España y otros 133 países incluirán la agricultura en sus planes de recorte de emisiones

Se trata de una declaración voluntaria en la que también figuran EE.UU., Brasil y China, por lo que están representadas el 70% de las emisiones del sistema agroalimentario a nivel global. Los países se dan dos años de plazo para integrar en la medida de sus posibilidades al sector agrícola y el sistema alimentario en sus planes de recortes de emisiones, así como en los planes de adaptación al cambio climático y de biodiversidad. Considerarán adoptar nuevos objetivos a partir de 2025 pero, como primer paso, el próximo año las naciones presentarán datos que cuantifiquen cómo el cultivo, el transporte y el consumo de alimentos contribuyen a su huella de carbono nacional.

La inclusión de los sistemas agroalimentarios en la lucha contra el cambio climático ha ido ganando fuerza en los últimos años, a medida que los científicos lo han identificado como el origen del 30% de los gases de efecto invernadero generados por el ser humano, a pesar de que no haber sido integrados entre las posibles soluciones hasta ahora. 

Los firmantes se comprometen a «revisar u orientar las políticas y el apoyo público» relacionados con la agricultura y los sistemas alimentarios para «promover actividades que aumenten los ingresos, reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero y refuercen la resiliencia, la productividad, los medios de vida, la nutrición, la eficiencia hídrica y la salud humana, animal y de los ecosistemas» al tiempo que reducen el desperdicio alimentario y la degradación de ecosistemas, dice la declaración.

En resumen, quieren «adaptar y transformar» la agricultura y los sistemas alimentarios para responder al cambio climático. Se abren también a facilitar la implementación de los avances tecnológicos al campo y aseguran que los diferentes ministerios implicados (incluidos los de agricultura, clima, energía, medio ambiente, finanzas y salud) colaborarán entre ellos.

Los grupos ecologistas vieron con buenos ojos la declaración, que pone por primera vez en primer plano en estas cumbres al sector agrícola, aunque con el recelo habitual sobre si las promesas se convertirán en hechos.

El anuncio se ha hecho público el mismo día que un organismo de la ONU ha alertado de que el ciclo del agua está cambiando en todo el mundo y los datos muestran que la sequía se ha convertido en «una emergencia sin precedentes a escala planetaria». Sus impactos son «masivos» e irán a más con el aumento de la temperatura global.

Es la conclusión del informe 'Global Drought Snapshot', lanzado por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD). Tras recopilar los datos más recientes disponibles, el organismo concluye que pocos peligros hay que se cobren más vidas, causen más pérdidas económicas y afecten a más sectores de la población que la sequía.

Al menos 1.840 millones de personas están afectadas por la sequía. Solo en 2022, en Europa la superficie afectada representó el equivalente al territorio de Italia y Polonia juntos, 630.000 km2. El 70% de los cultivos de cereales del Mediterráneo se han visto dañados por la sequía entre 2016 y 2018; mientras que en Argentina la caída de la producción de soja para este año se prevé en un 44%. Además, el 98% de los 32,6 millones de desplazados por desastres naturales fueron por fenómenos relacionados con el agua. Hay cambios «alarmantes» en el ciclo del agua, refleja el informe.