La beluga del río Sena rechaza la comida y cada día está más enferma

Las posibilidades de salvarla disminuyen rápidamente, ya que es demasiado arriesgado sacar a la beluga del agua, ella no puede llegar al océano sola y está absolutamente desorientada. Según los expertos le quedan entre 24 y 48 horas de vida.

Para el departamento francés de Eure, la alimentación del animal es crucial, por lo que el equipo que monitorea a la beluga ha intentado darla de comer, pero sin éxito. «Dado el estado fisiológico del cetáceo se decidió darle vitaminas y productos susceptibles de abrirle el estómago», ha comentado la presidenta de la ONG de conservación marina Sea Shepherd France, Lamya Essemlali.

Entre los alimentos que se intentaron proporcionar al animal había arenques, truchas y calamares, comunes en su dieta. El resultado fue infructuoso, el cetáceo rechaza la comida, la ignora, lo cual no es buena señal. «Su falta de apetito puede ser el síntoma de una enfermedad que desconocemos. Desde el principio está desnutrida», ha explicado la responsable de Sea Shepherd.

Los científicos también han asegurado que la presencia de manchas en su cuerpo se debe al hecho de estar viviendo en agua dulce desde hace días.

A diferencia de otros cetáceos, es capaz de sobrevivir más tiempo en aguas dulces porque se trata de un animal que vive en las frías aguas del norte, donde la salinidad es más baja de lo normal y su cuerpo está acostumbrado. Aun así no puede seguir demasiado tiempo entre las dos esclusas o presas donde se encuentra porque el agua está estancada y caliente, lo que puede hacer que muera en pocas horas.

Los encuentros con el animal son raros porque es escurridizo y además arrastrarlo al mar tampoco parece una buena opción «No puede llegar al mar por sus propios medios. Incluso si la condujeramos con un bote, sería extremadamente peligroso, si no imposible», ha comentado Essemlali tras salir de una reunión con los responsables del observatorio Pelagis, miembros de la Oficina Francesa para la Biodiversidad y un reconocido experto canadiense en cetáceos.

Se ha hablado de que dado el estrés de la beluga, lo más compasivo es que deje de sufrir, eutanasiarla. Aunque se niega a comer para los responsables del operativo de salvamento la eutanasia sería una decisión «prematura» porque según la responsable de Sea Shephed «Todavía tiene vigor, un comportamiento curioso: gira la cabeza, reacciona a los estímulos, el animal aún no está moribundo».

Actualmente el equipo liderado por Essemlali lucha para evitar que la beluga corra el mismo destino que una orca que hace apenas seis semanas, fue hallada inerte en el Sena, en un paraje solitario, entre Rouen y Le Havre.