Así anima Belarra a conciliar: «Charo está un poquito hasta el coño de hacerlo todo en la cena de Nochebuena»

«Charo está un poquito hasta el coño de hacerlo todo en la cena de Nochebuena», escribía la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, para rematar con un: «Por unas fiestas felices y también corresponsables». Un mensaje que suscitó una gran polémica en Twitter y al que se sumó más tarde su correligionaria Irene Montero, titular del ministerio que ha encargado el vídeo, para afirmar «¡Qué vivan las Charos!».

'Charo' es el título del vídeo y el nombre de la abnegada protagonista que prepara a solas la cena de Nochebuena, mientras su obeso marido y su hijo adolescente esperan sentados en el sofá. Un nombre que no parece casual, pues algunos sectores feministas de izquierdas se apropiaron del apelativo en las redes —difundido en un primer momento con ánimo peyorativo—, como contraposición al de 'cayetanas', dirigido a las «señoras bien de derechas de toda la vida».

En este tono jocoso, hace unos años, en las redes se identificaba como una «charo» a Carmen Calvo, quien este jueves se abstuvo en la votación de la 'ley trans' promovida por Montero, como forma de mostrar su descontento después de protagonizar un largo enfrentamiento por los contenidos de la norma .

Al ritmo de 'Carol of the Bells' –el villancico de origen ucraniano que John Williams adaptó para la película 'Solo en casa'– el vídeo, a rebosar de tópicos, nos muestra como Charo llega cargada de bolsas de la compra, enciende las luces del árbol, prepara el pavo antes de hornearlo y tiene que dejar la cocina para abrir a quienes podrían ser su hijo mayor y su nieta.

Mientras el marido y el hijo reposan cómodos en el sofá, con el mando de la tele el primero y el móvil en la mano el segundo. En apenas 102 segundos, el vídeo muestra dos de los dieciséis modelos de familia que Belarra ha planteado en su ley.

De vuelta al vídeo, la historia continua cuando, al disponer la mesa, la protagonista decide subir el horno a tope, soltarse el delantal y sentarse —al más puro estilo Aznar y Bush en un receso del G8— con los pies encima de la mesa y una copiosa copa de vino en la mano. A partir de ahí se suceden rápidas las escenas, pretendidamente cómicas, que nos muestran la inutilidad de los hombres de la casa para afrontar los preparativos de la cena, mientras la abuela sigue con el vino.

Así, el marido se ve obligado a sacar del horno un pavo chamuscado —nada extraño después del modo infierno al que había sido sometido por Charo—, mientras su hijo hierve agua a borbotones en una olla tamaño regimiento. Jamón cortado a hachazos y tartaletas que acaban por los suelos tras tropezarse en la minúscula cocina, mientras la abuela ha pasado a jugar con la nieta a atrapar migas de pan con la boca y se arranca a bailar al estilo de Uma Thurman en 'Pulp Fiction'.

Tras el caos, llega la calma y los cinco miembros de la familia —más el pavo calcinado— acaban compartiendo la mesa en aparente armonía, mientras la nieta hace el avioncito con un langostino. Y, por si las obviedades no habían sido suficiente para comprender los fines de la campaña, el vídeo remata con la frase: «Estas navidades, no se lo dejemos todo a las mismas. Que aparte de felices, también sean corresponsables. Felices fiestas».