La Cumbre del Clima se va a la prórroga para forzar un acuerdo sobre los combustibles fósiles

La jornada de cierre de la COP28 agota su plazo entre negociaciones a puerta cerrada. «Estamos tratando de hacer algo que nunca se ha hecho antes», dice la presidencia del encuentro

Cumbre del Clima: ¿Puede el mundo triplicar las renovables en ocho años?

Protesta de activistas climáticos en la sede de la COP28, en Dubái AFP

Isabel Miranda

Enviada especial a Dubái

Desde 2003, ninguna Cumbre del Clima ha terminado en el plazo que le correspondía. Este año, la cita que se celebra en Dubái tampoco. Todo sigue abierto en la supuesta jornada final y ya se ha pasado el plazo en el que quería acabar ... la organización: las 11 de la mañana. La presidencia de la COP28, en manos de Emiratos Árabes, asegura que está buscando una fórmula para encajar una mención «histórica» sobre el futuro (decreciente) de los combustibles fósiles que satisfaga a todos. Pero no es tarea fácil. Aquí están presentes casi 200 países, desde los pequeños estados insulares a los que la subida del nivel del mar ya come sus tierras, hasta los países productores que basan su economía en el petróleo y el gas.

El martes ha sido día de reuniones a puerta cerrada, que se prevé se extiendan a la madrugada, con la idea de poder publicar un nuevo texto que conforme a todos los países. Puertas adentro se debate cuál es la urgencia con la que los estados deberían actuar contra el cambio climático y con qué lenguaje plasmarlo. Decidir qué hacer con el petróleo, el gas y el carbón, cuyo consumo supone la principal fuente antropogénica de gases de efecto invernadero, está este año en el centro de las conversaciones. El acuerdo que salga de esta cumbre orientará los futuros planes de reducción de emisiones de los países. De ahí la importancia de esta cumbre y de cada palabra que figura en los textos.

En la primera propuesta de acuerdo, publicada el lunes tras dos semanas de conversaciones, la presidencia de la COP28 proponía «reducir» (no eliminar) el «consumo y producción» de los combustibles fósiles, algo que en 28 ediciones de conversaciones climáticas todavía no se ha logrado. Sin embargo, apenas era una de las posibles medidas con la que los países podían recortar los gases de efecto invernadero. A esa reducción para lograr una energía de emisiones «cero netas» para 2050 también se sumaban otras opciones como triplicar renovables a 2030 o «reducir» rápidamente el uso del carbón que no vaya acompañado de tecnologías captura de carbono.

El descontento de más decenas de países fue patente de inmediato. Rechazaron el texto la UE, EE.UU., Australia, Japón, los pequeños países insulares. Reclamaron endurecer el lenguaje: dejaba abierta la posibilidad de que el recorte de emisiones no sea suficiente para detener el calentamiento global en 1,5 grados. Los científicos aseguran que las emisiones tendrían que caer en un 43% para 2030 o será demasiado tarde. Ahora mismo, la caída proyectada para esa fecha es del 2%. Pero países como China

«Al publicar nuestro primer borrador del texto, logramos que las partes vinieran rápidamente a nosotros con sus líneas rojas«, se justificó este martes el director general de la COP28, Majid al-Suwaidi. »En esta COP estamos tratando de hacer algo que nunca se ha hecho antes, algo histórico... Parte de esto es incluir los combustibles fósiles en el texto. Si podemos, eso sería histórico«, dijo. No obstante, pidió también flexibilidad y mirar el conjunto del texto. Más de 24 horas después de haber publicado el primer borrador de acuerdo, y con el tiempo ya en contra, los países siguen esperando.

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