El abandono escolar sube tras 13 años: solo Rumanía tiene datos peores que España en la Unión Europea
Casi un 14% de los estudiantes de 18 a 24 años de nuestro país no tiene finalizado Bachillerato o FP Media o Básica
«El dato de 2022 nos aleja del objetivo de la UE de tener una tasa de abandono del 9% en 2030», advierte Ismael Sanz, profesor de Economía de la Universidad Rey Juan Carlos
El abandono temprano de la educación y la formación en España se ha situado en 2022 en el 13,9%, lo que supone un aumento, aunque no muy elevado, tras 13 años consecutivos de bajada.
La que fue una de las banderas más ... enarboladas por el Ministerio de Educación, tanto en el caso de la exministra, Isabel Celaá, como la actual, Pilar Alegría, ya no parece que sea un éxito a destacar. «Es la primera vez que aumenta la tasa de abandono educativo desde 2008. Y eso que España ya era el segundo país de la UE con mayor tasa de abandono en 2021, y ahora no ha logrado disminuirla», advierte Ismael Sanz, profesor de Economía de la Universidad Rey Juan Carlos.
La reducción respecto al año pasado no es acuciante: el porcentaje de alumnos de 18 a 24 años que no tiene finalizado Bachillerato o la FP Media o Básica pasa del 13,3 por ciento al 13,9 (0,6 puntos). Sin embargo, el también experto en educación pone el foco en que «es significativo porque se rompe una tendencia». Antonio Cabrales, profesor de Economía de la Universidad Carlos III coincide: «Es preocupante que se pare una tendencia buena en la que teníamos convergencia».
Sanz advierte, además, de que «somos el segundo país con mayor tasa de abandono después de Rumanía en toda la UE y aún así no logramos reducirla. El dato de 2022 nos aleja del objetivo de la UE de tener una tasa de abandono del 9% en 2030», añade Sanz. Cabe destacar, en cualquier caso, que los datos europeos son de 2021, no de 2022 como los que publica hoy el ministerio. En cualquier caso, el experto aclara que «España está segunda por la cola y, junto con Rumanía, se halla descolgada de la UE, con lo cual no es previsible que haya cambios significativos en la clasificación por países en el año 2022». Actualmente, la media de la UE es del 9,7 por ciento.
Pero, ¿qué ha ocurrido? ¿por qué se ha roto una tendencia que se ha mantenido invariable durante 13 años? Los expertos coinciden en una de las razones: los jóvenes tienen mayores oportunidades en el mercado de trabajo. «Puede ser que durante la pandemia y los meses posteriores hubiera jóvenes que estudiaran porque no había alternativas en el mercado de trabajo, a lo que se sumó el incentivo de la flexibilización de los profesores a la hora de poner las notas. Ahora, en cambio, que hay alguna oportunidad más en el mercado de trabajo han dejado de estudiar», analiza Sanz.
«El coste más importante de seguir estudiando es el salario que se deja de cobrar por no trabajar. Es lo que se llama coste de oportunidad. Cuando hay mucho desempleo es poco probable que un joven trabaje. El coste de oportunidad es bajo, es decir, es más «barato» seguir estudiando», apunta Jorge Calero, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona. «Con la pandemia y tras esta, el coste de oportunidad bajó y más jóvenes siguieron estudiando, sobre todo porque no había empleo en sectores como el turismo, donde participan más aquellos con poca cualificación», añade el catedrático. «Con la recuperación del sector turístico y otros sectores de servicios, los jóvenes tienen más probabilidad de encontrar trabajo. Su coste de oportunidad sube. Y algunos (los que representan esos 0,6 puntos) no siguen estudiando».
Cabrales apunta a la misma explicación que sus otros dos colegas: «En los tiempos anteriores a la crisis de 2008 los chicos, sobre todo varones, abandonaban porque el mercado de trabajo iba bien. Es posible que la mejora de la situación económica con más trabajos en sectores como la hostelería haya impulsado el abandono temprano».
