Bilbao investiga ocho casos de pinchazos a mujeres en las dos primeras noches de Semana Grande

A lo largo de esa primera madrugada, la policía tuvo constancia de otros cinco casos similares. Todas eran mujeres que se encontraban en el recinto festivo cuando notaron la agresión. Según algunas fuentes, la Policía esa primera noche también identificó a un hombre «en calidad de investigado» y se habrían abierto diligencias para aclarar los sucedido. Durante la segunda noche de fiestas se ha informado, además, de dos pinchazos más ocurridos también en el recinto festivo. Desde la Ertzaintza confirman que al cierre de esta edición se había formalizado, al menos, una de la denuncia.

En todos los casos se ha aplicado el protocolo previsto ante agresiones de este tipo. Las mujeres fueron trasladadas inmediatamente a centros sanitarios. Allí se les ha sometido a un examen médico y a una analítica, aunque en ninguno de los casos ha trascendido que se les haya inoculado ningún tipo de sustancia.

«Cuando hay tanta acumulación de gente en la calle, siempre pasan cosas», ha reconocido Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbao, este lunes. Por eso ha querido insistir en la necesidad de que las mujeres se sientan «libres» para disfrutar plenamente de las fiestas en lugar de «estar pendientes de que algún tonto venga con malas ideas». También ha pedido que «socialmente y colectivamente» el conjunto de la sociedad se implique para «favorecer esa sensación de libertad y de seguridad».

Pese a las denuncias, Aburto asegura que, de momento, el balance de las fiestas está siendo «positivo». De hecho, solo en las dos primeras noches se han producido doce detenciones, más que en las dos primeras noches de las fiestas de 2019; «un buen dato» para el alcalde que, a su juicio, demuestra la eficacia de la Policía Municipal.

Ha destacado que bilbaínos y visitantes también están recibiendo con buenos ojos el amplio despliegue de seguridad desplegado este año. A modo de ejemplo ha explicado que esta pasada madrugada la gente «ha aplaudido» a los policías que han accedido al recinto festivo para detener a una persona. Ha agradecido, además, el gran esfuerzo que están haciendo los agentes «para que las fiestas sean seguras y todo el mundo se sienta seguro».

La Ertzaintza decidió hace algunas semanas imputar un delito de odio a los acusados de agredir con pinchazos a las mujeres. Tomaban esta decisión por entender que estas agresiones iban destinadas contra un «colectivo amenazado» (las mujeres) y que se estaban realizando con el objetivo de crear un «clima de miedo». Será el juez, en última instancia, quien califique los delitos a la vista del atestado policial. Si los detenidos finalmente son imputados por un delito de odio se podrían enfrentar a penas de entre uno y cuatro años de cárcel.