Condenan al menor que mató a su madre en Castro Urdiales a 6 años por asesinato y agresión sexual
La sentencia establece que el adolescente, de 15 años, «planeó» con su hermano, de 13, inimputable, acabar con la vida de la mujer
El silencio de Castro Urdiales
Agentes de la Guardia Civil, en las inmediaciones del lugar del suceso. Arriba, Silvia López Gayubas y sus hijos
El Juzgado de Menores de Santander ha condenado al hijo mayor de 15 años de edad de Silvia López Gayubas, la mujer que fue asesinada en febrero de este año en la localidad cántabra de Castro Urdiales, a seis años de internamiento en ... un centro por la muerte de su madre.
El otro hijo de Silvia, de 13 años, es inimputable por tener menos de 14, por lo que está ingresado en un centro de protección de menores. Así ha quedado recogido en una sentencia a la que ha tenido acceso 'El Correo'.
Esta condena supone la máxima posible que se recoge en la Ley del Menor. Es una sentencia de conformidad acordada entre las partes -incluida la familia de la víctima, que ha ejercido la acusación particular- y aceptada por el acusado, según han precisado las fuentes.
Además de por asesinato, al menor se le castiga por un delito de agresión sexual contra su madre adoptiva, de 48 años, ambos con la circunstancia agravante de parentesco y sin ninguna atenuante por su estado mental, ha publicado Europa Press.
Estos seis años de condena es el límite máximo que se puede imponer a un menor de 16 años, según fuentes jurídicas han precisado a Europa Press. Esto obedece a que, aunque haya cometido dos delitos graves, la ley impide expresamente superar los seis años: se piden cinco por el delito grave de asesinato y solo se puede añadir uno más por el de agresión sexual.
Según la sentencia a la que ha tenido acceso el periódico, el ataque fue premeditado por ambos menores, procedentes de Europa del Este, y se produjo cuando la madre adoptiva estaba comiendo en su vivienda de la calle Monte Cerredo. El mayor le propinó varias cuchilladas mientras el hermano menor la sujetaba.
La mujer comenzó a sangrar abundantemente, por lo que el mayor le quitó la ropa y, «con ánimo libidinoso, le introdujo varias veces los dedos en la vagina», motivo por el que ha sido condenado por agresión sexual, según el relato de los hechos probados recogidos por la sentencia.
Después la cubrieron con bolsas, le ataron pies y manos con cinta aislante, la llevaron al garaje -directamente comunicado con la vivienda- y la introdujeron en el coche. Posteriormente, con la intención de eliminar huellas y simular que habían sufrido un secuestro, limpiaron el rastro de sangre y dejaron una nota en la mesa de la cocina en la que se podía leer la palabra 'Ayuda'.
Los hermanos colocaron el cuerpo en el suelo de la parte trasera del coche, donde fue encontrado por la Guardia Civil a las 20.45 horas del mismo día de los hechos. El mayor lo arrancó, pero, como no sabía conducir, lo empotró contra la pared. Entonces, dejaron allí el cadáver y huyeron, si bien previamente se hicieron con la tarjeta bancaria de la madre y su móvil. Después, ambos llamaron a su abuela simulando un secuestro, ante lo que esta decidió hablar con la Benemérita.
Los hijos fueron hallados por la Policía en el parque de Cotolino de la localidad, donde estaban escondidos. Silvia y su marido, que en el momento del crimen se encontraba fuera de Castro Urdiales por trabajo, habían adoptado a los jóvenes en Rusia.
En su momento, la alcaldesa de Castro Urdiales, Susana Herrán, afirmó que los menores no eran «en absoluto conflictivos», sino «académicamente excelentes» y con una «personalidad acorde a la edad que tienen». «A todos se nos ha pasado por la cabeza qué está pasando para que lleguen a ocurrir hechos de esta índole», reflexionó la regidora que, a su juicio, era un «trágico suceso» para los vecinos que, «en el siglo XXI, con todos los recursos e información disponible», se puedan llegar a producir casos así.
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