EE.UU. señala la dana de Valencia como uno de los peores desastres de 2024
El histórico diluvio en Valencia dejó 224 muertos y figura como el fenómeno climático más letal del año con el huracán Helene, según un informe oficial
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El informe anual sobre el clima global de 2024, elaborado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), destaca los fenómenos climáticos más extremos del año, situando entre ellos las lluvias torrenciales en Valencia, España, que dejaron más de 200 muertos ... en octubre. Esta dana, ocurrida en un año marcado por récords históricos de temperaturas y fenómenos extremos, se señala como uno de los desastres más catastróficos registrados, reflejando el impacto acelerado del cambio climático en regiones vulnerables como el Mediterráneo.
Es, junto con el huracán Helene en Estados Unidos, uno de los fenómenos climáticos más mortíferos del mundo en 2024. El informe inicial registró más de 200 muertes por las riadas en Valencia, cifra que posteriormente se actualizó a 224 víctimas. Por su parte, los estragos causados por Helene en otoño dejaron un saldo de 219 fallecidos, según el mismo informe. Esto posiciona a la dana de Valencia como el fenómeno natural más letal del año, reafirmando la gravedad de los fenómenos extremos vinculados al cambio climático.
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El informe de la NOAA describe el fenómeno de Valencia como «un histórico diluvio de lluvia en el sur de España en octubre que causó destrucción catastrófica y más de 200 muertes en la zona de Valencia». Este fenómeno se presenta en el contexto de los fenómenos climáticos extremos registrados en Europa durante 2024, un año que fue el más cálido en el continente desde que existen registros, con una temperatura media 2,45°C por encima del promedio histórico. Además, se enmarca en una tendencia alarmante de aumento de la intensidad y la frecuencia de estos fenómenos, que exacerban la vulnerabilidad de las regiones mediterráneas, tanto en términos de impactos humanos como económicos.
En Europa, el informe de la NOAA sobre el clima de 2024 destaca cuatro fenómenos catastróficos, dos de los cuales golpearon con especial dureza la región mediterránea española. El más destructivo fue el histórico diluvio en Valencia. Antes, en julio, olas de calor extremo azotaron el sur de Europa, con temperaturas que superaron los 38°C, desatando incendios forestales y cobrándose numerosas vidas. A estos se sumaron las severas inundaciones en el sureste de Francia en marzo, debido a la tormenta Mónica, y la devastadora tormenta Bert en noviembre, que dejó graves daños y evacuaciones masivas en el Reino Unido. Estos fenómenos subrayan, según el informe, cómo el cambio climático está intensificando los fenómenos extremos en el continente.
El informe de la NOAA sobre el clima global en 2024 ofrece un diagnóstico inquietante: el año más cálido registrado desde 1850, con una temperatura media global 1,29°C por encima de la media del siglo XX. Este nuevo récord es parte de una tendencia de aceleración del calentamiento global, con un aumento tres veces más rápido desde 1975. Además, los océanos registraron temperaturas récord durante 15 meses consecutivos, un fenómeno sin precedentes que contribuyó al derretimiento del hielo ártico y al aumento del nivel del mar, agravando los impactos en las regiones costeras y los ecosistemas marinos.
Entre las regiones más afectadas, el Mediterráneo y el sur de Asia figuran como epicentros de fenómenos extremos. Olas de calor devastadoras, incendios forestales y lluvias torrenciales dejaron miles de víctimas y pérdidas económicas incalculables. Según la NOAA, «la magnitud y la frecuencia de los fenómenos climáticos extremos registrados en 2024 son un claro reflejo del impacto acelerado del cambio climático. La reducción urgente de las emisiones de gases de efecto invernadero y la implementación de medidas de adaptación son esenciales para mitigar las consecuencias devastadoras que estas tendencias están generando a nivel global».
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El informe se elaboró con la Administración Biden aún en el poder, un gobierno que ha impulsado medidas contra el cambio climático y ha respaldado acuerdos internacionales como el de París. En contraste, el gobierno de Donald Trump se caracteriza por una política de desregulación ambiental, incluyendo la declaración de una emergencia energética para facilitar las perforaciones petrolíferas y la salida de aquel mismo acuerdo.
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