El entorno de Valls-Taberner se rebela contra el libro 'Opus': «Es demencial»
El portavoz de las fundaciones que creó el histórico presidente del Banco Popular denuncia que dieron acceso a su figura al periodista Gareth Gore y éste les engañó: «Es un ataque agresivo y sin justificación». El autor admite que cambió el plan, pero mantiene todas las acusaciones contra el Opus Dei
Gareth Gore: «Me sentí obligado a contar toda la historia, eso es lo que hacen los periodistas»
Madrid
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Iniciar sesiónEste artículo va de tres personas. Una falleció, otra está indignada y la tercera va a publicar un libro que aspira a ser un éxito de ventas. El primero es Luis Valls-Taberner (1926-2006), histórico presidente del Banco Popular y reconocido filántropo vinculado al ... Opus Dei. La segunda es Yago de la Cierva, portavoz de las tres fundaciones que Valls Taberner creó para desarrollar una inquietud social que fue pionera en el sector. El último es Gareth Gore, periodista británico que fue corresponsal en España y que el próximo día 8 publicará 'Opus', una obra que antes de nacer ya está generando controversia.
Yago de la Cierva representa a la Fundación Hispánica, al Patronato Universitario y a Fomento de Fundaciones. Ha decidido contactar con ABC para denunciar públicamente que se siente víctima de un engaño protagonizado por el autor de 'Opus' (Crítica), un relato agresivo desde los subtítulos de portada: «Ingeniería financiera, manipulación de personas y auge de la extrema derecha en el seno de la Iglesia católica». De la Cierva asegura que Gareth Gore les ha engañado desde el principio y que ha convertido las facilidades que le dieron para acceder a la figura de Valls-Taberner en una estratagema para construir un relato «falso» sobre él y conseguir así crear un libro contra la Obra. ABC también ha hablado con Gore.
De la Cierva asegura que fue el periodista quien se acercó a ellos diciéndoles que quería escribir sobre Luis Valls-Taberner bajo el argumento de que le parecía una figura «fascinante». La propuesta no resulta extraña si se tiene en cuenta que, por un lado, Valls-Taberner fue una persona que siempre trató de pasar inadvertido, dentro de lo posible dada su posición; y, por otro, fue un pionero en España en la vinculación entre la banca y la acción social ya desde los años 70, lo que después se denominó Responsabilidad Social Corporativa (RSC).
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«Nosotros no tomamos la iniciativa», relata De la Cierva, «y él nos pide mucha información, cada vez más y nosotros hacemos dos cosas: en primer lugar le damos datos sobre Luis y sobre su filantropía, sobre las fundaciones que él había creado. Como se ve que no quería trabajar mucho, se la buscamos y la ordenamos de acuerdo con el esquema que él tenía». Además, continúa, se le puso en contacto «con mucha gente que ha conocido a Valls-Taberner, que le ha tratado como colaborador, como supervisado, como colega, como competidor, amigos, parientes y le facilitamos toda esa investigación». Sin embargo, y aquí llega la sorpresa «él ha seleccionado todo lo negativo que ha encontrado, ha quitado todo lo positivo sobre la figura y nos hemos encontrado con un libro con un gran sectarismo que es un auténtico disparate para todos aquellos que han conocido a Luis; nadie que le haya conocido o que tenga dos dedos de frente se lo puede creer».
De la Cierva destaca también su papel como «muñidor de acuerdos» en la Transición y pone un ejemplo: «Es el primer banquero que presta dinero al partido comunista y durante mucho tiempo». Es más, a modo de anécdota rescata el relato de quien fue secretario suyo durante seis años y ha sido hasta hace poco consejero delegado de Banco Santander España, Ángel Rivera. «Era un líder ejemplar, recto, dedicado, superserio, educadísimo, concienzudo y austero. Un 30 de noviembre me dijo empleando el plural mayestático: «Ángel, cuánto dinero tenemos en la cuenta?». «Don Luis, tiene usted 143 millones de pesetas». «A uno de enero hay que empezar a cero: hay que ayudar, en enero esto tiene que estar a cero, y donaba todo. La gente le quería. Es raro el día que no me acuerde de él».
