¿Cuánto durará la nueva ola de calor? La AEMET da las fechas y las comunidades en alerta

En aquellas ocasiones, los termómetros superaron holgadamente los 40 grados, y en esta no ha sido menos. Basta con ver los mapas difundidos por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para ver nuestro país teñido de fucsia como síntoma de los elevados valores del mercurio.

Por inusuales que sean, parece que empieza a hacerse normal superar los 40 grados en buena parte del territorio. A primeros de agosto, se alcanzaron temperaturas de hasta 44,6ºC en Candeleda (Ávila), 43ºC en Almadén (Ciudad Real) y en Talavera de la Reina (Toledo) y 42,8ºC en Rivadavia (Orense). Por el contrario, ha habido lugares en que las mínimas, alcanzadas principalmente bien entrada la madrugada, no han bajado de los 28 grados, como en Plasencia (Cáceres), según ha afirmado el portavoz de la Aemet, Rubén del Campo. Y lo peor es que la situación no vaya a cambiar mucho.

Porque el organismo meteorológico pronostica que un ambiente «muy caluroso» permanecerá, aunque con temperaturas en ligero descenso y que seguirán superando los 35 o 36ºC en buena parte de la Península y Baleares y los 38ºC treinta y ocho o puntualmente 40ºC en los valles del Tajo, Guadiana y Guadalquivir y serán «algo más frescas>> en el interior de Galicia.

Por ello, no se ha puesto una fecha final de la ola de calor, pues las temperaturas seguirán muy elevadas a pesar de que se rebajen levemente en algunas zonas del país.

Un calor extremo que no solo está teniendo un efecto negativo en la salud de las personas, que durante estos días les cuesta conciliar el sueño y desarrollar actividades al aire libre. En algunas comunidades autónomas la sequía ha hecho acto de presencia, y de manera contundente. Porque los embalses están al 40,4 % de su capacidad y esto ha forzado a algunas comunidades a restringir el suministro de agua.

Por ejemplo, los ayuntamientos pontevedreses (Galicia) de Poio, Sanxenxo, Marín, Bueu y Pontecaldelas han decidido cerrar los grifos de lavapiés y duchas en las playas, además de prohibir el relleno de las piscinas. Unas medidas que ya se están planteando en otras autonomías ante la delicada situación hidrográfica.

Para intentar combatir la escasez de agua y promover su ahorro, la Comisión Europea ha presentado unas recomendaciones para que los Estados miembro reutilicen las aguas residuales urbanas tratadas para el riego en el sector agrícola para hacer frente a la sequía.

«En estos tiempos de picos de temperaturas sin precedentes es nuestro deber dejar de desperdiciar agua y utilizar este recurso de manera más eficiente para adaptarnos al cambio climático y garantizar la seguridad y sostenibilidad de nuestro suministro agrícola», ha señalado el comisario de Medio Ambiente, Pesca y Océanos, Virginijus Sinkevicius.