Cabo Roberto, mujer gracias a la ley trans: «Ya no soy el padre, soy madre no gestante»

Este fenómeno ha levantado especulaciones sobre la posible motivación detrás de estas decisiones, hasta sugerir que algunos podrían estar buscando beneficiarse de políticas de igualdad de género, como la ley trans, para lograr ascensos o promociones más fácilmente dentro de sus respectivas instituciones.

En el ámbito militar, cambiar al género femenino podría representar ventajas, como mejores oportunidades de promoción, y, en el caso de los miembros del Ejército interesados en unirse a la Guardia Civil, afrontar requisitos menos exigentes en las pruebas físicas de las oposiciones.

Noticia Relacionada

El juez rechaza el cambio de sexo de un sargento del Ejército que quería ser mujer para ascender a subteniente

Laura Bautista

El TSJC informa que «lejos de sentirse mujer, buscaba beneficios laborales al amparo de la discriminación positiva»

Entre los casos destacados se encuentra el de la cabo Roberto, quien en una entrevista con 'Espejo Público' se describe a sí mismo como 'bigénero intersexual' y 'lesbiana', al tiempo que niega que su cambio de sexo busque un beneficio personal en términos de ascensos o facilidades dentro del ejército.

Aunque reconoce que podría verse favorecido indirectamente por las normativas, insiste en que su decisión no tiene como fin la obtención de ventajas competitivas. De hecho, niega que tras este cambio pueda ascender con más facilidad porque, según explica, en el Ejército ya no hay plazas reservadas para mujeres.

«No voy a hacerlo por piratería. Por convicción propia, las pruebas físicas las haré con la nota de hombre», ha asegurado la cabo en el programa presentado por Susanna Griso, donde ha añadido que duerme en una habitación ella sola porque por ley no puede hacerlo con el resto de hombres, y hacerlo con sus compañeras biológicas le parecería «una falta de respeto».

Roberto, según explica, no busca sacar ventajas de su transición en el ámbito profesional y se centra, ahora que es una mujer, en su deseo de establecer contacto con su hijo, a quien no ha visto desde que este tenía tres años. A pesar de cumplir con sus deberes paternales, como el pago de pensión alimenticia, se encuentra sin derechos legales sobre el menor.

Confía en que, bajo su nueva identidad legal, pueda abogar por un trato equitativo que facilite un reencuentro, apoyándose en expertos que ayuden a superar las barreras emocionales y legales que han mantenido a padre e hijo separados durante más de una década. «Ya no soy el padre, soy madre no gestante», ha asegurado en el programa.