Devastación y un centenar de muertos tras la peor gota fría del siglo XXI
Valencia, con más de 90 fallecidos, se ha llevado la peor parte de una DANA que ha dejado a su paso un paisaje apocalíptico
Directo | La última hora de las consecuencias de la peor DANA en décadas
De empresarios a maestros y familias enteras: desesperación en Valencia por encontrar a los desaparecidos por la DANA
La peor DANA del siglo ha dejado un rastro de destrucción y muerte en el Levante español. Las inundaciones han causado, según el último recuento, 95 fallecimientos, con la provincia de Valencia como la más afectada con 92 decesos. Solo en la localidad ... de Paiporta, la más perjudicada junto a otras como Utiel o Torrente, hubo al menos 40 muertos, entre ellos seis internos de una residencia de mayores. Los equipos de Emergencias estuvieron durante todo el día rescatando a personas que habían quedado atrapadas, tanto en sus hogares como en carreteras, pero decenas de personas continuaban desaparecidas.
La gota fría también se cobró víctimas mortales en Castilla-La Mancha. Concretamente, la de una mujer de 88 años cuyo cadáver fue encontrado en Mira (Cuenca), donde residía en una planta baja de una vivienda que resultó inundada por la riada. También en Letur (Cuenca) se confirmó la muerte de una persona mientras otras cinco seguían este miércoles desaparecidas.
Andalucía también tuvo que lamentar la muerte de un hombre de 71 años que falleció en el hospital tras ser rescatado por los equipos de Emergencias. Otras tres personas, también mayores, fueron hospitalizadas en estado grave.
El Comité de Crisis del Ministerio del Interior, tras reunirse este miércoles, indicó que en la Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha la situación ya ha superado el punto de máxima gravedad, según apuntaron fuentes del departamento de Fernando Grande-Marlaska. La preocupación por el avance de la DANA, prosiguieron las mismas fuentes, residía anoche en determinadas áreas de Cádiz y Sevilla.
Luto en Valencia
Silencio y llanto tras la catástrofe
La estampa de Valencia este miércoles se asemejaba a la de los peores momentos de la pandemia del covid: caravanas de coches fúnebres camino de la morgue, calles desiertas, clases sin niños, comercios cerrados y colas en los supermercados para hacer acopio de agua mineral mientras un helicóptero sobrevuela la ciudad.
El día después de la gota fría más devastadora del siglo XXI y de una de las mayores catástrofes de la historia de la provincia, en la capital del Turia reinaron el silencio y el llanto.
A diferencia de la riada de 1957, la ciudad no se vio directamente afectada por los efectos de la dana. De hecho, el martes apenas llovió y este miércoles el sol se acabó imponiendo a la espesa niebla con la que ameneció un día que hurga en la cicatriz de una tierra herida este año. 2024 se recordará como uno de los más aciagos. Primero, con el incendio del barrio de Campanar que dejó diez muertos y en el que 138 familias perdieron sus casas. Este miércoles, la imagen de Valencia volvió a dar la vuelta al mundo marcada por la tragedia. Del fuego al agua en poco más de ocho meses pero con el mismo denominador común: la más absoluta desolación.
Vehículos arrastrados por al corriente se amontonan en la capital valenciana
La jornada fue de angustia. La de los incontables casos de desesperación de quienes vieron cómo el paso de las horas no les traía noticias de sus familiares o allegados desaparecidos. De Paiporta a Utiel, pasando por Torrent, Chiva, Alfafar o Benetússer, quien más quien menos conocía algún caso de valencianos que no daban señales de vida. A todos ellos se les había perdido el rastro en los municipios más castigados por la lluvia.
Desde empresarios de renombre a guardias civiles, maestros, transportistas, ancianos que vivían solos o en residencias y familias jóvenes con bebés. Tras estas historias de afectados por las terribles inundaciones aguardaban noticias sus seres queridos.
Mientras que en cada parte oficial de las autoridades aumentaba la cifra de muertos, crecía en paralelo la incertidumbre de aquellos que no sabían nada de los suyos. Una pesadilla agravada por los problemas de suministro eléctrico y de telefonía que dejaron incomunicadas a miles de personas en la provincia de Valencia desde la noche del martes, cuando el temporal se lo llevó todo por delante.
A quienes sí disponían de cobertura una alerta de Protección Civil les advertía al filo de las siete de la mañana en sus teléfonos móviles de que lo peor no había pasado y se les instaba a no realizar desplazamientos por la provincia ante el riesgo de inundaciones.
La impotencia se agravaba todavía más en una ciudad incomunicada por tierra, mar y aire durante largas horas
La impotencia se agravaba todavía más en una ciudad incomunicada por tierra, mar y aire durante muchas largas horas. Las mismas en las que el puerto cerró por el temporal y la circulación se hacía imposible por las principales autovías que conectan con Madrid, Barcelona o Alicante. Tampoco circulaban los trenes. Ni los AVE ni los de Cercanías. Y el metro y el tranvía dejaron de funcionar.
