Drones, todoterrenos con cañones y casi 200 trampas: así frena Andalucía el virus del Nilo
La región pasa de los 118 infectados y una decena de fallecidos en 2024 a un único caso leve este año
Esta temporada las administraciones se han coordinado y han comenzado a controlar los mosquitos mucho antes
Extremadura registra la segunda muerte por virus del Nilo en poco más de 24 horas
La empresa Lokímica utiliza drones y todoterrenos con cañones para atacar al mosquito
Casi 200 trampas por toda la comunidad, drones para controlar las larvas o 1.300 sesiones de formación para concienciar a la población han tenido mucho que ver en la contención que se ha visto esta temporada en Andalucía del impacto del virus del Nilo. ... La región ha pasado de los 118 casos en humanos y una decena de fallecimientos de 2024 a un solo caso leve, al menos de momento, este año. Detrás de este 'secreto', apuntan los expertos, hay mucha prevención, pero sobre todo anticipación, pues nunca antes se había empezado a trabajar tan pronto en el control de los mosquitos como esta vez.
Pero el virus no ha desaparecido de España. En los últimos días ha dejado dos muertes en nuestro país. Los fallecidos eran un hombre y una mujer de 77 y 82 años pertenecientes a la zona sanitaria de Don Benito-Villanueva, en Badajoz. En total, hasta la fecha, Extremadura ha registrado quince casos de la enfermedad, que se transmite por la picadura de mosquitos del género 'Culex' (el mosquito común) infectados. Estas cifras, sin embargo, están muy lejos de lo que ocurre en países vecinos, como Italia, con más de 600 casos en lo que va de temporada o Grecia, con más de 60.
Andalucía notificó el martes el primer caso -y de momento único- de la temporada. En 2024, por estas fechas, había registrado ya 114 infectados. Para este año no esperaba que la situación fuera mucho mejor, principalmente por dos motivos. Primero, por las fuertes lluvias y el aumento de temperaturas, que conllevan la proliferación de mosquitos. Pero también porque «al vigilar más y de manera más fina y amplia se corre el riesgo de encontrar más casos», explica el director general de Salud Pública de la Junta, Manuel Fernández Zurbarán. Pero con toda la cautela, pues hasta aproximadamente finales de octubre todavía hay riesgo, ya empieza a celebrar los buenos resultados. «No podemos bajar la guardia, pero es cierto que el año pasado en estas fechas ya habíamos tenido más del 90 por ciento de los casos y sabemos que el pico suele estar entre finales de agosto y principios de septiembre», apunta.
Destaca el director de Salud Pública de la Junta la «actitud de autocrítica» que su departamento adoptó para evaluar la situación del año pasado con el objetivo de que en esta ocasión no se repitiera. También la anticipación con la que se empezó a trabajar en el control de mosquitos, sin esperar a que llegara la primavera. Y la extensión de la vigilancia a todo el territorio. «Hasta ahora se vigilaban principalmente las provincias más afectadas y esta vez se decidió aplicarlo a todas las provincias», afirma.
Mayor densidad
Entre las distintas administraciones (Junta, diputaciones y municipios), pues Fernández Zurbarán destaca el esfuerzo y trabajo coordinado entre todos, en Andalucía hay este año casi 200 trampas para mosquitos, frente a las aproximadamente 30 que había el año pasado. Gracias a ellas tienen un control de la cantidad de insectos que hay en la comunidad. «Las densidades de los mosquitos que recuperamos en trampas nos dice que este año ha habido muchos mosquitos, hemos atrapado más que el año pasado. Y eso lo traducimos como que aunque este año ha habido más por las lluvias y las temperaturas, las medidas han ido funcionando», reseña.
No deja de mencionar el director general de Salud Pública de Andalucía el factor de la concienciación ciudadana para que el virus se haya frenado. Este año, por primera vez, se han impartido formaciones en colegios y residencias de mayores. En total, dice Fernández Zurbarán, se han desarrollado casi 1.300 sesiones en las que han participado alrededor de 50.000 personas, sobre todo en los municipios que tradicionalmente presentan mayor riesgo por la presencia de vectores.
Una de estas zonas se encuentra en la provincia de Sevilla, concretamente la del Bajo Guadalquivir, en la que el año pasado se concentraron gran parte de los casos. Ahí principalmente -aunque también en zonas de Almería, Cádiz o Málaga, entre otras- desarrolla su actividad la empresa Lokímica, encargada del control de plagas y con amplia experiencia en el virus del Nilo. Su director técnico, el doctor en Biología y especialista en control vectorial Rubén Bueno Marí, destaca que los recursos invertidos por las administraciones esta temporada han permitido poner en marcha «un mecanismo muy ambicioso de control» de los mosquitos que, a día de hoy, parece que ha funcionado.
Las larvas
Son varias las herramientas que Lokímica dispone sobre el terreno para frenar la población del vector que transmite la enfermedad. Por ejemplo, los drones, que se utilizan para el control de los mosquitos en fase larvaria en lugares en los que el acceso de medios terrestres es muy complicado. Es importante, explica Bueno, actuar de forma rápida en esa fase, pues cuando las temperaturas están por encima de los 25 grados las larvas pueden pasar a ser adultas -momento en el que pueden infectar- en solo 4 o 5 días. «Si hacemos un buen tratamiento larvicida podemos acabar con el cien por cien de los mosquitos», comenta. Se hace, aclara, con productos biológicos, que respetan el entorno y afectan solo a las larvas y no a otros organismos.
El tratamiento larvicida, prosigue el director técnico de Lokímica, se compagina con otro que se conoce como adulticida que ataca al mosquito adulto infectado. Y los drones, por otra parte, se complementan con todoterrenos con cañones que pulverizan los productos que impactan en los vectores. Destaca además este experto la importancia de las trampas dispuestas por toda la región para tener conocimiento de a qué cantidad de mosquitos se enfrentan. Estas, para atraer a los insectos, emiten sustancias como CO2 y otras que imitan al sudor humano, un atrayente importante para los mosquitos. «En algunas zonas de arrozales esas trampas pueden atraer incluso miles de mosquitos en una sola noche», apunta.
«Indudablemente, y las estadísticas así lo corroboran, está siendo un año mucho mejor en cuanto a la incidencia del virus en casos humanos, que probablemente son el indicador estrella», comparte Rubén Bueno, que se atreve a decir que el de este año es un dato «espectacular» si se compara con el de años anteriores o el actual de otros países. Aun así, avisa de que las próximas semanas son todavía complicadas, pues septiembre y octubre son «meses de riesgo» en los que aún pueden darse episodios de transmisión de la enfermedad a personas. Como el director de Salud Pública de Andalucía, Bueno insiste en que no hay que bajar la guardia para que el titular que quede este año sea el del trabajo bien hecho.