Las autoridades francesas temen que haya «varios centenares de muertos» en las islas de Mayotte tras el paso de un ciclón

A media tarde del domingo, estaba certificada la muerte de 14 personas y 250 heridos. Cifras «irrisorias», se teme que muy alejadas de la realidad profunda. François-Xavier Bieuville, prefecto, representante del Estado en el departamento más pobre de Francia, ha declarado: «Será muy difícil hacer un balance final, desastroso y dramático. Las costumbres de las familias, en los barrios más modestos, con mayoría musulmana, quieren que los desaparecidos sean enterrados con mucha rapidez, incluso antes de las veinticuatro horas después de la muerte. Con lo cual, incluso los socorros esperados llegarán tarde para socorrer y poder establecer un balance real del drama, la catástrofe, sin precedentes».

Según Météo-France, servicio meteorológico oficial, Chido ha sido el ciclón más devastador que ha azotado las islas Mayotte desde 1934, dejando, a su paso, un paisaje sombrío… Más de quince mil familias han perdido todos sus bienes. Barrios enteros desaparecidos, hospitales, carreteras, edificios públicos hundidos, decenas de millares de árboles arrancados de cuajo, campos desolados con decenas de miles de animales sacrificados, corte absoluto de los servicios de agua y electricidad. Gran parte de la población del archipiélago vive en unas condiciones de la más extrema pobreza, en chabolas sin servicios, arrasadas en millares de casos, cuando no han desaparecido enterrando entre sus escombros a hombres, mujeres, niños, quizá familias enteras, completamente aislada, sin socorro posible.

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Desde París, el ministro del Interior dimitido, interino, Bruno Retailleau, anunció a última hora de la mañana del domingo el envío de 800 bomberos, gendarmes y militares para prestar socorro de urgencia. Muchos observadores locales temen que esa ayuda llegue demasiado tarde, en muchos casos.

En lágrimas, una mujer de cuarenta años que lo había perdido todo, marido, hijos, familia, casa, declaraba a la tv francesa, a media tarde del domingo: «Muchos de nosotros lo hemos perdido todo. No teníamos nada. Vivíamos en chabolas. El ciclón se lo ha llevado todo, todo. He quedado sola, sola, sola. No tengo dónde caerme muerta. A mi alrededor, todo son ruinas y muerte».

Cerca de 200.000 de los 320.000 habitantes del archipiélago viven en condiciones de gran pobreza, la más alta y dramática de toda Francia, metropolitana y de ultramar. Mayotte, como otros territorios franceses, periféricos, no podría vivir sin el socorro permanente del Estado francés.

Buena parte de las víctimas eran franceses de religión musulmana y origen étnico muy diverso, con tradiciones que complicarán el balance final de la tragedia. Destruidas carreteras, caminos y medios de comunicación, muchas familias quizá no esperen la llegada de ayuda de urgencia para enterrar a sus muertos, en condiciones tan precarias como dramáticas, en una soledad absoluta.