ABC pregunta a De la Cierva:
—¿Por qué habría que escribir un libro sobre Luis Valls Taberner?
—Luis Valls es una figura muy interesante en la segunda parte del siglo XX en España. No sólo tuvo un papel muy importante en las finanzas: fue capaz de transformar un banquito, uno de más de 400 bancos que había en España, en uno de los siete grandes. Fue capaz de que ese banco no solamente fuera un banco rentable, sino que fuera elegido durante más de dos años el mejor banco del mundo en rentabilidad. Es decir, es una persona que en su campo, la banca, fue ejemplar, fue excelente. Además, junto a eso, Luis Valls tuvo un comportamiento de filántropo que hasta ahora era totalmente desconocido, porque él quería ayudar y ayudaba mucho y quería siempre permanecer en la sombra, hacer sin que se le viera; y esto pensamos que en este momento era muy interesante, sobre todo ahora que se está acercando el centenario de su nacimiento.
—El libro se titula 'Opus'. ¿Es un libro sobre el Opus o sobre Luis Valls?
—Yo hablo en nombre de las fundaciones que creó Luis Valls, y yo estoy aquí porque en las fundaciones nos parece absolutamente demencial que una persona haga un ataque tan agresivo y tan sin justificación a una persona que ha muerto. Este no es el Luis Valls que nosotros conocimos.
—¿Pero el libro es una biografía o no sobre Luis Valls?
—No. Es un alegato contra el Opus Dei. Luis Valls y las fundaciones que él crea son un elemento muy importante en ese libro, porque las acusaciones contra el Opus Dei son fundamentalmente dos: que nos dedicamos a la trata de personas y que Luis Valls es el arquitecto de un sistema para mandar de manera ilegal dinero a todo el mundo para esa trata de personas. ¿Pero de verdad se puede decir esto de una persona que ha fallecido hace casi 18 años? Nadie jamás ha dicho nada sobre eso, todos los artículos que ha escrito mucha gente a su muerte son de unos elogios casi vergonzantes. Es un hombre con virtudes y con defectos, pero el libro no tiene ni pies ni cabeza.
De la Cierva asegura reiteradamente que «a nosotros nos engañó» y explica que sus fundaciones colaboran con todo el que se les acerca para conseguir información. «Nosotros no investigamos a la gente, cuáles son sus intenciones, nos ponemos a su disposición, colaboramos pensando que lo que nos ha dicho es cierto. Se ha demostrado que su comportamiento es totalmente antiético. Si nos hubiera dicho «voy a hacer un trabajo para destrozarle, pues nos lo pensamos, pero probablemente, hubiéramos colaborado diciendo: 'Oye, los datos son estos'».
«Es asombroso», repite una y otra vez: «Que este libro sea fruto de la investigación de un periodista serio es imposible, no sé, es muy difícil creerse que haya sido capaz de hacer eso».
—¿Firmaron algún contrato?
—No firmamos nada, ¿qué tenemos que firmar si nosotros no estamos dando nada confidencial?
—¿Usted cree que él venía con esa predisposición o de repente ha sido influido por un interés, ha encontrado algo que le ha llamado la atención para centrarse en el Opus?
—Yo no quiero juzgar intenciones, pero el resultado es sectario. Deja fuera todo lo que da el contexto. Hay muchos datos que son auténticos, los que les hemos dado. Todo lo que está mal es la interpretación. Por eso es sectario en este sentido: esto me lleva a la conclusión que quiero dar, sí; esto no me lleva, lo quito.
—¿Cómo se concreta el ataque al Opus Dei?
