendo el estigma de la extranjeridad (no pertenencia) a los descendientes, total o parcialmente», señala. La española María, hija de marroquíes, por tanto, podría soportar posiblemente prejuicios por su color de piel, por los signos externos de su religión o por sus apellidos, por ejemplo, en el momento de acceder al alquiler de una vivienda o en el rechazo a un currículum en una solicitud de empleo.

Educación y trabajo

Sin obviar la pervivencia de estos prejuicios étnico-raciales que dificultan la inclusión, la integración de la inmigración en España, en términos generales, está siendo exitosa, o, cuanto menos, no conflictiva. A pesar de un proceso tan delicado como masivo, no ha habido conflictos graves ni ruptura de la convivencia, según confirma el estudio más ambicioso en España sobre la integración de los hijos de los inmigrantes, base y referencia de análisis sociológicos posteriores. En la 'Investigación Longitudinal de la Segunda Generación', elaborada por Rosa Aparicio y el premio Príncipe de Asturias Alejandro Portes, realizada en tres oleadas, entre 2007 y 2016, sus autores confirman «un balance consistentemente positivo sobre la integración de los hijos de los inmigrantes en España».

De orígenes venezolanos y de orígenes rumanos L.C.

Aparicio y Portes no observan ningún indicio de reactividad étnica masiva ni de alienación; más bien al contrario, comprueban un aumento sostenido en la identificación con España. No hay indicios de que se esté dando un proceso uniforme de marginalización o exclusión entre los hijos de los inmigrados, ni una etnicidad reactiva. El proceso de integración es, además, relativamente uniforme.

A la edad promedio de 18 años, solo el 5% de la muestra de hijos de inmigrantes declaró haber sufrido discriminación «alguna o muchas veces». La proporción de hijos de nativos españoles que se sienten rechazados o discriminados es más o menos la misma (6%). Estos datos indican un proceso de adaptación generalmente positivo y una convergencia psicológica y cultural entre hijos de inmigrantes e hijos de nativos. En España, no hay indicios de rechazo cultural o identidades reactivas mayoritarias entre los inmigrantes o sus hijos, según el estudio. María, sean cuales sean sus raíces, se sentirá parte del mismo universo cultural.

Mejor que en Francia, Reino Unido o Alemania

La integración es más exitosa que en otros países europeos. «No ha sido conflictiva gracias a que la sociedad civil española ha mostrado un carácter abierto y solidario», afirma Molinero Gerbeau. «En España no hay un modelo de integración, y eso ha hecho que quede en manos de los propios migrantes y de la sociedad en su conjunto. Por las particularidades de nuestro país, esto ha dado lugar a un resultado positivo», sostiene.

De orígenes italianos y de orígenes chinos L.C.

Esta integración sobre la marcha ha evitado, por ejemplo, la existencia de barrios gueto equiparables a otros países europeos. «En España partimos de la ventaja de no tener la segregación espacial de otros países, lo cual ya hace que los hijos de los migrantes sientan que sus condiciones de vida se deben a factores sociales y no a su origen étnico, pues las comparten con aquellos nacionales que viven y estudian en sus mismos barrios», afirma el investigador del IUEM. Las diferencias en la trayectoria futura de María según sus raíces, si las hubiera, serían, por tanto, menores que en otros países europeos.

En otros países europeos la integración ha sido, es y está siendo más difícil. Los procesos de adaptación de los hijos de los inmigrantes en Francia, el Reino Unido y los Países Bajos han estado marcados por identidades reactivas opuestas a la sociedad de acogida. Su aculturación no les ha supuesto movilidad profesional. Contrariamente a las políticas de asimilación forzosa practicadas en otros países y que han conducido al fracaso, las políticas de tolerancia hacia las comunidades extranjeras y una orientación proactiva hacia sus metas se ven reflejadas en los buenos resultados del proceso de integración constatados en el estudio de Aparicio y Portes.

De orígenes paquistaníes y de orígenes filipinos L.C.

Las políticas de los gobiernos centrales y autonómicos no se han visto arrastradas hasta ahora por tendencias pesimistas sobre la integración, sino que se mantienen en la línea de promover la tolerancia étnica y procesos graduales de asimilación. «La acogida por múltiples entidades oficiales ha sido y es activa en brindar apoyo al proceso de integración tanto de familias como de comunidades de inmigrantes. Esto explica la baja sensación de discriminación y la mayoría creciente identificada con el país», sostienen Aparicio y Portes. María cuenta con todo el apoyo de la administración española.

Educación y trabajo

No hay logro más importante a la hora de evaluar el proceso de adaptación de los jóvenes hijos de los inmigrantes que su progreso educativo. En cuanto a las expectativas académicas y deseos o metas, no hay grandes diferencias entre hijos de padres nativos españoles, de parejas mixtas e hijos de ambos padres inmigrantes, un buen dato de integración escolar. Los descendientes de inmigrantes en España no han tenido una actuación estelar, pero tampoco un fracaso absoluto. Según sus calificaciones, están rezagados en cuanto rendimiento escolar medido, pero la brecha no es insalvable ni tan alta como la que se observa en otros países europeos.

De orígenes senegaleses y de orígenes alemanes L.C.

Los hijos de algunas nacionalidades, en especial marroquíes y algunos latinoamericanos, van por detrás en muchos de los indicadores de logro. Este resultado es atribuible en gran parte al modesto origen socioeconómico de los padres, según el estudio de Aparicio y Portes. El estatus socioeconómico familiar y las familias completas influyen, y hacen desaparecer las diferencias por nacionalidad. Aún así, es notable también el bajo nivel de logro educativo y de ambición de los dominicanos.

En cuanto a los indicadores de integración negativa (abandono de estudios, abandono del hogar familiar, desempleado y sin estudiar, arrestado o encarcelado, ha tenido hijos), el 78,4% de los hijos de los inmigrantes no registra ninguno a la edad promedio de 18 años, y solo el 4,3% registra dos o más. Las proporciones son muy similares a las de los hijos de los españoles (76,5% y 3,8% respectivamente), según la encuesta. El estatus familiar, las buenas relaciones con los padres y la autoestima reducen significativamente los incidentes negativos. Los hijos de los peruanos y, en particular, los hijos de chinos son los que menos muestran tendencias negativas.

De orígenes chilenos y de orígenes nigerianos L.C.

No hay una salida masiva del sistema educativo y, salvo algunas nacionalidades, resulta excepcional la incorporación temprana al mercado laboral. Las aspiraciones ocupacionales entre los jóvenes hijos de inmigrantes no difieren de las de sus contemporáneos nativos. Los niveles educativos alcanzados por los hijos de nativos españoles, no obstante, son significativamente superiores a los alcanzados por los hijos de los inmigrantes. Esto se refleja en una considerablemente mayor proporción de hijos de inmigrantes con puestos de trabajo no cualificados o menos cualificados.

Sin embargo, las diferencias en los niveles educativos no explican suficientemente las diferencias en los tipos de trabajos que obtienen unos y otros, según el informe de 'La integración de los hijos de inmigrantes en el mercado laboral', participado por Aparicio. Sus datos muestran que, con el mismo nivel de estudios, una proporción muy superior de hijos de nativos consiguen empleo como técnicos y profesionales comparado con los hijos de inmigrantes (40% frente al 20% con estudios universitarios).

De orígenes bolivianos y de orígenes rusos L.C.

Los hijos de inmigrantes que han nacido en España, no obstante, tienden a distanciarse de esta condición, puesto que se sienten españoles y, por tanto, con las mismas oportunidades que cualquier joven español. Por eso, ante las dificultades que afrontan a la hora de insertarse en el mercado laboral, van a interpretarlas desde su posición personal y no desde su condición de hijos de inmigrantes, según recoge el informe. María, según su origen, podría encontrar cierta resistencia en la selección de personal de trabajos cualificados.

De la integración laboral depende la movilidad social de los hijos de los inmigrantes, una parte cada vez más importante de la población, y el éxito de su completa participación en igualdad en la sociedad española. Como concluyen Aparicio y Portes: «Más que la primera generación de inmigrantes, compuesta por personas socializadas en países extranjeros, son sus hijos los que cuentan en cuanto encarnación de las consecuencias de la inmigración a largo plazo. Nacidos en España o llegados aquí en su primera infancia, estos nuevos españoles están llamados a desempeñar papeles sociales, culturales y políticos importantes en la vida futura del país. Su situación actual dará claridad para imaginar lo que el futuro nos deparará». España, el país de María, sean cuales sean sus raíces.

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