Cojera en perros: precaución para los propietarios y un desafío clave para los veterinarios
Los problemas articulares son un problema común, pero pueden variar según la raza y la edad. Para aclararnos todas las dudas, hemos hablado con el Dr. José Luis Fontalba Navas, responsable del Servicio de Cirugía y Traumatología de Anicura VETSIA
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La cojera en perros es un problema que puede afectar a casi cualquier fiel mascota, independientemente de su raza o edad. «Es una preocupación común para los propietarios y un desafío clave para los veterinarios«, explica José Luis Fontalba Navas, responsable del Servicio ... de Cirugía y Traumatología de Anicura VETSIA.
Si su perro no duerme bien, no quiere jugar, tiene sensación de rigidez al caminar o se muestra agresivo, ¿pueden ser estos el inicio de la enfermedad? Los expertos identifican una serie de problemas tanto físicos como de comportamiento para detectar si la mascota puede padecer de cojera:
Síntomas físicos
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Sensación de rigidez
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Dificultad para saltar
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Problemas para seguir el ritmo al pasear
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Cojera después de hacer ejercicio
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Lentitud al levantarse
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Dificultad al subir las escaleras
También están algunos cambios en su comportamiento:
Cambios en el comportamiento
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Es menos juguetón cuando sale al parque
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Es más sensible o se queja cuando se le toca
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Descansa en lugares diferentes a los habituales
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Le cuesta dormir
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Su carácter se hace más agresivo
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Se acicala menos y cambia el aspecto de su pelaje
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Se esconde buscando la soledad
Tras ver los síntomas, los expertos advierten de que puede ser pasajero; pero lo recomendable es acudir al veterinario y de esta manera salir de dudas. De hecho, los dueños llegan a la consulta con varias cuestiones: ¿Le duele a mi perro?, ¿Porqué cojea de la pata trasera?, ¿hay un motivo por el que le pase cuando se levanta de dormir?, ¿Por qué cojea al andar, pero no al correr?
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Lo primero de todo es el diagnóstico, como asegura a ABC el Dr. José Luis Fontalba Navas. «La evaluación de la cojera comienza con una historia clínica completa proporcionada por el propietario. Esta información es esencial para comprender la duración, el inicio y cualquier cambio en la cojera. Un examen físico minucioso se lleva a cabo para identificar anormalidades en la marcha, la rigidez articular y el dolor. Durante esta etapa, se observa el rango de movimiento de las articulaciones y se palpan los tejidos afectados».
En el diagnóstico, «Las pruebas diagnósticas desempeñan un papel crucial en la identificación de la causa subyacente de la cojera. Las radiografías y ecografías musculo-esqueléticas se utilizan para evaluar huesos, articulaciones y tejidos blandos, revelando fracturas, artritis, tumores y deformidades«, y añade que »los análisis de sangre y orina son herramientas para detectar infecciones, inflamación y trastornos sistémicos que pueden contribuir a la cojera. En casos más complejos o cuando se sospechan problemas neurológicos, las pruebas avanzadas como la resonancia magnética y la tomografía computarizada son necesarias«.
El tratamiento varía en función de la gravedad
«El tratamiento de la cojera varía según la gravedad del caso», comenta José Luis Fontalba Navas que asegura que «En situaciones leves, el descanso y la restricción de actividad pueden ser suficientes para permitir que el perro se recupere. Además, los antiinflamatorios y analgésicos pueden reducir el dolor y la inflamación. La fisioterapia, puede ser beneficiosa para mejorar la movilidad en estos casos«.
En situaciones más graves, como fracturas óseas o problemas articulares crónicos (por ejemplo, displasia de cadera), el doctor explica que «la cirugía es necesaria para abordar problemas estructurales.»
Rehabilitación: pieza esencial
La rehabilitación es un componente esencial en el proceso de recuperación de un perro con cojera. Ayuda a maximizar la recuperación y mejorar la calidad de vida del paciente. «La fisioterapia y los ejercicios controlados juegan un papel crucial en la recuperación comenta el responsable del Servicio de Cirugía y Traumatología de Anicura quién puntualiza que »Estos ejercicios incluyen rango de movimiento, estiramientos, masajes y ejercicios de fortalecimiento. Los planes de rehabilitación deben ser individualizados y supervisados por un veterinario rehabilitador y se adaptan a la edad, la condición física y la causa de la cojera de cada perro«.
Atención veterinaria profesional y personalizada
A modo de conclusión, Fontalba Navas comenta que el diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de cojeras caninas son procesos interconectados que requieren atención veterinaria profesional y personalizada. La detección temprana y la colaboración entre veterinarios y propietarios son esenciales para una recuperación exitosa.
La rehabilitación desempeña un papel crucial en la mejora de la movilidad y la calidad de vida de los perros afectados. Cada perro es único, y el enfoque de diagnóstico, tratamiento y rehabilitación debe adaptarse a las necesidades individuales de cada paciente. En última instancia, nuestra meta es ayudar a nuestros fieles compañeros caninos a recuperarse y llevar una vida saludable y feliz.
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