Los autores del plan antitabaco: «Confiamos en que la prohibición de fumar en terrazas llegue ya en 2024»
Los expertos, que representan a más de 43 entidades como sociedades científicas o colectivos de pacientes, plantean que un CIS pregunte por el apoyo de la sociedad a las medidas, pero Sanidad asegura que no lo pedirá
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Antes de que termine 2024, que empezará ya en un par de semanas, la prohibición de fumar en las terrazas de los locales de la hostelería será una realidad. Al menos en eso confían los autores del plan antitabaco que el Ministerio de Sanidad ... adaptará para trasladar a una nueva legislación que, entre otras cosas, ampliará los espacios sin humo, es decir, aquellos donde encenderse un cigarro pasará a ser una infracción. «Yo confío en que dé tiempo a que llegue en el 2024. Hemos solicitado una reunión con cada uno de los grupos parlamentarios para poder llegar a consensos. Nosotros no estamos por estrategias políticas, lo que queremos es sentarnos y que durante 2024 se pueda prohibir fumar en terrazas», explica a ABC Francisco Pascual, presidente del Comité Nacional de Prevención de Tabaquismo (CNPT), que elabora el plan integral antitabaco.
En cualquier caso, afirma este médico, en el primer trimestre de 2024 ese plan ya dejará de ser un borrador y se podrá ejecutar, aunque para ello será necesaria una norma y la aplicación de la misma en las distintas comunidades autónomas, que requerirán de consensos también entre las distintas fuerzas políticas. Pero esos consensos, cree, deben darse también en la sociedad. Esta semana, representantes del CNPT mantuvieron una reunión con la dirección de Salud Pública del Ministerio de Sanidad y con el secretario de Estado, Javier Padilla. «Una de las cosas que comentamos fue la posibilidad de hacer un CIS en este sentido para poder valorar la aceptación de los planes, pues la parte más interesada aquí ni son los hosteleros ni somos los médicos, es la población general», asegura Pascual. La idea de poder preguntar a los españoles a través de una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas quedó en el aire, pero Sanidad asegura a este periódico que no va a solicitar esa encuesta.
No sería la primera vez que se utiliza el CIS para preguntar a la sociedad sobre el tabaco. La última fue en 2018, cuando a través del barómetro sanitario que se publica todos los años -excepto en 2020 y 2021 a causa de la pandemia de Covid-19- se cuestionó a los españoles si creían que deberían ampliarse los espacios sin humo. En ese momento, el 41,3% dijo que sí, pero fue superior el porcentaje de quienes no lo creían necesario: el 46,2%. Entre quienes abogaban por incrementar el veto al tabaco, las terrazas solo eran una prioridad para el 2,2%. La mayoría abogaba por prohibir los cigarros en coches con menores de edad (72,9%) o con otros acompañantes (64,6%) y vetarlo también en estadios de fútbol y otros centros deportivos al aire libre (61,4%).
También la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) ha hecho encuestas varias veces en este sentido. En la última, publicada el pasado mayo, el 90,9% de los encuestados (de un total de casi 10.000 personas) aseguraban que estaban a favor de aumentar los espacios sin humo. El 71,6%, además, creía que en las terrazas de los locales de hostelería debería establecerse ese veto.
Experiencia piloto en la pandemia
Durante la pandemia ya hubo una especie de experiencia piloto de lo que supondría que fumar en las terrazas de bares y restaurantes estuviera prohibido. Como medida para controlar la propagación del virus, las comunidades implantaron el veto, de manera que los fumadores tenían que levantarse y apartarse de la zona de la terraza para encenderse un cigarro. «Esa experiencia se debería trasladar ahora. La libertad también es respetar a los demás y durante el Covid no hubo ningún problema con esto: la gente salía y se sentaba en las terrazas. ¿De verdad alguien cree que por no poder fumar un cigarro en una terraza no se va a sentar la gente?», reflexiona el presidente del CNPT. Las terrazas, insiste, no cuentan con la suficiente separación entre clientes para que el humo de uno no llegue al otro.
Algunos bares ya lo hacen
En algunas ciudades, como Mallorca, ya existen locales de hostelería que se denominan a sí mismos bares sin humo, que no permiten que sus clientes fumen sentados en la terraza.
Playas libres de humo
A la espera de que llegue una ley que obligue a hacerlo, algunos lugares de costa ya han prohibido fumar en sus playas. Según los datos de la plataforma Nofumadores.org, este año había ya 662 playas en estas circunstancias.
Subida de precio
El Comité Nacional de Prevención de Tabaquismo incluye en el plan una subida de precios de las cajetillas de tabaco. Su presidente, Francisco Pascual, propone elevar la fiscalidad y que el dinero recaudado se destine a estrategias de prevención.
Humo de tercera mano
El plan quiere vetar el tabaco en el coche privado, donde, según Pascual, existe el humo de tercera mano, aquel impregnado en tapicería y ropa que es tóxico.
Además de en las terrazas, el plan incluye otros lugares en los que los expertos del CNPT -formado por 43 entidades entre las que se incluyen sociedades científicas o colectivos de pacientes- consideran que el humo de los cigarros no debería estar presente: espacios donde se practique algún deporte, estadios de fútbol o playas. Sobre las playas, ya hay varias localidades que por su cuenta han prohibido fumar. También intentarán que no se fume en el coche privado, aunque son conscientes de que se trata de algo más complicado. «Estamos hablando del humo de tercera mano, que son los restos del humo que quedan impregnados en la tapicería o ropa y tienen tóxicos. En principio se piensa en un coche en el que pueda subir un niño, pero también una embarazada o una persona mayor», destaca Pascual, que va más allá e incide en lo que supone fumar mientras se conduce para la seguridad vial, pues «puede ser la causa de accidentes». Controlar esos espacios privados, afirma, requiere de «una consulta jurídica» para ver hasta dónde se puede legislar.
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El plan tampoco deja de lado la inclusión de los medicamentos que hay autorizados y financiados en España para dejar de fumar. «No se deben dejar al margen», sentencia este médico, que aboga por que Sanidad financie cualquier fármaco que salga con evidencia científica para este propósito, pero también por que los facultativos puedan dar un seguimiento a los pacientes que los tomen y trabajar los aspectos emocionales, ya que fumar no deja de ser una «adicción».
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