Conforme sucedió en la pandemia, a la desolación por el insoportable goteo de muertes se sumaron los bulos propagados a través de las redes sociales o las aplicaciones de mensajería en los móviles.
Desde el que alertaba de nuevos desbordamientos hasta el que sostenía que se iba a cortar el suministro de agua corriente en Valencia. El efecto inmediato se trasladó a los supermercados, hasta el punto de que las empresas del sector hicieron un llamamiento a la calma ante los primeros conatos de acopio innecesario de suministros.
A la ciudad del Turia le salvó esta vez el nuevo cauce construido tras la hecatombe de octubre de 1957. Una infraestructura habitualmente seca camino de la desembocadura en el Mediterráneo que este miércoles bajaba repleta de agua por el término municipal.
Esa estampa se convirtió en el reflejo de los estragos que había dejado la gota fría río arriba, traducida en vidas truncadas que realizaban su último trayecto en la Ciudad de la Justicia.
Allí, en el sótano de un parking se ha habilitado la morgue. Punto final para quienes han pasado a la historia como las víctimas mortales de una de tragedia que permanecerá imborrable en la memoria de la provincia de Valencia.
En la zona cero
«¡Els xiquets! ¡Se los ha llevado el agua»
Mientras, la tragedia deja historias desgarradoras en la zona cero de la inundación. «Els xiquets, els xiquets! ¡Se los ha llevado el agua!» rugía un padre, roto de dolor, al ver cómo las aguas arrancaban a sus hijos de los brazos. Sus gritos sobrecogieron a los pocos vecinos de la urbanización del Más del Jutge, a unos pocos kilómetros de Torrent.
«No éramos capaces de saber de dónde venía», relatan a ABC vecinos que escucharon el grito desesperado de este hombre. «Es el nuevo». Según su relato, la pareja había llegado hace poco más de un año a la urbanización. Una pareja jóven, con dos niños de cinco y tres años. «Los veíamos jugar al fútbol en la calle». Debían ser ellos.
Paiporta, la localidad más castigada por la riada
A partir de ahí la historia se sume en la confusión en que miles de valencianos de L'Horta Sud, cuando quedaron encajonados por la crecida del Turia por el norte, el río Magro al sur y, en medio, el barranco del Poyo.
El padre estaba solo con los dos niños en casa, «su mujer estaba trabajando en Valencia y ya no pudo volver», explica Paquita a ABC. «Estaban protegidos allí -explica-, pero la crecida derribó la casa, el padre salió corriendo con ellos en brazos y aunque trató de agarrarlos, la fuerza del agua le arrancó a los niños de los brazos».
Cortes de comunicaciones
150.000 usuarios sin telefóno
Hasta 150.000 líneas de telefonía de la compañía Telefónica llegaron a estar afectadas este miércoles por el temporal, dejando a los usuarios incomunicados. Al cierre de esta edición, la empresa de telecomunicaciones había logrado rebajar esa cifra a las 101.000 líneas. Sin embargo, esta cifra no contempla los clientes de otras compañías, por lo que la cifra de personas incomunicadas es con toda probabilidad superior.
Ante los problemas en los sistemas de telecomunicaciones, las empresas del sector activaron protocolos y dispositivos especiales para tratar de atajar la situación. También reforzaron sus equipos de técnicos para intentar minimizar los problemas.
Los principales incidentes que se encontraron las telecos para restablecer el servicio en las zonas afectadas residieron en el difícil acceso a las centrales que dan servicio a causa de las inundaciones y los cortes de carreteras, además de en los problemas con el suministro eléctrico por las lluvias e inundaciones.
Trenes paralizados
Cuatro días de parón y 11.400 afectados
La Dirección General de Tráfico (DGT) registró a lo largo del miércoles en torno a 120 incidencias en las carreteras españolas como consecuencia de la DANA. Más de sesenta vías quedaron afectadas gravemente, la mayor parte de ellas carreteras secundarias, salvo la A-3 y la A-7, dos de las principales arterias de la Península. La Guardia Civil ha realizado más de 2.500 rescates y calculan que hay unas 1.200 personas que siguen atrapadas entre la A-3 y la A- 7 en diferentes puntos, así como 5.000 vehículos que continúan bloqueados. Los servicios de metro y cercanías en la provincia de Valencia dejaron de funcionar desde el martes.
La conexión ferroviaria Valencia-Madrid sigue cortada, así como los enlaces con otras ciudades, como Barcelona y cualquier punto de Castilla-La Mancha.
MÁS INFORMACIÓN
- Más de 60 carreteras y trenes afectados, entre ellas la A-3 y la N-7
- Los mapas de la tragedia: víctimas, zonas más castigadas y lluvia caída
- 29-O: cronología del desastre
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El ministro de Transportes, Óscar Puente, avanzó que el restablecimiento del servicio de AVE entre Madrid y Valencia se demorará cuatro días. La supresión de los trenes de alta velocidad y larga distancia con origen y destino Valencia, según datos de Renfe, ha afectado a unos 11.400 pasajeros de tren.