Así es el domo de calor: el fenómeno 'desconocido' que provoca episodios de altas temperaturas

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Un efecto que puede aumentar las temperaturas aún mas

Subir las apuestas en lo que altas temperaturas se refiere supone hablar del domo de calor. Un factor que abrasó a Europa el año pasado y pulverizó los termómetros. Un full de ases que deja fuera a los menos aptos para soportar un calor ... agobiante. El domo de calor fue el causante de que expertos como Paul Davies, de la Oficina Meteorológica de Reino Unido, hablase de temperaturas récord. «No es una exageración decir que podríamos estar mirando a los ojos de un evento histórico, incluso sin precedentes» afirmaba.

David Barriopedro, investigador del Instituto de Geociencias CSIC-UCM, apunta que «fueron las temperaturas más cálidas en el continente desde el año 1500, y con toda seguridad desde 1850. Y esto fue efectivamente por una situación de varios domos». En una escuela de calor, y especialmente en España dada su especial situación geográfica, la sequía actual y las horas de luz, el domo sería un alumno de nota y empeorará a futuro todos estos factores.

Qué es un domo de calor

Barriopedro nos explica que «un domo de calor básicamente es un embolsamiento de aire muy cálido que queda atrapado por un sistema de altas presiones. Lo que sucede es que el aire cálido es más ligero y trata de ascender. Pero el sistema de altas presiones actúa como una especie de tapadera, empuja el aire hacia abajo de nuevo y eso hace que el aire cálido descienda, se comprima al llegar a la superficie y se sobrecaliente aún más». En suma, una cúpula que atrapa el calor en una determinada región y fulmina el pavimento.

Ya se está sintiendo su efecto en toda América con temperaturas superiores a 33º C y una sensación térmica de 40º C. Y el año pasado el domo de calor no solo no dió tregua a Europa, afectó desde Argentina, Brasil, India o Pakistán. Y en Australia Occidental hizo que los termómetros alcanzaran los 50,7 °C, la temperatura más alta jamás registrada en el hemisferio sur. Mientras que en el hemisferio norte el ejemplo más claro fue el pueblo de Lytton, en Canadá, quedó devastado en un 90% por incendios generados por las elevadas temperaturas.

Factores e impacto

Este escenario «está asociado a cielos despejados donde hay más horas de luz y de insolación lo que produce un calentamiento debido a una mayor radiación solar, y esto aumenta aún más las temperaturas. Y otro factor que hace que los domos favorezcan las olas de calor es que estos sistemas anticiclónicos de alta presión arrastran también aire cálido de otras zonas, en el caso de España es el aire del norte de África. Y esto supone que haya situaciones de gran estabilidad en la atmósfera que impiden que la contaminación se disperse y contribuyen a un empeoramiento de la calidad del aire», afirma Barriopedro.

Y según el investigador todo ello provoca la desecación del suelo al aumentar la evaporación, lo que agrava la severidad de las sequías. Por lo tanto, los impactos de los domos se ven por el calentamiento global. «Incuestionablemente las olas de calor, al menos en nuestras latitudes, siempre van asociadas con domos. Otra cuestión es el sistema anticiclónico concreto que esté generando este fenómeno metereológico».

Estos domos se pueden producir a lo largo de todo el año y en distintas regiones del mundo. «También pueden ocurrir en invierno aunque con menos frecuencia. Pero los impactos más claros ocurren a final de la primavera o durante el verano. Y España, es susceptible de que se vea afectada por una intrusión de masa de aire subtropical, que, si confluyen con un sistema de altas presiones, pueden generar estos domos con más frecuencia que en otras regiones del planeta». afirma Barriopedro.

Esto no ayuda. Y el investigador señala que el hecho de que estemos en situación de sequía ya nos hace anticipar que el verano va a ser más cálido de lo normal y probablemente experimentemos olas de calor. Si estas condiciones coinciden después con un sistema anticiclónico que se queda estancado sobre la Península se incrementarán aún más unas temperaturas que ya prevemos que van a ser altas, la pregunta pendiente este año es cómo de caliente será el infierno estival.

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