Los American Bully XL, acusados de «perros asesinos»: ¿Hay algo que temer?

Los perros son el reflejo de sus dueños, sin importar la raza: «Si le enseñas a matar, matará, pero no por hacer daño, sino por agradar al ser humano que se lo ha enseñado», dice un experto

¿Por qué Reino Unido prohibirá los perros American Bully XL?

Un ejemplar de American Bully ABC

Edith Pineda

Madrid

Reino Unido ha sentenciado a la ilegalidad a los American Bully XL. Les acusa de estar implicados en la muerte de tres personas y su nombre ha sido incluido en la lista negra de razas de perros potencialmente peligrosos. Una amenaza.

Los XL ... son los más grandes de los cuatro tipos de American Bully que existen y que son resultado del cruce de American Pit Bull Terriers y los American Staffordshire Terriers. Fuertes, corpulentos, con una mordida poderosa y presencia imponente que, según expertos españoles consultados por ABC, son las nuevas víctimas de una vileza social.

«Satanizar a los animales es lo más fácil», dice el veterinario Carlos Rodríguez al explicar los eventos violentos que han llevado a los ingleses a cargar contra esta raza como accidentes, tan desafortunados como normales, que se pueden evitar con prácticas de tenencia responsable y controles efectivos.

«Evidentemente, un perro de tamaño grande, de cualquier raza, puede causar daños, incluso la muerte ¿Quiere decir que cualquier raza de perro grande tiene que estar satanizada? No», zanja.

Rodríguez baja la lupa sobre los tenedores y las autoridades porque, a su juicio, lo que cabe es regular que los perros de más de 20 kilos de peso -característica que en la legislación española determina la clasificación como potencialmente peligrosos- solamente pudieran estar a disposición y convivencia de personas que demostraran capacidad. Es decir, tendrían que cumplir una serie de formaciones y pruebas que garanticen que el animal «no tiene de potencialmente peligroso nada más que su tamaño».

«El American Bully son perros súper musculosos que pueden ser igual de 'peligrosos' como los Bulldog Inglés o los Bulldog Francés», dice por su lado la presidenta de la Asociación Canina Nacional (ACCAM), María Eugenia Ribelles, al cuestionar la polémica medida de Reino Unido contra esta raza, pues también cree que en vez de estigmatizarla se debería asumir con mayor seriedad su adopción.

A una familia sin experiencia demostrada en la tenencia de animales -agrega Rodrígez- no se le debería permitir un perro grande, «igual como no se le daría una moto de 1.500 a una persona que ha llevado solamente una bicicleta».

Tampoco se le debería dejar una mascota de estas características a aquellos que los adoptan por moda, como una extensión de su carácter o imagen social de «malote o de fuerte». Estos animales suelen ser demandados por personas que tienen una difícil relación con el entorno social y «si lo eliges por sus características negativas el animal se va a expresar negativamente, no porque sea malo sino porque le han enseñado a hacer eso», advierte el veterinario.

Ir contra la raza como ha ocurrido en Inglaterra «es absolutamente injusto» sostiene Rodríguez tras remarcar que el debate que tiene en punto de mira a esta tipología canina debería ser llevado a cuestionar la persistencia de malas prácticas de convivencia con los animales. Así sea un chihuahua «si no se educa te pega un mordisco y te hace un poquito de daño, la diferencia de no educar bien a un American Bully XL es que si te pega un mordisco te puede arrancar el brazo o matarte», argumenta.

«Lo que no podemos es estigmatizar a una raza de perro y a su tiempo estigmatizar y discriminar a los que quieren esa raza», añade Ribelle, también fundadora de 'Aliaz Canine Worldwide' a quien le avalan más 50 años en el mundo del perro en los que ha ejercido como jueza de morfología canina internacional.

Los perros son imagen de sus dueños

De acuerdo con el veterinario Carlos Rodríguez, si bien desde la genética se podría influenciar el carácter de un animal, lo que determina su conducta es la crianza. Si un perro no se educa será un peligro y no por un asunto de su naturaleza. En ese sentido llama a no perder de vista que «los animales no tienen ni ética ni moral, actúan según lo que les han enseñado y si le enseñas a matar, matará, pero no por hacer daño, sino por agradar al ser humano que se lo ha enseñado».

Los expertos coinciden en que los caninos son un reflejo de sus dueños y de las prácticas a las que son sometidos. «Si un perro de esta raza o tipología es correctamente educado y socializado, se deja que esté con sus hermanos y con su madre y de cachorro se le saca por las calles y se le deja que le acaricien, le educan y aprende normas y comandos; es un perro absolutamente divino», asegura Rodríguez.

Desde la Asociación Canina Nacional y 'Aliaz Canine Worldwide' indican que todos los perros, pero en particular los American Bully, deben pasar al menos tres pruebas de socialización a lo largo de su vida: entre los 7 y 8 meses, cuando ya han alcanzado su desarrollo, a los 2 años y a los 8 años. Consisten en evaluar su comportamiento al entrar en contacto con diferentes entornos y actores sociales para asegurar que no se altera ante situaciones cotidianas y no representa ningún peligro.

Mitos que todo tenedor debería descartar

Los American Bully se vuelven peligrosos con los años. No. A partir de los 8 años la conducta de un perro puede cambiar debido a problemas de salud que no suelen ser atendidos. Equivale a 60 años de una persona y si el animal tiene un dolor y lo van a tocar se irrita. «Los dueños suelen decir, ay es que de jovencito se dejaba coger y ahora lo tocamos se nos revuelve: señora, su perro tiene una artrosis que se lo come, póngale un tratamiento y verá cómo cambia», aclara María Eugenia Ribelles de ACAM.

Los perros muerden cuando se estresan. El estrés influye en la conducta de un perro, pero por estrés no muerde, se suele ir a un rincón y quedarse quieto

«Los perros atacan por instintos primarios, cuando considera que va a ser atacado. Una persona no puede acercarse a un perro, de la raza que sea, mirándolo de frente a la cara o levantando las manos, puede que esté uno diciendo 'ay, qué bonito', pero el perro no te conoce y puede interpretarlo como un ataque a él o a su dueño y reacciona», advierte la experta.

Existen razas de perros agresivas. La conducta del animal se construye en dependencia de la crianza que recibe y el entorno apunta Carlos Rodríguez.

«Un cachorro que desde que nace lo están tocando, cuidando, acariciando y lo van sacando a la calle, estará totalmente integrado socialmente, pero si algún criador irresponsable, sea de bulldog inglés, american bully, dálmata o pastor alemán que desde que nacen están solos con la madre y salen de la perrera para entregárselo quien que lo compra necesitará adaptarse», refuerza Ribelles.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios