Brasil acaba hundiendo en el Atlántico el portaviones tóxico que nadie quería desguazar
De origen francés, había viajado hasta el Mediterráneo para ser desmontado, pero el Gobierno turco impidió que fondeara en sus aguas
Finalmente ha encontrado su destino a 5.000 metros de profundidad
N.P.
Madrid
Brasil ha procedido este viernes a hundir de manera controlada su último portaviones, el 'Sao Paulo', un buque de origen francés que estaba fuera de servicio y que contenía en su interior 760 toneladas de amianto. El portaviones, de origen francés, había sido vendido a ... una empresa turca especializada en desguaces pero, tras emprender una travesía por el Atlántico y el Mediterráneo, tuvo que volver a Brasil, ante la negativa del gobierno turco a aceptar el barco en su costa.
El portaaviones tóxico que nadie quiere pone rumbo al Mediterráneo
S.S.Además de incumplir varios tratados internacionales sobre la gestión de residuos según denuncian grupos ecologistas, los países que atraviesa en su camino no han sido informados
Así, ahora el naufragio controlado ha tenido lugar a 350 kilómetros de la costa brasileña, en un área con una profundidad de 5.000 metros, ante la imposibilidad de ser desguazado. Según ha informado la Armada brasileña, se han seguido todas la medidas de seguridad necesarias para evitar posibles pérdidas «logísticas, operativas, ambientales y económicas» al Estado brasileño.
De esta forma, el 'Sao Paulo', conocido como 'Foch' cuando estaba bajo bandera francesa, ha seguido los pasos de su embarcación gemela 'Clemenceau', que en 2006 fue retirada por la Armada gala y enviada a la India para su desguace. Las presiones ecologistas llevaron a Francia admitir que la exportación era ilegal según el reglamento de envío de residuos de la UE, y el entonces presidente de la República, Jacques Chirac, ordenó su regreso a Francia.
Ahora, el 'Sao Paulo' se encuentra hundido en una zona seleccionada en base a estudios realizados por el Centro de Hidrografía de la Marina y el Instituto de Estudios del Mar Almirante Paulo Moreira, que ha prestado especial atención a la mitigación de impactos en la salud pública.
La técnica utilizada para su hundimiento ha contado con la acción de buzos, quienes han colocado explosivos para perforar el casco y aumentar el flujo de agua hacia el interior del barco hasta hundirlo por completo, según ha informado 'Folha de S.Paulo'.
En tanto, el hundimiento del buque ha sido objeto de discusiones entre los ministros brasileños José Múcio Monteiro (Defensa) y Marina Silva (Medio Ambiente), ya que este último defendía la tesis de la Fiscalía de Brasil, que rechazó forzar el hundimiento apelando al riesgo ambiental.
Los análisis realizados por la ONG Shipbreaking Platform en el portaaviones gemelo a Sao Paulo identificaron 760 toneladas de amianto en el buque. Ante esto, la organización comenzó a cuestionar si, de hecho, el casco enviado por Brasil tendría las aproximadamente diez toneladas de sustancia tóxica previstas en el inventario.
El portaaviones, en un estado tan deteriorado que apenas podía fondear, fue vendido en 2021 por la Armada a Sök Denizcilik and Ticaret Limited, un astillero turco especializado en desguace de barcos. Tras ello, la nave salió de Brasil el 4 de agosto del 2022, en un viaje que generó protestas en todo el mundo y que llevó a Greenpeace a monitorizarlo en tiempo real.
Finalmente el Gobierno turco revocó el permiso para fondear en sus aguas, por lo que el barco tuvo que iniciar el viaje de vuelta hacia Brasil, aunque finalmente ha encontrado su destino a 5.000 metros de profundidad, en medio del Atlántico.
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