La agricultura europea se juega su futuro con la prórroga del glifosato
La renovación por diez años del polémico herbicida se une a la tramitación de un reglamento para reducir el uso de fitosanitarios
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Madrid
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Iniciar sesiónLa agricultura europea se encuentra ante un momento crítico. En la cuerda floja está el uso del glifosato, el herbicida más popular del mundo y también el más polémico, del que caduca su autorización en la UE el próximo 15 de diciembre. La Comisión ... Europea quiere renovar por otros diez años su uso, pero hasta ahora no ha logrado el apoyo de los Veintisiete. A ello se suma que la próxima semana el Parlamento Europeo fijará su postura sobre un nuevo reglamento que podría establecer objetivos vinculantes para la reducción del uso de fitosanitarios en el campo.
Las posiciones entre los sectores implicados, los agricultores y los ambientalistas, no pueden estar más alejadas. José María Castilla, director de la Oficina de representación permanente de la asociación agrícola Asaja ante la UE, cree que de vetarse el glifosato y de salir la propuesta más ambiciosa de reducción de fitosanitarios «sería una catástrofe para los ciudadanos y para Europa en sí». Entre los efectos que menciona está la pérdida de poder adquisitivo de los europeos por el aumento de precios, la pérdida de productividad para los agricultores y la disminución de las exportaciones europeas, entre otras. «Lo que hay que evitar es que se junte todo», apunta.
Koldo Hernández, coordinador del área de Tóxicos de Ecologistas en Acción, opina que en las próximas semanas «nos jugamos lo que deberíamos ser» en cuanto al modelo agrícola. «Son dos votaciones muy importantes» que podrían cambiar el modelo actual «basado en el precio, y en la dependencia de los herbicidas» a otro que inicie una transición «hacia un sistema más amable con la naturaleza y el ser humano», indica.
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La primera votación será sobre el glifosato y tiene lugar este jueves en el Comité de Apelación de la Comisión Europea, después de que el mes pasado los países no llegaran a una mayoría cualificada ni a favor ni en contra. El glifosato es una sustancia ampliamente usada en la agricultura, pero polémica por las sospechas de que merma la población de polinizadores como las abejas y por haber sido calificado como «sustancia probablemente cancerígena» por la Organización Mundial de la Salud.
Con o sin consenso
En medio de un contexto inflacionista y de riesgo en las cadenas de suministro por la guerra, Bruselas propone autorizar el uso de esta sustancia química durante diez años, apoyándose en estudios científicos que aseguran que no se han encontrado efectos críticos por la dispersión de esta molécula –aunque reconocen «lagunas de datos»–. Por eso, la propuesta de la Comisión incluye avisos de uso, con «medidas que atenúen los riesgos» en las proximidades de las zonas donde se esté pulverizando, con una «atención particular» a los efectos indirectos que puede tener sobre el medio ambiente. Entre otras cosas, se prohíbe utilizarlo como agente para secar aceleradamente la planta como medio para facilitar la cosecha.
El principal obstáculo es la oposición de Francia y Alemania, mientras que Italia y España son favorables a la renovación. En un esfuerzo por lograr un consenso final, la Comisión todavía puede modificar su propuesta, incluyendo una renovación por un periodo menor a una década. Si aun así no hay acuerdo hoy, el Ejecutivo europeo podrá tomar una decisión por su cuenta, algo que sería excepcional.
Sin embargo, la falta de un acuerdo, dice Castilla, respondería a «la cobardía de algunos Estados miembro», que le pasarían «el plato a Bruselas, en vez de asumir su responsabilidad». Para los agricultores, prescindir del herbicida supondría una bajada de rendimiento y de productividad y un aumento «brutal» de mano de obra en un sector en el que escasea para arrancar las malas hierbas, explica el portavoz de Asaja. Es una sustancia para la que no hay sustituto. A cambio, unas 150 organizaciones ecologistas, entre ellas Ecologistas en Acción, WWF o SeoBirdlife, han pedido al Gobierno español que cambie su postura para que la propuesta de renovación pueda ser rechazada.
Reglamento sobre fitosanitarios
Al margen del glifosato, la próxima semana –entre el día 20 y el 23– el Parlamento Europeo fijará su postura sobre otro polémico asunto: la reducción de todos los tipos de plaguicidas, algo que se está tramitando a través de un nuevo reglamento. «Lo que ahora se discute es que haya por primera vez de forma clara objetivos vinculantes de reducción de plaguicidas», dice Koldo Hernández. La reducción de las sustancias químicas podría ser de hasta un 50% para 2030 y llegar a su totalidad en zonas de protección ambiental y en zonas sensibles para las personas (como parques o colegios).
Aunque es «prácticamente imposible que el reglamento se acabe en esta legislatura europea», reconoce el ecologista, el texto es tan polémico que han salido propuestas legislativas muy diferentes de las comisiones del Parlamento Europeo de Agricultura y de Medio Ambiente. Y todo apunta a una polarización en el pleno la próxima semana.
Sin ir más lejos, la propuesta de la comisión de Medio Ambiente fue calificada de «inviable» por el sector agrícola, que apuesta por el texto salido de la comisión del ramo, aunque no sea del todo de su gusto. «Si sale el texto de Medio Ambiente, generará una fractura brutal», dice José María Castilla, que explica que limitaría el uso de fitosanitarios a todas las zonas del la Red Natura 2000, que en España suponen casi un 40% de la superficie total. «Es una temeridad», dice. La propuesta de Agricultura, en cambio, permitiría el uso de sustancias químicas, con excepciones, «algo más realista».
Los grupos ecologistas, sin embargo, interpretan que hay en marcha un «torpedeo» a la ambición inicial del reglamento propuesto por la Comisión Europea. «Ha habido una quiebra desde la guerra de Ucrania y la modificación se está acentuando según se acercan las elecciones europeas», dice Hernández. Para el colectivo, retrasar el cambio supondrá solo supondrá una reconversión más abrupta, que pondrá en apuros a los modelos agrícolas familiares, entre otros.
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