Anticatarrales bajo sospecha: ¿placebos?, ¿adictivos?, ¿peligrosos?
Hay una corriente en toda Europa de valorar el riesgo-beneficio que puedan tener estos medicamentos. Algunos componentes pueden generar adicción incluso serias complicaciones
«Riñón a la venta», el único país del mundo donde está permitido un mercado legal de órganos
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Iniciar sesiónTos, mocos, estornudos, dolor de garganta, son los síntomas comunes en esta época del año, y cuando para frenarlos solemos automedicarnos con los anticatarrales de venta libre que no requieren de receta. Bajo la idea popular de que son mano de santo. Su formato ... es variado, jarabes, sobres, pastillas o espráis nasales. Pero y si te digo que algunos contienen compuestos que o bien son ineficaces, en otros casos pueden provocar adicción e incluso ser peligrosos, provocando que en pacientes con enfermedades cardiovasculares aumente el riesgo de sufrir eventos cerebrovasculares, como el infarto de miocardio o un ictus.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha iniciado una revisión de cientos de medicamentos por el riesgo que pueden generar, y una treintena de ellos se comercializan en España. Entre ellos hay fármacos tan conocidos como Clarityne Plus, Cinfatós o Frenadol.
Lorenzo Armenteros, el portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), nos explica que los anticatarrales no se prescriben, y es muy raro que se aconsejen. Son preparados que tienen compuestos múltiples con una dosis muy baja de cada uno de ellos. «En cambio los doctores usamos dosis farmacológicas, de acuerdo al peso y a la edad del paciente. Y para el síntoma concreto que queremos combatir. Siempre teniendo en mente la premisa: La mínima dosis efectiva y durante el tiempo más corto posible», apunta Armenteros.
Y aunque queda a criterio de cada uno su uso, es necesario que sus potenciales consumidores sepan que «no todos los compuestos que tienen estos productos son inocuos. Sino que hay riesgos, y algunos pueden ser graves. Sobre todo aquellos que contienen pseudoefedrina».
Pseudoefedrina
La EMA explica que estimula las terminaciones nerviosas para que liberen la sustancia química noradrenalina, que hace que los vasos sanguíneos se estrechen. «Esto reduce la cantidad de líquido liberado de los vasos, lo que resulta en menos inflamación y menos producción de mucosidad en la nariz». Pero en ese proceso «reducen la cantidad de sangre que puede llegar al cerebro y pueden causar complicaciones de una gravedad extrema, y en algún caso podríamos decir que son potencialmente mortales», detalla Armenteros.
Especialmente si se utilizan sobre un paciente que ya es de riesgo, como podrían ser aquellos que tengan hipertensión o una enfermedad renal. En ese caso la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha establecido evitar la pseudoefedrina.
Medicamentos con pseudoefedrina en España
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Rino-Ebastel
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Narine Repetabs
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Clarityne Plus
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Lasa Con Codeína
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Pseudoefedrina Farmalider
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Gelocatil Gripe Con Pseudoefedrina
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Termalgin Resfriado
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Frenadol Descongestivo
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Frenaxsin
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Reactine Cetirizina con Pseudoefedrina
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Inistolin Pediátrico Tos Y Congestión
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Iniston Mucosidad Y Congestión
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Iniston Tos Y Congestión
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Grippal Con Pseudoefedrina Y Dextrometorfano
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Rinobactil
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Pharmafren
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Cinfatós Descongestivo
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Respidina
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Respidina Antialérgica
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Respidina Expectorante Junior
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Cinfatós Complex
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Pharmatusgrip
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Respidina
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Respidina Antialérgica
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Vincigrip
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Vincigrip Forte Sabor Cacao
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Vincigrip Forte Sabor Naranja
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Ilvisinus
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Virlix Plus
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Ibuprofeno/Pseudoefedrina Nutra Essential
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Bisolfren
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Cortafriol C
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Stopcold
Francia fue el primero en hacer sonar la voz de alarma. Ha advertido sobre el uso de medicamentos como el Gelocatil Gripe o el Frenadol descongestivo. Y los colegios médicos han concluido que algunos de ellos pueden ser una amenaza. «Pueden tener efectos indeseables y muy graves sobre todo en poblaciones con algún factor de riesgo», afirmaban.
El riesgo más grande, tal como nos detalla Armenteros, son dos enfermedades muy complejas. Una de ellas sería el síndrome de encefalopatía reversible (PRES) y el otro es el síndrome de vasoconstricción cerebral reversible (SVCR), que dan lugar a una reducción del flujo sanguíneo cerebral por afectación de los vasos sanguíneos. Advierten a los pacientes que deberían suspender el tratamiento inmediatamente y buscar asistencia sanitaria si desarrollan síntomas como cefalea intensa de aparición brusca, cefalea en trueno, náuseas, vómitos, confusión o convulsiones.
Armenteros apunta que hay además otro tipo de síndrome que también ha sido el que ha causado alarma en el país galo y al que se ha prestado menos atención. Es una patología del nervio óptico. Provocando alteraciones visuales graves, incluso en algún momento patología ocular severa y ceguera. «También se producían por la cercanía que existe de las fosas nasales con el territorio ocular y la vasoconstricción que se podría producir en alguno de estos órganos, y transmitirla de alguna manera al ojo. Por lo que se recomienda que no se utilicen en personas que tengan patología hipertensiva ocular, como podría ser glaucoma», señala Armenteros.
