El científico que cocina con el sol: «Cualquiera que tenga cartón y papel de aluminio puede»

Descubrió el método en 2008, de la mano del Club de Cocina Solar de San Diego. «Cocinaban delicias como galletas y brownies usando nada más que energía limpia y gratuita que alimentaba diferentes tipos de cocinas solares, como hornos en cajas y cocinas con paneles reflectantes. Recuerdo que la mayoría de las cocinas solares que vi allí eran caseras. Quedé fascinado», recuerda.

Poco después entró en contacto con Solar Cookers International (SCI), organización de la que ahora es director científico y que impulsa por todo el mundo la cocina solar. No solo es una solución respetuosa con el clima, como explica estos días en la COP28, la Cumbre del Clima de Dubái. También evita las partículas dañinas para la salud del fuego y es más barato al no requerir más combustible que sol, una solución perfecta para las comunidades menos favorecidas.

También se han convertido en una organización de prueba de modelos. Desde la fundación de la organización, la cocina solar ha avanzado mucho. Existen cocinas solares híbridas térmicas/eléctricas, cocinas solares de 'tubo de vacío' y cocinas solares institucionales a gran escala que pueden cocinar hasta decenas de miles de comidas por día. Sin embargo, la organización ha creado su propio modelo: en 1994, un grupo voluntario de ingenieros y cocineros solares asociados con SCI desarrollaron y produjeron una cocina solar con panel reflectante, llamada CooKit. «Es una cocina solar eficaz que puede construir cualquiera que tenga cartón y papel de aluminio», asegura Bigelow. Es un diseño de código abierto, disponible para quien quiera en la página de SCI, que también ofrece otros modelos.

«La cocina solar mejora la salud, construye familias resilientes, rompe el ciclo de la pobreza, impulsa las economías locales, empodera a las mujeres y los niños y ayuda a lograr los 17 objetivos de las Naciones Unidas», dice Bigelw. La organización calcula que hay más de cuatro millones de cocinas solares en el mundo. Eso significa, además, que se evitan más de 5,8 millones de toneladas de emisiones de CO2 al año, lo que equivale a sacar de circulación a más de 1,25 millones de coches de combustión, según SCI. «

Eso sí, lo normal con los modelos más básicos es tardar el doble en hacer la comida que con los métodos convencionales. Solo las cocinas de alto rendimiento, como las que usan reflectores parabólicos (que hay que ajustar cada 15 minutos) en condiciones de pleno sol pueden cocinar tan rápido como con fuego.

SCI también ofrece este tipo de información. Se han convertido en una organización de pruebas. Para Bigelow ya son incontables los modelos que ha probado. Por eso, cree que todavía hay algunas mejoras posibles, como lograr que las cocinas giren automáticamente para seguir el sol y el almacenamiento térmico.

«Si bien muchas cocinas solares tardan más en cocinar los alimentos que al fuego, se pueden tener en cuenta los muchos beneficios, que tiene para la salud al no inhalar humo, beneficios económicos al no gastar combustible, beneficios ambientales al no emitir gases de efecto invernadero y el empoderamiento de las mujeres«, dice el físico. Para él, nada se compara a la sensación «natural» de cuando hizo por primera vez su propia comida con la fuerza del sol. «Me encantó saber que había una nueva forma de cocinar mi comida».