El profesor de Economía de la Carlos III va más allá y dice que «probablemente la subida del salario mínimo ha influido porque afecta en positivo a los trabajos peor pagados». Así, continúa Cabrales, ahora animas a trabajar a esa gente que antes decía que por 800 euros prefería hacer una FP.
Efecto de «corrección»
Otro motivo que ve Sanz en el aumento en la tasa de abandono es una posible «corrección». «Los indicadores educativos mejoraron en los meses posteriores a la pandemia, en parte por la flexibilización, y lo que estamos viendo es una corrección». Algo parecido ocurrió con los últimos datos de graduación en Bachillerato. Educación publicó el pasado mes de diciembre que la tasa bruta de población que finalizó Bachillerato (es decir jóvenes que titulan en esta etapa dentro de su grupo de edad) en el curso 2020-2021 es del 54,9 por ciento. Esta cifra mostró que no se revirtió lo ganado en el 2019-2020, con un 61 por ciento, y que además la cifra quedó por debajo de la de antes de la pandemia: en el 2018-2018 el porcentaje fue del 55,1 por ciento. Entonces, los expertos consultados por ABC también lo atribuyeron, entre otros motivos, a la «flexibilización», es decir, a que se «levantó la mano» durante la pandemia dando más facilidades a los alumnos.
Por comunidades
En cuanto a la situación del abandono por comunidades, se mantienen diferencias significativas. Destaca País Vasco, con un 5,6%, que es la que tiene la tasa de abandono más baja de todo el país y que está además por debajo de la media de la UE 27 de 2021 (9,7%). Le sigue Navarra (5,7%); Cantabria (8,9%); Galicia (9,9%); Castilla y León (9,9%); Extremadura (10,8%); La Rioja (11,3%) o Aragón (11,4%). En el otro extremo, con las tasas más altas, y todas superando la media del país, están: Murcia (18,7%), Baleares (18,2%); Cataluña (16,9%); Comunidad Valenciana (15,7%); Ceuta (15,6%); Andalucía (15,3%) y Castilla-La Mancha (15,1%).
«La pauta es que las comunidades con turismo, las costeras, tienen más abandono porque los jóvenes trabajan en el turismo y en otros servicios que dependen de este como es el caso de Islas Baleares o Comunidad Valenciana», analiza Calero.
Por el contrario, en las comunidades del norte hay menos abandono. «En parte porque hay menos turismo, y también porque el nivel educativo medio es más alto (Aragón, Asturias, Castilla y León). Y, en el caso concreto de Navarra y el País Vasco porque a esas dos cuestiones se añaden políticas muy intensas (y muy bien financiadas debido al sistema de financiación autonómico) en contra del abandono en ambas comunidades», añade el catedrático.
Cabrales coincide en que son las comunidades más turísticas las que mayor tasa de abandono tienen: «Murcia, Baleares, Comunidad Valenciana y Cataluña son muy turísticas. Hay excepciones, como Ceuta que también tiene niveles alto pero, en general, el patrón es bastante claro».
Por su parte, el ministerio saca pecho de los datos de los últimos años: «Comparando con el año 2012, hace una década, cuando el porcentaje de abandono era del 24,7%, se ha producido una bajada de 10,8 puntos, habiéndose reducido el peso del colectivo de abandono en un 43,7%».
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Por sexos, en el año 2022 la diferencia entre el dato de los hombres (16,5%) y el de las mujeres (11,2%) «sigue siendo muy significativa», remarca el ministerio. Se trata de una diferencia de 5,3 puntos porcentuales, aunque habiéndose reducido desde los 8,4 de diferencia existentes en 2012, pero consideradas las proporciones entre ambos sexos, el porcentaje de abandono de los hombres supera al de las mujeres en un 46,8% en 2022 y en 2012 lo hacía en un 41,2%.