El científico Manel Esteller deja el Instituto Josep Carreras y se marcha a Ohio tras una auditoría por presuntas irregularidades

En declaraciones a ABC el oncólogo desvincula su marcha de la investigación interna y asegura que tenía decidido abandonar el centro desde que abandonó la dirección del IJC. «Cuando decidí en septiembre de 2024 no optar a un segundo término de mi período de director, también decidí que era la hora de una nueva experiencia, habiendo valorado en este tiempo las numerosas ofertas recibidas y que ahora he comunicado a nuestro director que está haciendo un gran trabajo», indica a ABC Esteller, que califica de «malintencionadas» las noticias que aparecen sobre su marcha.

«Comprendo perfectamente que perder un activo siempre puede molestar a alguien y así deben entenderse algunas de las noticias malintencionadas dadas», afirma a la vez que se muestra satisfecho con su decisión. «Estoy excitado por esta nueva aventura de investigación que empezaré pronto con una excedencia Icrea. Me siento orgulloso de haber sido director del IJC y de los logros conseguidos a nivel de descubrimientos y haber apoyado a los jóvenes investigadores. Estoy agradecido a todo el personal del centro y al apoyo de la Generalitat», concluye.

El oncólogo, un referente mundial en epigenética del cáncer, combinará el trabajo en Ohio con la investigación en Cataluña a través del Instituto de Investigación Sant Pau, donde continuará manteniendo la posición y el sueldo de investigador Icrea, según él mismo ha confirmado a este diario.

Los rumores sobre posibles irregularidades en la gestión del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras (IJC) en la etapa en la que Esteller estaba al frente tomaron fuerza cuando en junio de 2024 el Instituto le apartó de la dirección científica. En septiembre, el oncólogo anunció que dejaba voluntariamente su puesto como gestor del instituto, que había ocupado durante cinco años, para centrarse en su vertiente investigadora tomando las riendas de la Unidad de Epigenética del centro.

Tres meses después trascendió que la Fundación había encargado una auditoría externa para determinar si hubo posibles irregularidades en la etapa en la que Esteller estaba al frente de la institución. La Oficina Antifraude de Cataluña (OIC) abrió una investigación a raíz de varias denuncias para aclarar si éste favoreció a sus investigaciones en el reparto de fondos para investigación.

Portavoces de la institución reconocieron en declaraciones a este diario cuando saltaron las alarmas que encargaron la investigación para confirmar que no hubo posible mala praxis en esta etapa pero niegan que la encargaran por irregularidades en la gestión económica. «Queremos subrayar que no ha habido nunca ninguna irregularidad en la gestión económica del Instituto», aclararon. Aseguraron que el objeto de la auditoría era «determinar si ha habido una redistribución interna de los recursos para priorizar una línea de investigación por encima de otras».

Después, en un comunicado, la Fundación Josep Carreras detalla que los resultados de la auditoría independiente han documentado que, en algunos casos, los fondos habían sido destinados a líneas de investigación científica diferentes de aquellas que, en principio, eran beneficiarias. La Fundación también encargó una auditoría científica a expertos independientes internacionales para controlar el grado de adhesión a la misión fundacional de la producción científica.