Consejos para evitar ataques de perros: «Nunca toques a un animal, ni en el campo ni en la ciudad»

Y esta es la clave. Todos los expertos consulados por ABC coinciden en la misma idea, y esa es que son las personas quienes tienen que saber dónde y cómo se comportan con respecto a los perros. «La responsabilidad siempre va a ser de quien esté detrás», señala José Félix García, secretario de la Sociedad Canina de León, cuestionado sobre lo ocurrido en Zamora.

Anque, en este caso en concreto, le faltan datos que tendrán que determinar en la Guardia Civil, sí se sorprende porque «es una situación insólita» que unos perros pastores ataquen sin motivo.

«Es muy extraño que unos perros de ganado lleguen a ese extremo. Algún susto, algún bocado sí, pero... Además, la mayoría de los datos que tengo sobre ataques de mastines a personas son normalmente a sus dueños o a personas muy cercanas, que entran en la majada o en el rebaño, suelta un bocado hasta que se da cuenta de que no es una amenaza. Es uno de los casos más extraños que recuerdo. Tiene que haber un desencadenante», opina, aunque insiste mucho en que le faltan datos sobre el caso en cuestión.

En términos generales, apunta a que todos los animales (perros, pero también vacas o cualquier otra especie) no atacan si no es por necesidad (alimentarse) o por sentirse en peligro. «Se habla de que en este caso había unos cachorros. Si es así, la madre y otro perro puede hacerles saltar», asegura.

La zona en la que se produjo el suceso está castigada por la presencia del lobo, lo que podría explicar un mayor grado de estrés en los animales. Esta es una de las tesis que barajaba el alcalde de Roales, David García, en una de sus comparecencias. Esta realidad le supone extraña a José Félix.

«Que los perros estén alterados requerían una explicación reciente. Además, no equivocarían un lobo con una persona. Y era una mujer del pueblo... Es una situación desconcertante», insiste.

En la relación entre perros y humanos, hay que determinar dos tipos de consejos. Los dueños deben ser conscientes de lo que tienen entre manos, que son animales que, según su función, pueden ser peligrosos o no.

A los propietarios, especialmente si son inexpertos («de los ganaderos el que aprende soy yo», admite), José Félix García da tres pautas:

Muy distinto es el caso de los visitantes del campo, especialmente si es en zonas de ganadería donde los perros pastores son habitantes primordiales.

En este sentido, el respeto es fundamental. Los perros pastores, bien sean mastines puros bien careas, son animales muy territoriales y que su zona es de uso y disfrute propio. Es aquí donde muchas veces, los foráneos no saben lo que pueden o no hacer.

«Si entras en medio de las ovejas, los perros van a reaccionar, hasta el más pequeño. Porque se siente sorprendido y reacciona así. Igual que si entras en casa de una persona, tú reaccionas. Pero este no es el caso, porque además parece que estaba por un camino y posiblemente lo conocían y los perros estaban acostumbrados», considera el doctor García.

En un artículo publicado en 'La Nueva Crónica', señalaba directamente a este tipo de visitantes. «Los nuevos (habitantes del medio rural) desconocen el trato correcto que hay que tener hacia los animales y los esporádicos aún más. Paseantes, montañeros, ciclistas, cazadores, etc., aumentan cada día y con ellos los conflictos. Esta situación requiere de acciones encaminadas a facilitar la convivencia y prevenir accidentes», señalaba.

«Cada vez hay más perros en el campo, porque los ganaderos los necesitan y hay que saber ir por el campo. No es lo mismo ver a la gente que se ha criado con los animales que gente que lo ve como algo ajeno. El consejo que doy es el que me dieron desde pequeño: nunca toques a un animal, ni en el campo ni en la ciudad. La reacción, motivada por sabe Dios qué, puede tener reacciones nefastas», advierte a ABC el experto.

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Los ataques de perros no se producen solo en la zona rural, sino también en la urbana. ¿Por qué? Es una pregunta que tiene una razón puramente matemática, considera José Félix García.

«Tiene que ver con el aumento de la población canina, especialmente en entornos urbanos y también de gente que se va a vivir al campo», advierte. «Y si eso no va acompañado de una experiencia, un conocimiento sobre lo que hacen los propietarios...», señala, antes de compararlo con una tragedia que es constante. «Lo compararía con los accidentes de tráfico: si hay más vehículos, habrá más accidentes. Puede ser causa de la mala conducción o de que hay gente que pasa por la calzada sin mirar o cosas así. Cada vez hay más perros y aumentarán los accidentes. Hay que esforzarse en evitarlos», señala.

Tener un perro en casa, sea en una ciudad o en una finca ganadera, requiere de una palabra que, muchas veces, se queda en el aire: responsabilidad. Para dueños urbanos, rurales, ganaderos, para transeúntes... Saber en qué entorno se mueve uno puede evitar muchos disgustos.