«Un paso atrás para la humanidad»: Alabama ejecuta por primera vez a un reo con nitrógeno
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«Esta noche, Alabama ha provocado un paso atrás para la humanidad». Esas palabras estuvieron entre las últimas que pronunció Kenneth Eugene Smith antes de ser ejecutado en la noche del jueves (madrugada del viernes en España) en una prisión de Alabama, en ... el sur de EE.UU. Smith, condenado a muerte por asesinato, ha sido el primer reo en ser ejecutado a través de la inhalación de gas nitrógeno, un sistema que ha sido cuestionado por la posibilidad de que provoque un sufrimiento adicional.
«Me voy con amor, paz y luz. Gracias por apoyarme. Os quiero a todos», dijo en el alegato antes de ser ejecutado, antes de ser inmovilizado en una camilla, antes de que le colocaran una mascarilla por la que absorbería nitrógeno hasta dejar su circulación sanguínea sin oxígeno. En total, 22 minutos de proceso.
Un puñado de miembros de la prensa, además de familiares de Smith y de familiares de su víctima, Elizabeth Senner, presenciaron la ejecución, en una cárcel de Atmore, en una zona rural de Alabama.
«Tiene una deuda que pagar y no nos importa cómo ocurra», dijo uno de los dos hijos de Sennet, Mike, a una cadena local días antes de la ejecución.
Esa deuda se remonta a 1988. Un pastor del condado de Colbert, en la otra punta de Alabama, les pagó mil dólares a él y a otro hombre, John Forrest Parker, para matar a su mujer, Elizabeth, de 45 años. La idea era que pareciera un robo doméstico que había acabado mal. El pastor mantenía un romance con otra mujer, estaba en la quiebra y había suscrito un seguro de vida con su esposa, que cobraría en su fallecimiento. El marido se suicidó cuando le declararon sospechoso, Parker fue ejecutado en 2010 con una inyección letal.
Fallo en la inyección letal
Esa misma suerte debió haber corrido Smith en noviembre de 2022, en la fecha señalada para su ejecución. Pero los verdugos no fueron capaces de encontrar sus venas y no pudieron colocar las sondas para la inyección letal antes de que expirara el plazo legal para llevar a cabo la ejecución.
Era la tercera vez que ocurría algo así en Alabama en pocos años, lo que llevó a la gobernadora del estado, la republicana Kay Ivey, a suspender las ejecuciones de forma temporal.
Las autoridades de Alabama decidieron cambiar la inyección de fármacos letales por la asfixia por inhalación de nitrógeno, un método que se ha usado en casos de eutanasia, pero nunca hasta ahora para un reo de muerte. Los expertos utilizados por la defensa de Smith advirtieron que podría tener muchos riesgos en el caso de una ejecución forzosa y con el uso de una mascarilla, que puede acabar en escapes de gas y en una ejecución dolorosa y lenta.
«Es el método de ejecución menos doloroso y más humano conocido», defendió la oficina del fiscal general de Alabama, Steve Marshall, sobre el uso de nitrógeno.
Los abogados trataron de apelar la ejecución con este método hasta el último momento. En la víspera, el Tribunal Supremo desestimó un recurso para paralizar el procedimiento. Hizo lo mismo con una segunda apelación en el mismo día de la ejecución. Los tres jueces progresistas del alto tribunal -frente a seis conservadores- se mostraron en contra de la decisión. En su opinión contraria, la jueza Sonia Sotomayor aseguró que el método con nitrógeno «no ha sido probado» y que el estado de Alabama había elegido a Smith como «conejillo de Indias en un método de ejecución nunca usado antes».
Los testigos de la ejecución percibieron a través de una ventana abierta a la sala en la que estaba Smith cómo el reo siguió consciente durante los dos primeros minutos en los que el nitrógeno empezó a ingresar en su cuerpo. En los dos siguientes minutos, Smith se retorció y agitó mientras seguía atado a la camilla. Dio grandes respiraciones durante otros dos minutos, para pasar a un estado en el que los testigos no eran capaces de determinar si seguía o no respirando. Las autoridades cerraron la persiana de la ventana a las 20.15 horas de Alabama (tres y cuarto de la mañana del viernes en España) y Smith fue declarado muerto diez minutos después.
La ejecución de Smith con este nuevo método ha renovado el debate sobre la pena de muerte en EE.UU., donde sigue siendo legal en 21 de los 50 estados del país (en otros seis es legal, pero está suspendida). Las ejecuciones fallidas y la negativa de las farmacéuticas a proveer fármacos letales ha supuesto una caída en las ejecuciones. El año pasado se realizaron ejecuciones en solo cinco estados, el número más bajo de las últimas dos décadas.
Los problemas en llevar a cabo ejecuciones han llevado a que algunos vuelvan en el tiempo para cumplir con la pena de muerte: el año pasado, Idaho aprobó la utilización de pelotones de fusilamiento.
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