Carla Antonelli, tras su baja del PSOE por los retrasos de la 'ley trans': «Les ha dado lo mismo»

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Érika Montañés

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Pero si el choque Unidas Podemos-PSOE por la norma ha estado siempre presente, con la amenaza de hacer encallar la ley, el conflicto interno que tienen los socialistas ha llegado a hacer saltar por los aires a una vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, que ahora como presidenta de la Comisión de Igualdad del Parlamento, se da de bruces con la tramitación de la ley. Pero esta vez parece que se van a cumplir sus deseos, tal y como dicen algunas fuentes consultadas en el partido.

«Después de dos años tan duros, con el cúmulo de todo lo que ha sucedido, todo parecía ya encauzado para tramitar la 'ley trans' antes de que finalice la legislatura», dice a este periódico Carla Antonelli, tras hacer público a través de un tuit y una nota de prensa su baja como histórica militante de décadas en el partido de Ferraz. Continúa señalando que «todo parecía encauzado, pero en las últimas dos semanas y con el anuncio en el último momento de las enmiendas» en el PSOE parece que retrasarán la ley y no la harán posible.

Preguntada Antonelli por quién o qué sector del PSOE ha pedido esa demora en la ley, la activista trans ha esgrimido que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, fue quien defendió su postura, quien dio el manotazo en la mesa hace más de un año para que esta norma saliese adelante y se pusieran los derechos del colectivo transexual sobre el papel. «Ahora tiene que volver a dar ese manotazo», añade Antonelli, a sabiendas de que se ha «dado alas» al sector frentista a la norma, compuesto entre otras personas por militantes históricas del llamado feminismo clásico.

No obvian en el PSOE que el documento interno en el que un grupo de dirigentes pedía la censura y la sanción pública a hasta veinte militantes (con nombres y apellidos) y simpatizantes del partido por su oposición a la 'ley Trans' ha hecho mucho daño, como confirman. Tal y como publicó ABC hace dos semanas, este ha sido un motivo de fricción tan importante que se ha llegado a hablar de «cisma» por este motivo.

El sector firmante, que muchas voces achacaban a Víctor Gutiérrez, secretario LGTBI del partido, y la propia Antonelli, solicitó en ese documento que se diera el alto a las declaraciones públicas que realizaban personas como Amelia Valcárcel, Alicia Miyares, Ángeles Álvarez o Yolanda Besteiro, presidenta de la Fundación Mujeres Progresistas. Al otro lado, este sector más clásico del PSOE presionaba para introducir cambios en la autodeterminación que regula la 'ley trans' y advertían de las «penosas» consecuencias que conllevaría un rápido cambio de sexo para los niños; en el deporte; la legislación de la violencia de género y los diagnósticos erróneos de disforia de género.

Llegaron a manifestarse frente al Congreso 24 horas antes de que se iniciase la tramitación de la norma, con el respaldo público, eso sí, tanto de Unidas Podemos como del PSOE y sus socios de gobierno. Solo PP y Vox enmendaron a la totalidad la norma, enmiendas que fueron tumbadas.

Ahora, Antonelli dice en su despedida pública a la militancia de la que ha formado parte desde su adolescencia, hace 45 años, que «está cansada» de esta lucha, de estas denuncias cruzadas dentro de la formación del puño y la rosa, que «les ha dado lo mismo» su baja como miembro del PSOE. «Hay gotas que colman los vasos llenos y a punto de rebosar, a la vez que, no por faltas de ganas, antepuse el -yo consciente- e incluso, afirmo, hasta la propia dignidad, por un interés supremo y mayor», ha señalado Antonelli en sus redes sociales, quien escribe que no ha solicitado la baja en su nombre.

Aquel 13 de agosto de 1977 aparecí por primera vez en la prensa de la época descrita como «travesti politizado», apenas dos meses después de las primeras elecciones democráticas, donde desde entonces he militado de una forma u otra.

Antonelli califica de «delirio y odio» la campaña de desprestigio abierta contra la normativa de los derechos de las personas trans hace ya ddos años y medio. «Había que pelear esta ley igual que hice en 2007 con la norma primigenia de identidad de género -afirma- donde hubo que anunciar una huelga de hambre en protesta ante la indolencia de que no se quisiera llevar a trámite a pesar de ser un compromiso elecotral».

«Hoy, por los mismos fundamentos y ante la nueva maniobra de ampliar los plazos de enmiendas hasta diciembre con el amago de más recortes en la ley, lo que lleva ya al próximo año inmersos en las elecciones autonómicas y municipales, que será otra de las posibles argumentaciones para nuevos retrasos y en un suspiro hacia el fin de la legislatura», Antonelli cree que hay que reaccionar y solicitar su baja, con profunda «decepción y vacío».

Antonelli, como en otras ocasiones, lo acusa todo a la «absurda guerra de cuotas de espacio y poder de personas con nombres y apellidos hasta el punto de renegar y desdedirse de lo que nosotras mismas habíamos redactado o escrito». La guerra con Calvo no la olvida: «Lo que era algo externo se oficializó en un panfleto transfóbico la noche del 9 de junio de 2020, aniversario de la muerte del compañero Pedro Zerolo, para más saña y vergüenza colectiva, que envió a todas las agrupaciones de España quien era en ese momento secretaria de Igualdad del PSOE, la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo. A partir de ahí la pesadilla adquirió dimensiones gigantescas». Denunciar esta maniobra de Calvo públicamente dejó a Carla Antonelli «fuera de la Asamblea de Madrid» en las siguientes elecciones, donde era diputada autonómica, zanja.

El deseo de la primera mujer trans diputada en España una vez oficializado su adiós es que su partido «recapacite», porque las batalles «en contra de los derechos humanos de un sector del entramado social siempre han sido llamadas a ser perdidas». «Aunque el griterío apabulle y asuste -continúa- la satisfacción de hacer, obrar y estar en el lado correcto de la historia siempre será reconocida con creces. Exhorto al presidente del Gobierno a que vuelva a poner la ley en su sitio», clama a Pedro Sánchez.