Brasil enfrenta la peor sequía de su historia que genera un aire tóxico para humanos

Las regiones más afectadas por el aire seco y contaminado se concentran principalmente en la región central del país, sobre todo en Brasilia, y en el sureste, en los estados de São Paulo y Minas Gerais. Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet), todas tienen un nivel de humedad inferior al 12%, por debajo del límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), exponiendo a las poblaciones a riesgo de «enfermedades pulmonares». El Ministerio de Salud activó la Fuerza Nacional del Sistema Único de Salud (FN-SUS) para ayudar a los estados y municipios a minimizar los efectos de los incendios en la salud humana.

Este miércoles, la ciudad de São Paulo, la mayor de Sudamérica, fue por tercer día consecutivo la ciudad con la peor calidad de aire del mundo, según un ranking de la empresa suiza IQAir, que monitoriza 120 grandes ciudades de todo el planeta.

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Verónica Goyzueta

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En las últimas 24 horas, Brasil registró 5.132 focos de incendio, concentrando el 75,9% de las áreas afectadas por el fuego en toda América del Sur, según el Programa de Quemas del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE). En los primeros días de septiembre, el número de brotes en todo el país se duplicó en comparación con el mismo período del 2023, con 37.492 casos, frente a 15.613 del año pasado.

Un estudio inédito sobre la gravedad de los incendios apunta que la Amazonia se ha convertido en fuente de emisiones de carbono, el principal gas de efecto invernadero, responsable por el calentamiento global. La líder del estudio, la investigadora Luciana Gatti, del INPE, atribuye esta potencial catástrofe a la deforestación y a los incendios, que vienen aumentando y que son, en su mayoría, ilegales.

En entrevista a la Agencia Brasil, la investigadora explicó que una de las funciones de la Amazonia es servir de protección natural contra el cambio climático, pero que la degradación de este bioma, estimulada por la acción humana, resulta en lo que ella clasifica como exterminio de la fauna y acelerador de intensos efectos climáticos, que impactan no sólo a Brasil, sino a toda América Latina. En 2020, recuerda, se talaron 24 árboles por segundo en Brasil.

Desde el comienzo del año, los incendios ya han consumido más del 15% del Pantanal, es decir, 2,3 millones de hectáreas, según datos del Laboratorio de Aplicaciones de Satélites Ambientales de la Universidad Federal de Río de Janeiro (Lasa-UFRJ), que ha emitido un alerta de peligro extremo de incendio para toda la Cuenca del Paraguay, donde se encuentra este bioma. Esas condiciones climáticas dificultan el combate a los incendios incluso por medios aéreos, ya que el fuego se propaga a gran velocidad. Los incendios también están afectando todas los territorios indígenas del Pantanal. La mayor parte se produjo en la Tierra Indígena Kadiwéu, donde el fuego afectó a más de 357.000 hectáreas, equivalentes al 66,4% del territorio.

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva anunció el miércoles la creación de una Autoridad Nacional del Clima para enfrentar los fenómenos naturales extremos. Lula, que se encontraba en la Amazonia al hacer el anuncio, informó que se estudiará un nuevo plan nacional contra estos desastres y debe convocar especialistas y científicos para buscar soluciones sobre estos problemas con perspectivas cada vez más graves.

«Nuestro objetivo es establecer las condiciones para ampliar y acelerar las políticas públicas, con base en el Plan Nacional de Enfrentamiento a los Riesgos Climáticos Extremos. Tenemos que centrarnos en la adaptación y la preparación para hacer frente a estos fenómenos. Para ello, crearemos una Autoridad Climática y un Comité Técnico-Científico para apoyar y coordinar la implementación de este plan por parte del gobierno federal», declaró el mandatario sobre una propuesta que presentó en el inicio de su Gobierno y que no avanzó por falta de apoyo en el Congreso, dominado por grupos de grandes hacendados y ganaderos, que avanzan sobre territorios con responsabilidad sobre el aumento de la deforestación. La Autoridad del Clima será una agencia gubernamental, con recursos propios.

«En este momento, vivimos una combinación perversa de algunos factores que, combinados, están creando esta situación. El primero de ellos es el problema del cambio climático, que está alterando el régimen de lluvias, que está cambiando el período de sequía y de inundación, como se puede ver. Una hora llueve demasiado y otra muy poco. Junto a esto, tenemos el problema de la deforestación y los incendios, que acaban agravando aún más la situación», declaró la Ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Marina Silva.

Según la ministra, los incendios ya han afectado a 1,1 millones de hectáreas de bosque primario, lo que demuestra que la selva ya no es inmune al fuego. «Esto demuestra que la selva está perdiendo humedad, y es un fenómeno que aún no sabemos cómo afrontar», afirmó.

La ministra, una ambientalista de prestigio internacional, recomienda la adopción de medidas como la regularización de tierras y un plan de desarrollo sostenible, además de la creación de un Fondo Mundial para la protección de los bosques tropicales, que debería poner a disposición 300 millones de dólares para la preservación del medio ambiente. Ese fondo, según Silva, deberá estar operativo a partir del próximo año, cuando Brasil será la sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) en la ciudad amazónica de Belém.

El gobierno autorizó la creación de brigadas contra incendios en 18 estados y el Distrito Federal, y de una misión humanitaria formada por 62 bomberos brasileños para ayudar a combatir los fuegos forestales en la frontera con Bolivia donde la situación también es de emergencia. Parte de esa misión comenzó a operar la semana pasada con base en la localidad de San Ignacio de Velasco, en el departamento de Santa Cruz, a unos 315 kilómetros de la frontera con Brasil.