¿Cree que este verano ha sido fresco? Los datos dicen lo contrario

«El calor ha estado concentrado sobre todo entre mediados de julio y mediados de agosto, en el periodo que llamamos canícula, que ha sido extremadamente cálido. Esto ha podido ayudar a que haya gente que diga que el año pasado hizo mucho más calor«, reconoce el portavoz de la Aemet, Rubén del Campo.

La temperatura media para junio, julio y agosto ha sido de 23,1 grados, lo que significa un grado por encima de lo normal. Y todo a pesar de que junio sí que tuvo un carácter frío. Con sus 0,2 ºC por debajo de la media, fue el primer mes con temperaturas más frescas de lo normal desde abril de 2022. «Pero desde mediados de julio tuvimos el calor de verdad», ha resumido Del Campo. Julio registró 1,3 grados de más sobre la media, y agosto llegó incluso a los 2 grados, lo que supone el agosto más cálido en más de 60 años de datos.

Hubo dos olas de calor, una relativamente suave, de apenas tres días, del 18 al 20 de julio. Después llegó el plato fuerte: el episodio transcurrió del 23 de julio al 12 de agosto. Llegó a afectar a 31 provincias en su momento de mayor extensión y, con 21 días de duración, se convirtió en la segunda ola de calor más larga en España de la serie histórica, tan solo por detrás de la ola de 26 días de duración registrada entre junio y julio de 2015.

«Quizás el hecho de que haya sido un verano más 'corto' que los anteriores [con un junio frío y un septiembre normal] puede hacer esta percepción, pero con los datos en la mano, el verano ha sido el sexto más cálido del siglo«, ha concluido Del Campo, que ha recordado que el verano de 2023 comenzó rozando los valores de ola de calor a finales de junio y el año 2022 fue »brutal« y empezó con calor intenso a finales de mayo.

En cuanto a precipitaciones, el verano fue en su conjunto muy húmedo. Ha dejado unos 82,2 litros por metro cuadrado en la Península, valor que representa el 117 % de lo normal. Se trató del sexto verano más lluvioso del siglo XXI y vigésimo tercero de la serie.