23 millones de toneladas de metano a la atmósfera: el accidente del buque en el Estrecho pudo ser mucho peor
El metanero con el que chocó transporta habitualmente 162.000 metros cúbicos de gas licuado, mayoritariamente gas metano
El buque encallado que ha provocado el vertido de combustible al mar contenía 215 toneladas de fueloil pesado, 250 de gasóleo y 27 de aceite lubricante
Los alcaldes del Campo de Gibraltar acusan al Peñón de acercar el vertido a España
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Iniciar sesiónEl desastre medioambiental que está provocando el buque OS 35, semihundido en aguas del Estrecho, es todavía difícil de cuantificar. El vertido ya ha llegado a la costa y, aunque ya se ha culminado el vaciado de combustible, aún falta retirar el fueloil del ... tanque número dos del navío. Sin embargo, el desastre pudo ser muchísimo peor si además del OS 35, también el barco con el que chocó hubiera vertido el contenido que habitualmente transporta.
El otro buque implicado en el accidente del Estrecho es el metanero Adam LNG, que por fortuna sufrió daños leves y se encontraba vacío en el momento del choche. De no haber sido así, habría provocado una «bomba climática» por el contenido de metano que suele llevar en su interior.
Según ha alertado Greenpeace, los 162.000 metros cúbicos de gas licuado, mayoritariamente gas metano, que suele transportar, «vertidos a la atmósfera en caso de accidente, supondrían un 'chapapote invisible' equivalente a 23 millones de toneladas», es decir, la cantidad de emisiones de 7 millones de coches en un año.
El OS 35 encallado en el mar tenía en su interior 215 toneladas de fueloil pesado, 250 toneladas de gasóleo que ya han sido vaciadas y 27 toneladas de aceite lubricante para sus motores.
El Estrecho, la «gasolinera 'low cost' de Europa»
La ONG ha denunciado que la bahía de Algeciras, que por su situación geográfica tiene «un tráfico de los más intensos del mundo», es la «gasolinera 'low cost' de Europa», puesto que en ella se cargan miles de barcos al año desde gabarras o gasolineras flotantes, «sin las condiciones de seguridad necesarias y a un precio menor que en otros puertos, puesto que en Gibraltar no se paga la tarifa Marpol».
Cargar combustible en el mar, lo que se conoce como bunkering, es una maniobra muy arriesgada que puede provocar vertidos de hidrocarburos al mar, con el coste medioambiental que eso supone. Y lo cierto es que el accidente de esta semana por el que este jueves se detuvo al capitán del barco siniestrado -ya está en libertad- no es un caso aislado, ya que antes que él se han producido otros accidentes en la zona.
El vertido del buque de Gibraltar, en imágenes
ABCLa Policía de Gibraltar detiene a una persona por el incidente del OS 35
El buque de chatarra New Flame colisionó en 2008 con el petrolero Torm Gertrud muy cerca de Gibraltar y se hundió en la zona provocando un gran derrame de fuel y otros productos químicos. Otros buques que han sufrido accidentes similares han sido el Samotraki, el Tawe o el Fedra, aunque la imagen que a todos nos viene a la memoria en casos así es el del Prestige, que aunque tuvo lugar lejos del Estrecho -en Galicia-, provocó en 2002 una de las mayores catástrofes ecológicas de la historia de la navegación, tanto por la cantidad de contaminantes liberados como por la extensión del área afectada.
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«Además de redoblar los esfuerzos coordinados en limpiar el vertido, la mejor barrera contra la contaminación de las playas de la bahía de Algeciras sería un acuerdo entre los gobiernos de Gibraltar y el español para poner límites al bunkering mafioso en sus aguas», señala Francisco del Pozo, coordinador de combustibles fósiles de Greenpeace. «Hace casi 20 años del desastre del Prestige y seguimos haciendo como si el hecho de que el 90% del comercio mundial y más del 50% del gas se muevan por mar no tiene consecuencias sobre el ecosistema y el clima», sentencia.
Los vertidos seguirán siendo una amenaza en el Estrecho
Pese a lo vivido estos días con el accidente del OS 35, la asociación alerta de que los vertidos seguirán siendo una amenaza en el Estrecho. «Las siete plantas regasificadoras en territorio español (incluida el Musel, que recientemente está iniciando su operación) recibieron en 2021 un total de 254 buques anuales. Cantidad que se prevé que aumente mucho en las actuales circunstancias geopolíticas, aumentando con ello los riesgos de accidente y las emisiones».
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