Fenilefrina
El otro principio activo que está siendo puesto en cuestión es la fenilefrina, si bien, especifica Armenteros, no tiene riesgos tan marcados como la pseudoefedrina. Principalmente es un fármaco que se utiliza como placebo. «No se absorbe prácticamente nada, y no cumple el requisito para el que se había preparado, que sería la congestión nasal, ya que la absorción a veces es menos del 1%. Por lo tanto, debería eliminarse su presencia en los fármacos de venta libre», indica.
Una afirmación que coincide con la conclusión del grupo de expertos de la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA). Fue un grupo de farmacéuticos el que solicitó a la FDA, ya en 2007, que retirara la fenilefrina del mercado. Un medicamento que lleva usándose durante décadas. Se patentó en 1927 y empezó a utilizarse de forma más amplia antes de la Segunda Guerra Mundial.
Por tanto, no es de extreñar que la fenilefrina sea uno de los principios activos más vendidos en el mundo. Su retirada tendría un fuerte impacto en el negocio. En Estados Unidos afectaría a más de 200 productos de venta libre diferentes. Y en España cada año se venden un total de 5.697.000 cajas de medicamentos con fenilefrina, con ventas totales que ascienden a los 55,7 millones de euros. Armenteros establece que la solución pasaría por adaptar la formulación de los fármacos que la contienen, ya que la fenilefrina no añade ninguna ventaja al medicamento. Y dejar aquellos compuestos que pueden tener una eficacia demostrada.
Congestión de rebote a largo plazo
Asimismo, la toma continuada de algunos de estos anticatarrales y de los jarabes infantiles puede tener consecuencias a largo plazo. «Bien sean los orales, los tópicos o en aerosoles nasales para tratar una congestión pueden dar lo que se denomina 'congestión de rebote' que sería como una especie de adicción», establece Armenteros.
Como tienen un efecto vasoconstrictor rápido, el hecho de que se tome de forma continuada podría dar lugar a alteraciones de las fosas nasales o hipertensión. Y en el caso de las personas mayores, con diabetes o con una enfermedad renal crónica podrían estar tomando anticatarrales que en realida les estén contraindicados. «Como los que tienen ibuprofeno o jarabes con base glucosada», indica Armenteros.
En el caso de España, Armenteros señala que se detecta su uso cuando la sintomatología es moderada. «Resfriados, catarros, son aquellos casos en los que los pacientes se automedican, y es donde realmente está el gran mercado de los anticatarrales. De hecho, estos productos en algunos países de Europa se venden incluso en los supermercados, sin ni siquiera tener la supervisión del farmacéutico», afirma.
Armenteros también advierte sobre los anticatarrales que contienen acetilsalicílico, porque pueden ser productos gastroerosivos y se pueden dar o bien una irritación, dolor de estómago o una esofagitis. Y otros pueden generar intolerancia porque tengan lactosa y provocar náuseas y vómitos, que también son frecuentes.
Los jarabes
Los médicos también hablan de los jarabes infantiles. Hay una variedad de fármacos que contienen diferentes tipos de sustancias muy variadas, desde aquellas que derivan de lo que se denominan medicamentos naturales, con componentes vegetales, para un efecto, podríamos decir, mucolítico, para que el moco se fluidifique y salga mejor. Y un número menor de lo que denominamos antitusígenos para suprimir el efecto de la tos.
Mar López Sureda, pediatra de Atención Primaria explica en las redes. «Los jarabes antitusivos, expectorantes, mucolíticos, antihistamínicos para el catarro -o jarabes CTO- no se recomiendan porque no han demostrado evidencia, es decir, en los estudios no se ha demostrado que funcionen. Y no solo eso, tienen riesgo de efectos secundarios muy graves como depresión respiratoria, convulsiones, coma y muerte».
Armenteros indica que los problemas surgen por un error en la dosis. Otras de las causas por las que deben evitarlos es por las abundantes cantidades de azúcares que tienen. A esto se añaden los jarabes que contienen codeína, que no deja de ser u opioide. La Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria dice que los jarabes no se den nunca a menores de 6 años.
Buscar el consejo profesional
Teniendo en cuenta todas las advertencias formuladas hasta el momento si se opta por comprar un anticatarral de venta libre, en ese caso Armenteros recomienda que siempre se busque el consejo del farmacéutico.
Yanira Pereira, coordinadora del grupo de trabajo de Enfermedades Infecciosas e Inmunología de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), explica a ABC que es importante que sea el farmacéutico comunitario el que realice la elección del medicamento adecuado en función de la sintomatología y del tipo de paciente.
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Pese a ello, «todavía observamos desde las farmacias comunitarias que existe la creencia popular de que si tomamos un anticatarral ante el primer síntoma acortaremos el proceso infeccioso de una manera mucho más rápida, lo cual está muy lejos de ser cierto, y en la mayoría de los casos solo conseguiremos tomar más medicamentos de los que necesitamos para aliviar los síntomas, apunta Pereira».
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