Conmoción en EE.UU. por el caso de la niña violada: los medios tienen que pedir perdón a Biden

Gershon Fuentes pasó a disposición judicial el martes 12 de julio tras confesar a la policía que violó a la niña de 10 años dos veces, y que esta tuvo que viajar de Ohio a Indiana para abortar, ya que su Estado tiene una de las leyes más restrictivas para ello: es ilegal interrumpir el embarazo si se detecta latido en el corazón del feto, es decir, a unas seis semanas. El diario local de Ohio 'The Columbus Dispatch' reveló el arresto, que viene con fianza de dos millones de dólares y pena máxima de cadena perpetua.

La niña abortó en una clínica de Indiana el 30 de junio. Su historia la recogió la Casa Blanca de una tribuna publicada por Caitlin Bernard, una doctora de Indianápolis que practica interrupciones del embarazo en ese Estado en el que, de momento, son legales, mientras el Parlamento estatal prepara leyes más restrictivas. En un artículo del diario 'The Indianapolis Star' del 1 de julio, Bernard dijo que un colega de Ohio la había llamado porque tenía una niña violada embarazada de seis semanas y tres días.

Desde la sentencia del Supremo sobre el aborto, del pasado 24 de junio, un total de 13 estados, como Ohio, han aplicado leyes que lo restringen. Hasta entonces, y desde 1973, una sentencia previa permitía abortos «hasta la viabilidad del feto», es decir, en torno a las 24 semanas.

Para Biden, el caso de esta niña es un ejemplo perfecto del sufrimiento impuesto a quienes, opinó, tienen «razones legítimas» para abortar. Tal y como dijo en la Casa Blanca el 8 de julio: «Se vio obligada a viajar fuera del Estado a Indiana para interrumpir el embarazo y quizá salvar su vida. Diez años –¡diez años!– violada, embarazada de seis semanas, ya traumatizada, se vio obligada a viajar a otro Estado».

Destacados republicanos —entre los que se cuentan el fiscal general de Ohio, Dave Yost, y el diputado trumpista del mismo Estado Jim Jordan— acusaron a Biden de difundir rumores. El diario 'The Wall Street Journal' publicó un editorial en el que lamentaba que Biden diera «credibilidad presidencial a una historia improbable de una fuente sesgada que encaja perfectamente en la narrativa progresista, pero que no puede ser confirmada». Tras la revelación de la detención, el 'Journal' publicó otra nota admitiendo que Biden estaba en lo cierto sobre ese caso.

La ley en Ohio está entre las más restrictivas porque no incluye excepciones para violación o incesto, de ahí que la niña tuviera que viajar a Indiana. Aun así, el fiscal general de Ohio, Yost, puso en duda que el drama de la menor fuera cierto, y dijo en varias entrevistas que no tenía ningún caso similar entre sus manos.

Finalmente, el pasado miércoles emitió un comunicado reculando y alabando al departamento de policía de Columbus, capital del Estado, que llevó el caso. Los padres de la menor no han querido hacer ningún comentario, amparándose en las leyes de protección de datos médicos. Lo único que se sabe del violador de momento es que es de origen guatemalteco, está casado, y ya ha comparecido ante el juez.