Cómo se elige al presidente de la Conferencia Episcopal: proceso, candidatos y electores

Si el arzobispo de Valladolid sale elegido o no dependerá de cómo se decida la votación de sondeo que se celebra este lunes. Y es que en la Conferencia Episcopal el proceso democrático tiene unas particularidades claras, con el objetivo de que la cúpula de la Iglesia española quede renovada con las máximas garantías para los próximos cuatro años.

La Aasamblea renovará todos sus cargos, excepto el del secretario general, Monseñor Francisco César García Magán, obispo auxiliar de Toledo, y el vicesecretario de asuntos económicos.

Los 78 electores (no han sido 79 porque finalmente no ha llegad la prórroga solicitada al Vaticano para que el cardenal Osoro retuviera una semana más el cargo) deben votar a su presidente, vicepresidente, miembros de la Comisión Ejecutiva, presidentes de las Comisiones Episcopales, presidente del Consejo Episcopal de Asuntos Jurídicos, miembros del Consejo Episcopal de Economía y los presidentes de las Subcomisiones Episcopales.

Esos 78 electores son los miembros de pleno derecho de la Conferencia:

En este caso, tienen derecho a voto 2 cardenales; 16 arzobispos; 50 obispos y 9 auxiliares; además del administrador diocesano de Gerona.

No existe como tal ninguna premisa previa para los cargos de la Conferencia Episcopal, si bien sí hay recomendaciones que deben seguir. Una carta enviada por el Papa Francisco en 2022 recomendaba encarecidamente que no se eligiese para los cargos de presidente y vicepresidente a nadie con 75 años, mientras que el Dicasterio para los Obispos recomendó también excluir a quienes los cumplan en los próximos cuatro años.

De esta manera, de los 78 miembros eclesiásticos que podrían salir elegidos y que son, de facto, electores, queda un total de 49 candidatos posibles. Según los estatutos, para los cargos de presidente y vicepresidente pueden ser elegidos los obispos con derecho a voto, excepto los obispos auxiliares. Para el resto de cargos pueden ser elegidos todos los obispos con derecho a voto.

Para todos los cargos se realiza una elección secreta. Primero se realiza una votación de sondeo, que solo tiene valor consultivo y no vinculante, pero que sirve para que todos los miembros de la Asamblea vean quiénes son los candidatos más fuertes o las diferentes corrientes que puede haber para cada cargo.

Solo para el caso del presidente hay un tiempo amplio de reflexión entre la votación de sondeo y la primera votación, toda una noche que, a semejanza del término acuñado por la orden jesuita, se conoce como noche de murmuraciones. Haciendo la analogía con la política civil, sería el equivalente a una noche de debate y conversación pero entre los electores y candidatos hablando entre sí para votarse.

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Una vez que llegue el momento de la votación (en este caso, será este martes a las 10 de la mañana), los obispos tendrán que emplear una aplicación en sus tablets personalizadas. Antiguamente se hacía con papel y una urna que se iba pasando por la asamblea. En caso de que en primera vuelta no salga elegido un candidato por mayoría absoluta (la mitad más uno), se vuelve a votar y, si aún así, no sale dicha mayoría, se hace un tercer plebiscito entre los dos con más apoyos y, si aún hay empate, será elegido el de mayor edad.

Este proceso sirve no solo para el de presidente y vicepresidente, que pueden ser o no de la misma línea, sino también para el resto de cargos.