Bruselas acusa la falta de un registro comunitario para los bebés de la UE

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Ángel Gómez Fuentes

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La Comisión afirma que su idea «se centra en el interés superior y los derechos del niño y aportará claridad jurídica a todo tipo de familias que se encuentren en una situación transfronteriza dentro de la UE, ya sea porque se desplazan de un Estado miembro a otro para viajar o residir, o porque tienen familiares o bienes en otro Estado miembro» y, para ello, «uno de los aspectos clave de la propuesta es que la paternidad establecida en un Estado miembro sea reconocida en todos los demás, sin ningún procedimiento especial».

Teniendo en cuenta que este campo, el del Registro Civil y el Derecho Familiar, es una competencia estrictamente nacional, la Comisión ha elegido el procedimiento llamado «de consulta» que prevé que el proyecto solo ha de ser aprobado por el Consejo, es decir, los gobiernos de los países miembros, mientras que el Parlamento tiene un papel netamente consultivo. Si bien es cierto que es obligatorio que el Parlamento emita su informe para que la norma entre en vigor, el Consejo no está obligado a tenerlo en cuenta.

En la Eurocámara ya se han escuchado discursos que presuponen que esta norma sería la brecha para convertir en legal en todos los países asuntos tan polémicos como la gestación subrogada, por lo que este asunto corre el riesgo de empantanarse. Por ahora, el tema esta pendiente de entrar en el orden del día del Comité de Asuntos Legales. Por lo que respecta al Consejo, la propuesta de la Comisión ha sido presentada no menos de media docena de veces ante el Coreper, la reunión de los embajadores que es la antesala de la de los ministros, sin ningún éxito. El acuerdo en el Coreper es necesario para incluir un tema en el orden del día e iniciar el debate entre los ministros.

El discurso más encendido en la defensa de esta propuesta lo encarna Adrián Vázquez, europarlamentario español de Ciudadanos (Cs), quien impulsó desde su grupo la iniciativa para que la Comisión aproveche el debate de la filiación única y encaje por sus ranuras una regulación ad hoc de la maternidad por subrogación. «La Comisión Europea, en su propuesta del comisario de Justicia Didier Reynders, plantea que cuando un Estado establece una filiación, el resto de países de la Unión tenga que reconocerla. También se trata originariamente de proteger a las familias LGTBI que quieren trasladarse a otro país y siguen encontrando problemas en ciertos Estados para residir con plenos derechos. Esta propuesta de la Comisión puede ser una magnífica oportunidad para reconocer a las familias con hijos por gestación subrogada», resume en conversación con ABC. Vázquez abunda en que existen muchos tipos de familias diferentes en la UE: «No podemos permitir que los nuevos moralistas, a izquierda y a derecha, nos marquen el paso a todos los europeos».

Las fisuras del Derecho comunitario se han vuelto a poner de manifiesto la semana pasada a propósito de un bronco debate con Italia y 33 familias de Padua con hijos concebidos por gestación subrogada. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo le ha dicho a Italia que puede no registrar a esos niños de la región del Véneto si su Derecho Civil así lo estipula. Además de Italia, hoy por hoy la gestación subrogada está expresamente prohibida en Austria, Bulgaria, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Malta, Noruega, España y Suecia. Está permitida de forma altruista y no comercial en Bélgica, Grecia, Países Bajos y Portugal. No está regulada legalmente en Polonia ni en República Checa.

El marasmo de un registro comunitario provoca que un niño nacido por gestación subrogada o reproducción asistida de una pareja de homosexuales esté inscrito en su país, pero no sea reconocido en otro. Cs quiere poner fin a la filiación a la carta. «Hay nuevas formas de construir una familia y de dar forma al amor y el proyecto compartido que representa la familia –abunda el eurodiputado–. Los menores a menudo han tenido muchos problemas en ser registrados o reconocidos, pero chocamos con una ola moralizante» a uno y otro lado del arco parlamentario, acusa, que lo está impidiendo. Este mes de junio Vázquez protagonizó en el Plenario de la Eurocámara un importante rifirrafe con diputados de otra sensibilidad ideológica por su «radicalismo», critica.

En España, además, se da la circunstancia de que pese a estar prohibida la práctica, hay una instrucción por la que sí se puede registrar a los niños concebidos por maternidad subrogada. «Lo que debe dejar de ser es un vacío legal. Asociaciones como 'Son nuestros hijos' –con cientos de bebés inscritos en nuestro país–, nos permiten defender la gestación subrogada estrictamente altruista y garantista, como en Canadá, que ponga límite de edad a la madre (45 años), a la de la gestante (mayor de 25) y con todas las garantías sanitarias y legales. Nosotros estamos en contra de convertir la gestación en un negocio», apremia Vázquez.

El diputado español, que preside la Comisión de Asuntos Jurídicos en el Parlamento comunitario, denosta la «hipocresía» que se produce en este debate: «La UE debería apoyar a los países que empiezan a tomar pasos en esa dirección». En lugar de eso, afea, Estrasburgo se pone del lado de la no filiación, como ha ocurrido en Italia. «Vamos a pedir que si un país tiene la valentía de legislar sobre gestación subrogada, la filiación de ese niño se respete» en todo el marco comunitario, asegura.