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Una donación de placenta salva el ojo de un hombre al que atacaron con ácido

A Paul Laskey se le «derritió» el ojo izquierdo y le han realizado dos trasplantes de emergencia y tres injertos de tejido amniótico

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Paul Laskey durante una entrevista. skynews

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Paul Laskey, un hombre de 43 años de Newcastle, sufrió un ataque con ácido en febrero de 2023 cuando fue a proteger a su hijo de un intento de robo con cuchillo. En los ocho meses siguientes al ataque, le han practicado dos trasplantes de córnea de emergencia y tres injertos de tejido amniótico, empleando el revestimiento interno de una placenta donada, para intentar estabilizar su ojo.

El ácido le provocó varias quemaduras químicas en el ojo izquierdo y le «derritió» las capas internas y externas de su córnea, dejándole sin visión. Laskey, fontanero e ingeniero de calefacción, ha asegurado que los médicos le dijeron «desde el primer día» que la cuestión no era salvar la vista, que «se trataba de salvar el ojo» y ya luego podrían trabajar en ello.

De hecho, no ha podido recuperar la vista de su ojo izquierdo todavía. «Ahora están hablando de hacerme un trasplante de células madre y esperamos que nos devuelva algo de la vista», ha señalado en una entrevista con la agencia de noticias PA.

Asimismo, Laskey se ha mostrado «muy agradecido» a la madre que donó su placenta para ayudar a personas «que corren el riesgo de perder la vista por completo».

Por su parte, su agresor, Robbie Scott, fue condenado a 10 años incialmente, que en agosto se aumentaron hasta los 11 años tras remitirse el caso al tribunal de apelaciones. Laskey ha asegurado que su familia todavía se está recuperando. «Mi hijo está llegando al límite. Dice que se siente culpable, pero no es su culpa», ha agregado.

«La historia de Paul nos recuerda la importancia de la donación de todo tipo»

La directora nacional de recuperación de sangre y trasplantes de tejidos y servicios oftalmológicos del NHS, Claire Price, aseguró que los injertos de amnios son «muy especiales» porque tienen un papel «crucial» para «salvar la visión» de quien ha sufrido accidentes o lesiones.

«La historia de Paul es un recordatorio de lo importante que es la donación de todo tipo, incluida la sangre, el plasma, los órganos y las células madre», ha asegurado.

El profesor Francisco Figueiredo, oftalmólogo consultor del Newcastle Eye Centre, trató a Laskey y ha asegurado que ese tipo de lesiones son «una verdadera emergencia».

«En el caso de Paul, que es realmente grave, comenzamos eliminando cualquier residuo del agente químico que aún pudiera haber estado en contacto con el ojo, antes de progresar a un tratamiento intensivo, tópico, sistémico y quirúrgico, mediante trasplante de membrana amniótica», ha descrito.

Los injertos de amnios son láminas livianas, elásticas y casi transparentes que se crean tomando tejido del revestimiento interno de la placenta. Pueden curar daños en la superficie del ojo y, al mismo tiempo, brindar beneficios antiinflamatorios.

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