La comida 'kosher', un nuevo negocio de 600 mil millones de euros

De hecho, se estima que mientras que solo el 2 por ciento de los estadounidenses son judíos, un estudio realizado por la web de noticias de negocios Quartz, citado por la BBC, apunta que el 41 por ciento de todos los alimentos envasados en ese país tiene esta certificación.

No es un asunto menor, y junto a las grandes firmas americanas que se dedican a ello, existen centenares, miles, de entes certificadores en los rabinatos de cada ciudad.

Es el caso de David Libersohn, director de la Comunidad Judía Lubavtich de Barcelona, que estima que en España ya son unas 700 las empresas del sector alimentario que cuentan con productos con sello 'kosher', una cifra notable pero que no refleja las posibilidades comerciales de una calificación que, en muchos casos, es imprescindible para poder exportar con éxito a mercados con un potencial 'kosher' importante, con Estados Unidos a la cabeza. De alguna manera, rabinos como Libersohn vienen a ser los guardianes de lo que podría definirse como la 'ISO kosher', un puente imprescindible entre los productores locales y países con gran presencia judía.

Como en la práctica religiosa, hay quien cumple de manera estricta con los preceptos alimentarios, es el caso de Libersohn, faltaría más, y quien lo vive de manera más relajada. Hay productos sin embargo que solo se pueden comer con esta calificación, como el vino o los productos de la panificación, por ser productos que bíblica e históricamente son esenciales para el ser humano, explica Libersohn a ABC en la muy activa sede de Jabad Lubavitch en Barcelona, comunidad ortodoxa con presencia también en Madrid, Valencia, Ibiza, Tenerife o Marbella.

Libersohn, criado en México y tras dos décadas largas en España, se encarga por ejemplo de supervisar el estricto procedimiento para que vinos como Capçanes y Clos Mesorah, ambos del Priorat (Tarragona), tengan sello kosher, empezando por el requisito de que solo personas judías pueden participar en su elaboración o embotellado. Hay reglas conocidas, como la prohibición de consumir carne de cerdo, otras lo son menos: lo kosher excluye, por ejemplo, los pescados sin aletas y escamas, como también el marisco.

Si bien hay productos que no necesitan certificado porque no necesitan transformación, los elaborados sí que la requieren, y es ahí donde rabinos como Libersohn tienen que asegurarse de que todas las materias primas cumplan también los procesos de elaboración, en una certificación que se renueva de manera anual. Para facilitar las cosas a los judíos, sean residentes o estén de paso en España, la comunidad ha creado la aplicación Kosher App Spain, que mediante la lectura del código QR de cada envase permite saber si el alimento cumple con esta 'moda kosher' que dura ya 3.000 años.