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Displasia de codo en perros: qué es, síntomas y tratamientos según los expertos

Esta patología está relacionada con el crecimiento y afecta principalmente a razas grandes

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Se trata de una enfermedad que tiene relación con el desarrollo del codo canino también conocida como displasia de codo. ABC Mascotas se ha puesto en contacto con el veterinario José Luis Fontalba, diplomado europeo y jefe de servicio de cirugía y traumatología de AniCura Vetsia para que aclare sobre esta patología que afecta a la articulación del codo, principalmente en razas grandes y gigantes.

«Se trata de un término que engloba diferentes anomalías óseas y cartilaginosas que pueden provocar dolor, cojera y, a largo plazo, osteoartrosis severa», comenta José Luis Fontalba. Entre las razas más predispuestas destacan algunas muy populares en España, como el Labrador o el Boyero de Berna, debido a su rápido crecimiento y carga genética.

Causas de la enfermedad y síntomas

Existen muchas hipótesis en torno a las causas de esta enfermedad. Se considera que la predisposición genética juega un papel importante. También se estudia el impacto del crecimiento rápido de su sistema esquelético y su relación con la alimentación y la suplementación. Además, factores biomecánicos como el sobrepeso o el tipo de ejercicio realizado durante el desarrollo podrían estar relacionados con una mayor incidencia de la enfermedad, pero estos aspectos aún requieren más investigación para saber qué papel juega cada uno en la enfermedad.

Los signos suelen aparecer antes de los diez meses de edad. Los perros afectados pueden mostrar cojera en una o ambas extremidades delanteras, rigidez al levantarse tras el descanso y, en algunos casos, dolor al extender o flexionar el codo. Es fundamental que los tutores presten atención a estos signos y consulten con un veterinario especialista lo antes posible.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico se basa en una combinación de examen clínico y pruebas de imagen. «En primer lugar, realizamos una exploración ortopédica completa para evaluar la movilidad y el dolor en la articulación» explica el veterinario y añade- «Luego, recurrimos a radiografías y, en la mayoría de los casos, a tomografía computarizada (TAC) para obtener imágenes más detalladas y confirmar la presencia de fragmentación ósea o alteraciones articulares». El tratamiento dependerá de la gravedad de la enfermedad y de la edad del paciente. No hay recetas universales.

En casos avanzados o cuando hay fragmentos óseos en la articulación, la cirugía artroscópica es la mejor opción inicial. En determinados pacientes, la artroscopia tiene un doble valor, tanto diagnóstico como terapéutico. Además de la artroscopia, existen multitud de técnicas quirúrgicas para tratar de corregir las anomalías y mejorar la biomecánica del codo, aunque aún no hay un consenso definitivo sobre cuál es la más eficaz y segura. Los pacientes también se pueden beneficiar de un tratamiento multimodal (no quirúrgico) orientado manejar los síntomas: fármacos para manejo del dolor, nutraceúticos, disminución en la intensidad del ejercicio, control del peso y fisioterapia.

Cuando pasar por quirófano

La recomendación dependerá de la anamnesis, de la exploración y del TAC. Habitualmente comenta José Luis Fontalba- «recomiendo intervenir únicamente el codo que esté afectado y con dolor o cojera. Si solo es uno, solo intervengo uno, si son los dos, intervengo los dos. Creo que la artroscopia y cirugía deben dirigirse exclusivamente a la articulación sintomática para evitar procedimientos costosos e innecesarios. Rara vez hacer una artroscopia en un codo asintomático nos va a hacer cambiar la toma de decisiones sobre el paciente». Es importante que los tutores se informen sobre los procedimientos y las posibles complicaciones detrás de los tratamientos que se les ofrezcan.

Cosas por esclarecer

Quedan cosas por esclarecer en esta enfermedad, y aunque se sabe claramente cuál es el camino que se debe seguir, lamentablemente no podemos predecir con total certeza los resultados que se obtendrán de las cirugías. Aún falta mucho por investigar. «En mi opinión, cirugías cuasi experimentales o enfoques excesivamente agresivos conllevan riesgos desconocidos. La investigación se debería hacerse con el apoyo de las Universidades, bajo estricto control de comités éticos y con consentimientos informados de los tutores», comenta Fontalba.

Prevención e investigación

La prevención comienza con una buena selección genética en la cría. Además, es clave proporcionar una alimentación equilibrada, evitar el sobrepeso y controlar la actividad física durante los primeros meses de vida. Sobre todo, en razas predispuestas es recomendable realizar revisiones veterinarias periódicas y las pruebas que sean necesarias para detectar cualquier anomalía a tiempo. La investigación sobre la displasia de codo es esencial porque nos permite comprender mejor las causas subyacentes de esta enfermedad y, en consecuencia, mejorar tanto su diagnóstico como tratamiento.

Además, la innovación en técnicas quirúrgicas y terapias biológicas podría ofrecer a los perros afectados opciones de tratamiento menos invasivas y más eficaces. Sin lugar a duda, la investigación científica reglada bajo estrictos parámetros es el mejor aliado para ganar esta batalla. En la actualidad están en pleno desarrollo en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid y bajo la supervisión del Dr. Jesús Rodríguez Quirós (Departamento de Cirugía y Medicina Animal), de un estudio centrado en comprender la biomecánica del codo canino.

El objetivo principal es analizar cómo las alteraciones en la biomecánica de la articulación afectan a su funcionamiento y contribuyen al desarrollo de la enfermedad. Además, se están evaluando diferentes enfoques quirúrgicos para corregir estas anomalías y mejorar la funcionalidad del codo. Estos estudios permitirán, de forma ética, desarrollar técnicas quirúrgicas más precisas y personalizadas.

Un mensaje para los tutores

Que no duden en acudir a un especialista ante cualquier señal de cojera o molestia en su perro. Un diagnóstico y tratamiento tempranos pueden marcar la diferencia en la calidad de vida del animal y prevenir complicaciones a largo plazo. Con los cuidados adecuados, muchos perros pueden llevar una vida activa y sin dolor.

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