La angustia de Isabel, vecina de Paiporta: «Un minuto más y muero ahogada»

«En tan sólo 5 minutos me llegaba el agua a la cintura, lo que tardamos mi padre, de 83 años, que con cáncer de próstata que acaba de recibir un tratamiento de radioterapia y yo para intentar poner sacos y tableros en la puerta y que no entrara el agua», relata. Lograron entrar en casa e intentaron asegurar las puertas con los muebles que tenían. «¿Resultado? Puerta del garaje reventada. Casi morimos y encima ahora todos los muebles están en medio de la calle».

Los avisos, denuncia, llegaron tarde. Se acuerda de las personas que estaban cruzando el puente «puesto que no llovía» y no imaginaban «que en tan solo un minuto iban a desaparecer sin más, arrastradas por el agua, algunas con sus bebés». Lamenta también que muchas personas han fallecido en sus coches. «Pero sobre todo la mayoría en bajos inundados, como el mío, en esas calles en las que, como no hay organismos oficiales, ni bancos, solo personas... pues oye, como que no importa».

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Isabel advierte del estado de las calles, «llenas de muebles y trastos que, en cualquier momento, a nada que llueva, puede desatar una nueva tragedia». No puede ni llorar, asegura, aunque no por falta de ganas, sino porque no tiene fuerzas para ello. El trabajo que están realizando para intentar reconstruir sus hogares les deja agotados física y emocionalmente.

Más aun, cuando se sienten abandonados por parte de las autoridades. «Por favor, necesitamos desalojar de trastos estas calles. Nuestras vidas corren peligro y las autoridades no nos hacen caso. Hablo con los de la UME y me dicen que no es su competencia. La policía local dice que no pueden hacer nada«, denuncia. »Es para llorar, ¿o no?«, continúa tras destacar que son los vecinos y sus amistades los que se han desplazado desde otras localidades para ayudar en estas tareas.

«El 112. ¿Eso qué es? Toda la ayuda que hemos recibido ha sido a través del voluntariado civil», asegura Isabel, que critica además que se haya pedido a los voluntarios que no colapsen las carreteras. «La policía no dejando entrar en el pueblo a personas que vienen a ayudarnos trayendo agua y alimentos esenciales que han pagado con dinero de su propio bolsillo para colaborar», clama.

Esta vecina de Paiporta cuenta que todos los vecinos y la gente de otros municipios llevan días sacando agua de las casas y de las calles. «No sabemos qué nos vamos a encontrar mañana cuando amanezca. Si de nuevo, nos tocará volver a empezar porque las autoridades, el Ejército o quien corresponda no nos están ayudando a limpiar de objetos las calles».

«Os deseo de todo corazón que nunca en vuestra vida tengáis que experimentar una tragedia como ésta», concluye.