—Yo no represento al Opus Dei, que dará su respuesta a todas las acusaciones. El libro está lleno de acusaciones sin ningún tipo de fundamento. Cuando dice que el fundador del Opus Dei se cabreó con el Vaticano y dijo que hacía que el Opus Dei se fuera de la Iglesia católica y se hiciera una Institución de la Iglesia ortodoxa… ¿pero en qué cabeza cabe eso?
De la Cierva denuncia que Gore sólo recoge las voces críticas, no las favorables, por lo que lo califica de «tendencioso». «Ofrece a tus lectores un retrato con luces y sombras, pero no todo negro. Acusar a Luis Valls de haber robado a los accionistas, de haber manipulado a los empleados del Banco Popular, de haber destrozado el banco cuando el banco cae once años después de su muerte, pensar que ha manipulado a miembros del consejo de administración para que cedan sus emolumentos por ser miembros del consejo libremente. ¿Pero realmente un consejero cede a una presión? ¡Estamos hablando de gente de muchísimo nivel! Yo lo que quiero es defender a la persona de Luis Valls y el legado que él ha dejado, sobre todo que ante una persona que no se puede defender y que fue ejemplar como banquero. El ataque es intolerable porque es absolutamente injustificado».
«Es muy triste, es sumamente triste», añade: «Ha hecho la labor del escarabajo pelotero: va reuniendo toda la basura y le da una forma bellísima redonda. Eso sí, yo le reconozco un mérito al autor, que es que sabe escribir, pero lo que escribe no tiene ni pies ni cabeza».
—¿Se sienten engañados?
—Nos sentimos engañados, pero eso es lo de menos, sentimos que pueda engañar a mucha gente y que puedan hacer que la labor que hacen estas fundaciones pierda fuerza. O sea, lo que nos duele es ese ataque a una persona que ha hecho muchísimo por el país, muchísimo por la banca y por muchísimas personas.
—¿Qué cree que pensaría él si hubiera leído este libro?
—Que le atacaran a él le daría igual, porque él habló con hechos. Hechos de banquero, hechos de filántropo y hechos de relaciones personales con sus amigos. Sí que le dolería mucho el ataque al Opus Dei porque en el fondo fue una parte muy importante de su vida y donó gran parte de su sueldo a iniciativas apostólicas del Opus Dei.
Gareth Gore responde: «Me sentí obligado a contar toda la historia»
En respuesta a ABC, Gareth Gore admite que el proyecto comenzó como una biografía de Valls-Taberner y su papel en convertir al Banco Popular «en uno de los más rentables del mundo», aunque señala que también le «interesaba el misterio de cómo este exitoso banco pudo desplomarse de forma tan espectacular». No obstante, enmarca el cambio de guion en una actitud «responsable» de quien está «abierto a los hechos». «No podía cerrar los ojos ante los abusos, la manipulación y los engaños del entorno que lo rodeaba, o ante el papel del Banco Popular en la financiación de ese sistema. Me sentí obligado a contar toda la historia. Eso es lo que hacen los periodistas», asegura.
Gore añade que «el Opus Dei sí vio una copia del libro antes de su publicación y contrató a abogados para que lo revisaran línea por línea. Claramente no encontraron nada que no estuviera basado en hechos». También revela que el Opus Dei le proporcionó «una recopilación muy selectiva» de cartas entre Luis Valls-Taberner y Josemaría Escrivá y que habló con más de cincuenta personas «que lo conocían muy bien, algunas de las cuales también me proporcionaron documentos».
Además, pasó «semanas enteras en los archivos, tanto en Solares, donde ahora se encuentran los archivos del Banco Popular, como en Pamplona, donde se conservan algunos de los documentos de Luis Valls-Taberner». En cuanto a la acusación de engaño, Gore asegura que se trata de un «falso relato» para desacreditar al autor y al libro e insiste en las acusaciones que mantiene en el libro: «tráfico de personas, abuso y manipulación, fraude financiero».
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