¿Es el escepticismo tecnológico una moda? Estudios demuestran que prohibir el móvil en el aula no mejora los resultados
Existe evidencia que relaciona el uso de las redes sociales en adolescentes con un empeoramiento de la salud mental. Sin embargo, no se puede afirmar que sacar los teléfonos de los colegios reduzca su tiempo de uso o que mejore los resultados
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Iniciar sesiónEstonia, que es el país estrella de la Educación mundial, acaba de dar un giro de timón en su política educativa en sentido contrario a la mayoría de países europeos. Mientras Francia, Reino Unido o también España se dirigen a la 'extinción' de ... los teléfonos móviles en el aula, el país báltico renuncia a su prohibición. Y, además, en contra de la moda regulatoria emergente, apuesta por programas tecnológicos para formar a estudiantes y maestros en el uso de la IA de cara a su futuro laboral. ¿Es el escepticismo tecnológico una moda?
Numerosos son los estudios que han relacionado la exposición de los menores a las redes sociales con un empeoramiento de la salud mental. Ahí están voces de prestigio internacional como la del investigador estadounidense Jonathan Haidt que en su polémico ensayo 'La generación ansiosa' demostraba cómo los teléfonos son los causantes de la crisis de ansiedad que afecta a los jóvenes de todo el mundo, siendo más perjudicial en chicas que en chicos. Pero, ¿cogen los chavales con más ganas sus 'smartphones' cuando acaba la jornada lectiva si no lo pueden mirar ni un segundo en clase? Ahí parece estar la clave.
Que las redes sociales se vinculen con la depresión o la ansiedad en adolescentes no implica necesariamente que las políticas educativas que restringen los móviles en los colegios acaben con estos problemas de salud mental ni –mucho menos– que traigan una mejora de los resultados académicos. Esas son las conclusiones que se pueden extraer de un estudio publicado en abril por la revista científica 'The Lancet' a partir de un análisis realizado en 325 escuelas británicas. En 229 se habían prohibido los teléfonos inteligentes y 96 decidieron ser 'permisivas' con el uso de estos dispositivos. Pues bien, la puntuación media de bienestar fue muy similar en las dos tipos de escuelas. De igual manera, no se observaron diferencias significativas en ansiedad, depresión, uso problemático de las redes sociales, sueño, actividad física, rendimiento académico ni comportamiento disruptivo.
Lo curioso es que si nos fijamos en el tiempo total que pasan los adolescentes con el teléfono móvil, no hay diferencias entre aquellos que no lo pueden utilizar en el colegio y aquellos que sí. Los hallazgos de 'The Lancet' sugieren que las políticas escolares restrictivas en su forma actual no influyen significativamente en el uso del teléfono y las redes sociales ni producen mejores resultados para los adolescentes en diversas áreas mentales, físicas y cognitivas. Por lo tanto, estos hallazgos no aportan evidencia que respalde el uso de políticas escolares que prohíban el uso del teléfono durante la jornada escolar en su forma actual, e indican que estas políticas requieren mayor desarrollo, abordando tanto el uso dentro como fuera de la escuela.
Pero el de 'The Lancet' no es el único estudio reciente que va en esta línea. Una investigación publicada hace unos meses por la Universidad Tecnológica de Queensland concluyó que la evidencia actual no respalda la efectividad de la prohibición de teléfonos celulares. Yendo un paso más allá, otro estudio elaborado en Florida reveló que los niños con teléfonos inteligentes son, de hecho, más saludables que los que no los tienen, aunque también es importante enseñarles a usarlos con prudencia.
A menudo, lo que creemos que debería ser útil para los niños y lo que realmente lo es pueden ser dos cosas muy diferentes. La revisión de la investigación de la Universidad Tecnológica de Queensland concluyó: «Nuestros hallazgos consolidados mostraron poca o ninguna evidencia concluyente de que la prohibición general de los teléfonos celulares en las escuelas haya mejorado los resultados académicos, la salud mental y el bienestar, y haya reducido el ciberacoso».
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