Enfermeras españolas a la fuga: «Ni con plaza fija me mereció la pena quedarme»

Como ella, cada vez son más quienes se suman a la «fuga de cerebros» y optan, especialmente, por irse a Estados Unidos o a Noruega a trabajar. Ayer, el Consejo General de Enfermería (CGE) indicaba que más de 1.000 profesionales de Enfermería han solicitado marcharse al extranjero entre enero y junio de 2025, una cifra que puede convertirse en «récord» a finales de año. «Con este ritmo de salidas vaticinamos que a final de año se supere la cifra histórica de enfermeras que se forman en España, pero que acaban ejerciendo en el extranjero», apuntaba Diego Ayuso, secretario general del CGE. Hasta 1.473 y 1350 enfermeros hicieron lo propio en 2023 y 2024 respectivamente.

Ni Trump ni sus políticas en contra de los inmigrantes ha frenado su despedida de España. En los últimos dos años, más de 600 enfermeras han optado por Estados Unidos como país para iniciar una nueva vida, según datos del CGE. «Si cuentas con un visado estás bien, las políticas contra la inmigración ilegal si que están siendo muy duras, pero la realidad es que a nosotros no nos afectan. De hecho, en los últimos meses han avanzado mucho las listas de visados para enfermeras», explica Ginés, quien también ayuda a otras profesionales como ella a mudarse a EE.UU. y que afirma que no ha notado una bajada de interés en los últimos dos años.

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«Nos encontramos en una situación gravísima no solo aquí, sino a nivel europeo y mundial. Si bien es cierto que nos queda mucho para alcanzar las cifras europeas, estamos asistiendo a un deterioro de la profesión en todos los países y estamos observando cómo en lugar de potenciar la figura de la enfermera, cada vez se intenta debilitarla», afirmaba Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería. Asimismo, el CGE sitúa la falta de profesionales en 123.000, una cifra superior a la estimada por Sanidad en enero, departamento al que ha criticado por considerar que no toman medidas a pesar de reconocer el problema.

Todo ello contribuye a que la proporción de enfermeras en España sea de 6,36 enfermeras por cada 1.000 habitantes. Pero los malos datos españoles no son una excepción en la Unión Europea, ya que el informe presentado ayer por el CGE desvela cómo la media de los 27 países miembros baja de las 8,83 enfermeras por cada mil habitantes en 2023 a 8,19 en 2024. Desde el CGE han insistido en que llevan mucho tiempo advirtiendo de que «sin enfermeras no hay salud, y sin salud no hay futuro», «Estos datos solo apuntan en una dirección: el desprecio absoluto por la profesión. Y si no se actúa con urgencia, muy pronto nos arrepentiremos», lamentaba Pérez Raya, quien señalaba las diferencias que existen en los ratios de las comunidades autónomas. Mientras regiones como Navarra, con 8,92 enfermeras por cada 1.000 habitantes, están por encima de la media europea; otras, como Murcia, tienen una proporción de 4,99 enfermeras por cada 1.000 habitantes, algo «inaudito» y que «no se puede entender» que unos ciudadanos reciban una atención mejor que otros en base a la comunidad autónoma en la que residan.

Desde el CGE también han hecho mención a la situación «crítica» que se va a vivir este verano, cuando la plantilla fija del centro sanitario se va de vacaciones impidiendo que se cumplan adecuadamente las vacantes necesarias y se vea por ende mermada su capacidad para atender las necesidades de los pacientes. «Las enfermeras merecen disfrutar de unas vacaciones pero la incorporación de las recién egresadas no es suficiente», señalaba Ayuso. Cabe recordar que para el curso 2023/2024, 43.871 personas querían estudiar Enfermería, pero solo hubo 10.532 matrículas. Es decir, solo una de cada cuatro personas que querían acceder a este grado universitario lo consiguió.

El CGE ha incidido también el coste de toda esta coyuntura para el sistema sanitario. Para ello, ha recurrido a un estudio de la Universidad de Southampton (Reino Unido) y publicado en la revista BMJ Quality & Safety, que estima que cada día con escasez de enfermeras en los primeros cinco días de ingreso de un paciente se traduce en un 8% más de riesgo de muerte; un 1% más de reingreso y un 69% más de tiempo de hospitalizaciones de entre cinco y ocho días. Darle la vuelta a esta situación requeriría de una inversión de 232 por ingreso, lo que, según Ayuso, evitaría 6.527 muertes al año.

Ayer miles de enfermeras y fisioterapeutas se movilizaron en varias comunidades para manifestar su indignación por el recorte salarial que sufren en sus dos pagas extraordinarias y que les supone cobrar unos 700 euros menos de media al año, en una tendencia que llevan padeciendo desde hace ya 15 años. «Desde 2010 hemos sufrido un robo permanente de 11.000 euros. Los políticos se han comido un dinero que forma parte de nuestro salario», denunciaban. El sindicato Satse, convocante de la movilización, exige que las futuras leyes de Presupuestos Generales del Estado recojan la recuperación del importe íntegro de las pagas extraordinarias.